Lo dijo Antonio Machado: «¡Hay del que llega sediento a ver el agua correr… y dice: la sed que siento no me la calma el beber!»
Lo
dijo Jesús: «Quien beba del agua que yo le daré, nunca más
tendrá sed»
Y,
con la samaritana, yo te digo: «Señor, dame de esa
agua»
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