GESTIS VERBISQUE» ADVIERTE DE QUE NO SE PUEDEN MODIFICAR LAS FÓRMULAS Y LAS MATERIAS
La Santa Sede ha recibido numerosas quejas de
personas cuyos bautizos han sido inválidos debido a que el sacerdote alteró la
fórmula.
La Congregación para
la Doctrina de la Fe ha
publicado este sábado Gestis
verbisque, una
nota que según explica la Santa Sede ha sido discutida y aprobada por los
cardenales y obispos en la Asamblea Plenaria del Dicasterio, y luego ratificada
por Francisco. En ella se abordan algunos abusos
litúrgicos y se reitera que
las fórmulas y los elementos materiales establecidos en el rito de los
sacramentos no se pueden cambiar a voluntad en nombre de la creatividad, porque
de hacerse así el sacramento no es válido.
El cardenal Fernández, prefecto
de Doctrina de la Fe, señala en la nota que el origen de este documento
está en “la multiplicación de situaciones en las que
se había constatado la invalidez de los sacramentos celebrados", con
modificaciones que "habían llevado después a
la necesidad de localizar a las personas implicadas para repetir el rito del
bautismo o de la confirmación, y un número significativo de fieles había
expresado con razón su malestar".
En este sentido, en la nota
vaticana se citan ejemplos como las modificaciones en la fórmula del bautismo,
por ejemplo: "Yo te bautizo en nombre del Creador..."
y "En nombre del papá y de la mamá...
nosotros te bautizamos". De este
modo, se han dado circunstancias que también han afectado a algunos sacerdotes
que "habiendo sido bautizados con fórmulas de
este tipo, han descubierto dolorosamente la invalidez de su ordenación y de los
sacramentos celebrados hasta ese momento".
PONER
COTO A LA "CREATIVIDAD"
“Mientras en otros
ámbitos de la acción pastoral de la Iglesia hay un amplio espacio para la
creatividad” -señala Fernández- en la
celebración de los sacramentos "se transforma
más bien en una 'voluntad manipuladora'". Por ello, la Santa Sede
recuerda que "a los ministros se nos exige superar
la tentación de sentirnos dueños de la Iglesia" y que "los
fieles tienen derecho, a su vez, a recibirlos tal como la Iglesia lo
dispone".
La nota doctrinal da respuesta a
las quejas y problemas que se han dado por todo el mundo afectando a numerosos
fieles. “Se debe constatar que no siempre la celebración
litúrgica, especialmente las de los sacramentos, se desarrolla con plena
fidelidad a los ritos prescritos
por la Iglesia", aparece en Gestis
verbisque.
Algo especialmente grave cuando "la Iglesia, desde sus orígenes, ha cuidado
especialmente las fuentes de las que toma la linfa vital para su existencia y
su testimonio: la Palabra de
Dios, atestiguada por las Sagradas Escrituras y por la Tradición, y los
Sacramentos, celebrados en la liturgia, mediante los cuales es continuamente
reconducida al misterio de la Pascua de Cristo".
Por eso, las intervenciones del
Magisterio en materia sacramental "siempre han estado motivadas por la
preocupación fundamental de la fidelidad al misterio celebrado. La Iglesia, en
efecto, tiene el deber de asegurar la prioridad de
la acción de Dios y salvaguardar la unidad del Cuerpo de Cristo en aquellas acciones que no tienen igual porque son
sagradas ‘por excelencia’ con una eficacia garantizada por la acción sacerdotal
de Cristo".
"Para todos
los sacramentos, en cualquier caso, siempre se ha exigido la observancia de la
materia y de la forma para la validez de la celebración, con la conciencia de que las modificaciones
arbitrarias de una y/o de la otra – cuya gravedad y fuerza invalidante deben
comprobarse de vez en cuando – ponen en peligro la concesión efectiva de la
gracia sacramental, en evidente perjuicio de los fieles", insiste
la nota, incidiendo en que lo que está escrito en los libros litúrgicos
promulgados debe ser fielmente observado sin "añadir,
quitar o cambiar nada".
EL
RIESGO DE QUE EL SACRAMENTO NO EXISTA
Las consecuencias
de estos abusos al cambiar las palabras o la materia es que el sacramento no existe. En
este caso, Doctrina de la Fe explica que "cualquier
modificación a la fórmula de un sacramento es siempre un acto gravemente
ilícito", aunque se trate de algo mínimo que no altere su
significado original y no lo invalide. El cambio de los elementos esenciales
para la celebración del sacramento también introduce "la
duda sobre la real intención del ministro, anulando la validez del sacramento
celebrado".
Por otro lado, la nota añade que
"parece cada vez más urgente madurar un arte de celebrar que, manteniéndose
a distancia tanto de una rúbrica rígida como de una fantasía
desenfrenada, conduzca a una disciplina que
hay que respetar, precisamente para ser
auténticos discípulos".
En el texto se incluye esta cita
del Papa Francisco: "No se trata de tener que
seguir una etiqueta litúrgica: se trata más bien de una ‘disciplina’ –en el
sentido utilizado por Guardini – que, si se observa con autenticidad, nos
forma: son gestos y palabras que ponen orden en nuestro mundo interior
haciéndonos vivir sentimientos, actitudes, comportamientos. No son la
enunciación de un ideal al que intentamos inspirarnos, sino que son una acción
que implica al cuerpo en su totalidad, es decir, en su ser unidad de alma y de
cuerpo".
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