El Arzobispo Emérito de Guadalajara (México),
Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, destacó que frente a los escándalos de abusos
sexuales por parte del clero no bastan los castigos, sino que “nos hacen falta
santos”.
En un video publicado este 19 de febrero, el
Cardenal Sandoval Íñiguez destacó que “ya desde el Papa Juan Pablo II se viene
apretando la tuerca, para que los que cometan pecados de pedofilia sean
definitivamente expulsados del estado eclesiástico”.
“Se ha comenzado a poner remedios con castigo”, dijo. “Pero para la Iglesia, digo yo, no es
el castigo la solución principal. Nos hacen falta santos, santos que formen
santos sacerdotes, santos pastores, santos religiosos, santas religiosas”, señaló.
Indicó que de esta forma la virtud no vendrá desde afuera “por el miedo, que no es virtud”, sino “de dentro, del corazón, del amor de Dios”.
El Purpurado mexicano recordó el ejemplo de San Pedro Damián, que vivió
en Italia al inicio del segundo milenio y cuya fiesta celebra la Iglesia el 21
de febrero.
Indicó que San Pedro Damián “denunció todos
los pecados de su tiempo, que eran muchos más que ahora”, en los que los
clérigos “llevaban una vida totalmente mundana y
entregaban el cuidado pastoral a otros”.
“Otro defecto era la simonía, vender los puestos
eclesiásticos por dinero. Pero sobre todo denuncia los abusos de toda clase de
lujurias: cleros amancebados, obispos con mujeres y homosexualidad bastante
difundida”.
El Arzobispo Emérito de Guadalajara señaló que “me
admiró que después de mil años andemos en las mismas. Como que la Iglesia tiene
sus altos y bajos”.
Después de esos siglos oscuros de fines del primer milenio e inicios del
segundo de la era cristiana “ya vinieron los siglos
luminosos del XII y del XIII”.
“Después de la baja de la vida cristiana, de la
vida religiosa por el Renacimiento, siglos XIV y XV, que captaron la escisión
protestante, vino también una afloración de santos y una reforma de la Iglesia
formidable a partir de la mitad del siglo XVI en adelante”.
Se podría decir “que estamos ahora en un
tiempo de cierta decadencia. Da tristeza pero la Europa cristiana va
desapareciendo”, mientras que “la juventud
se acerca ahora poco a la Iglesia en general”, señaló.
“Ojalá Dios Nuestro Señor escuche las oraciones de
todos nosotros”, expresó,
“para pedir santas vocaciones, santos sacerdotes, profetas que anuncien la
palabra de Dios y denuncien con toda claridad para el bien y corrección de este
pueblo de Dios Nuestro Señor que peregrina”.
Redacción ACI
Prensa
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