Ayuno, oración y limosna, estos son los tres ejes
para prepararse adecuadamente para la Semana Santa, según subraya el Papa
Francisco en su mensaje para la Cuaresma de 2019, difundido este martes 26 de
febrero.
En el mensaje titulado “La creación,
expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios”, el
Santo padre destaca que “el misterio de salvación,
que ya obra en nosotros durante la vida terrena, es un proceso dinámico que
incluye también a la historia y a toda la creación”.
Desde ese punto de vista, realiza una reflexión sobre tres puntos que
acompañan el camino de conversión en Cuaresma.
LA REDENCIÓN DE LA
CREACIÓN
Francisco señala que “la celebración del
Triduo Pascual de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, culmen del año
litúrgico, nos llama una y otra vez a vivir un itinerario de preparación,
conscientes de que ser conformes a Cristo es un don inestimable de la
misericordia de Dios”.
“Si el hombre vive como hijo de Dios, si vive como
persona redimida, que se deja llevar por el Espíritu Santo, y sabe reconocer y
poner en práctica la ley de Dios, comenzando por la que está inscrita en su
corazón y en la naturaleza, beneficia también a la creación, cooperando en su
redención”.
Sin embargo, “en este mundo la armonía
generada por la redención está amenazada, hoy y siempre, por la fuerza negativa
del pecado y de la muerte”.
LA FUERZA DESTRUCTIVA
DEL PECADO
A continuación, el Papa explica que “cuando
no vivimos como hijos de Dios, a menudo tenemos comportamientos destructivos
hacia el prójimo y las demás criaturas, y también hacia nosotros mismos, al
considerar, más o menos conscientemente, que podemos usarlos como nos plazca”.
“Como sabemos”,
continúa, “la causa de todo mal es el pecado, que
desde su aparición entre los hombres interrumpió la comunión con Dios, con los
demás y con la creación, a la cual estamos vinculados ante todo mediante
nuestro cuerpo”.
“Se trata del pecado que lleva al hombre a
considerarse el dios de la creación, a sentirse su dueño absoluto y a no usarla
para el fin deseado por el Creador, sino para su propio interés, en detrimento
de las criaturas y de los demás”.
LA FUERZA REGENERADORA
DEL ARREPENTIMIENTO Y DEL PERDÓN
Finalmente, se llega al arrepentimiento y al perdón. “El camino hacia la Pascua nos llama precisamente a
restaurar nuestro rostro y nuestro corazón de cristianos, mediante el
arrepentimiento, la conversión y el perdón, para poder vivir toda la riqueza de
la gracia del misterio pascual”.
“La Cuaresma es signo sacramental de esta
conversión, es una llamada a los cristianos a encarnar más intensa y
concretamente el misterio pascual en su vida personal, familiar y social, en
particular, mediante el ayuno, la oración y la limosna”.
El Papa Francisco concluye su mensaje de Cuaresma haciendo un llamado a
abandonar “el egoísmo, la mirada fija en nosotros
mismos”. “Dirijámonos a la Pascua de Jesús; hagámonos prójimos de nuestros
hermanos y hermanas que pasan dificultades, compartiendo con ellos nuestros
bienes espirituales y materiales. Así, acogiendo en lo concreto de nuestra vida
la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, atraeremos su fuerza
transformadora también sobre la creación”.
Redacción ACI
Prensa
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