EL MÉDICO QUE CONSTATÓ EL MILAGRO DE
J.H.NEWMAN SINTIÓ UNA PRESENCIA.
El beato
John Henry Newman (1801-1890), literato, teólogo y antiguo clérigo anglicano
que ha acercado a muchos a la fe católica, podrá ser canonizado al haber
comprobado la Iglesia la autenticidad
de un segundo milagro que se le atribuye. La mujer curada milagrosamente
aún no ha querido presentarse en público, pero el médico que constató los detalles de la asombrosa curación, el doctor
Gerald Casey, en la diócesis de Chicago, sí ha explicado los detalles y
cómo se emocionó durante el proceso canónico: "Pude
sentir una presencia que nunca había sentido en mi vida", dice el
médico en un testimonio recogido por el Catholic Herald.
"CARDENAL
NEWMAN, POR FAVOR, DETENGA LA HEMORRAGIA": LA HISTORIA DE UN MILAGRO
por Joyce Duriga, Catholic Herald
Cuando el
Vaticano anunció el 15 de febrero que el Papa Francisco había firmado el
decreto que reconocía el milagro atribuido a la intercesión del Beato John
Henry Newman, allanando el camino a su canonización, hubo gran alegría en
Chicago.
El
milagro que Dios había obrado a través
de la intercesión de Newman en 2013 tiene como protagonista a una mujer
de la ciudad que se enfrentaba a complicaciones severas durante su embarazo y
que se recuperó de repente cuando pidió ayuda, rezando, al cardenal inglés.
La mujer,
que en ese momento declinó hacer algún comentario, pero que dijo que
compartiría su historia a través del periódico de la archidiócesis de Chicago
más adelante, vive en la diócesis de Joliet, pero dados los recursos
disponibles en la archidiócesis de Chicago, su caso fue trasladado a ese
tribunal para ser investigado.
El Dr. Gerald Casey, el experto médico principal en
el proceso local, ha declarado que esta experiencia le ha cambiado para
siempre. "Ha sido la
experiencia más enriquecedora de mi vida espiritual", ha dicho
Casey, que vive en Wilmette y que frecuenta la Parroquia de las Santas Fe,
Esperanza y Caridad, en Winnetka.
La ley
canónica sigue un proceso, parecido a un juicio, cuando investiga los milagros.
La mujer, su marido, su médico y su director
espiritual declararon durante el proceso.
EL
MÉDICO QUE LLORÓ
"La verdadera experiencia espiritual la tuve durante las
declaraciones. Literalmente, lloré
cuando ella hizo su declaración. Me llegó a lo más profundo del corazón,
porque pude sentir una presencia
que nunca había sentido en mi vida", ha dicho
Casey.
"Una cosa era leer la documentación, pero era muy distinto
escucharla mientras explicaba lo que había ocurrido, no durante ese momento,
sino en los embarazos y abortos (involuntarios) anteriores".
Su
embarazo, considerado de alto riesgo porque tenía más de 40 años y había tenido varios abortos anteriores, la
obligó a quedarse en casa. El resultado fue que su médico pidió análisis de
sangre del feto y monitorizó el
embarazo muy de cerca.
Ella empezó
a sangrar durante el embarazo y en la primavera de 2013 se le diagnosticó un hematoma subcorionico, un coágulo de sangre
en la membrana fetal. Lo único que los médicos pudieron prescribir fue reposo
total. Si el coágulo de sangre se rompía, el resultado podía ser un
aborto espontáneo.
Reposo
total en la cama para una madre con tres niños pequeños no es algo fácil, ha
dicho Casey.
"La mañana que todo sucedió, ella había bajado las escaleras, había preparado el desayuno para sus hijos y
empezó a sangrar más", ha dicho,
leyendo las notas que tomó durante la declaración de la madre.
Ante la
hemorragia se encerró en el baño.
Sentía que estaba perdiendo a su bebé. En ese momento gritó: "Cardenal
Newman, por favor, ¡detén la hemorragia!".
"La hemorragia se detuvo de inmediato. De inmediato", ha dicho Casey.
Después,
la mujer se metió en la cama y llamó a su médico, que le dijo que fuera a verle
por la tarde.
"Fue por la tarde y los
latidos del feto eran normales, por lo que volvió a su casa. Pudo
continuar con sus actividades normales durante el resto del embarazo", ha declarado Casey.
Desde
entonces ha tenido dos niños más con embarazos normales. Según los médicos,
debería haber perdido a su hijo.
NINGÚN
ESPECIALISTA CONOCÍA NADA SIMILAR
Como
parte del proceso, dos especialistas en
medicina materno-fetal revisaron los informes médicos y las declaraciones.
"Ninguno había oído nada similar a esto",
ha dicho Casey.
En ningún
momento se les preguntó, ni a Casey ni a los otros médicos, si había ocurrido
un milagro. Sólo tenían que responder
si había explicación médica a lo ocurrido.
El padre
oblato William Woestman es el promotor de justicia en el tribunal de la
archidiócesis y participó en la investigación canónica del milagro. Es también
autor del libro Canonization: Theology, History,
Process.
"Era evidente para ella era
muy doloroso hablar de lo que había sucedido", ha dicho Woestman de la mujer. "Una mujer impresionante". Tras la
finalización del proceso local, toda la documentación se envió a Roma para otra
serie de investigaciones. El resultado fue revelado el 13 de febrero.
Newman
fue declarado cardenal en sus últimos años de vida.
Los
santos y los milagros siguen siendo importantes hoy en día, ha dicho Woestman,
añadiendo que a menudo piensa en los santos que rezaron en la Catedral del
Santo Nombre, como san Juan Pablo II, santa Teresa de Calcuta y la madre
Cabrini. Espera que algún día se añada a la lista el nombre del padre Augustus
Tolton [el primer sacerdote católico de raza
negra ordenado en EEUU, nota de ReL].
"Todos queremos santos que conocemos", ha dicho. "Queremos santos que caminaron por la misma
acera donde caminamos nosotros, o que respiraron el mismo aire que
respiramos nosotros".
(Traducción del inglés del Catholic Herald por Elena
Faccia Serrano)
ReL
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