21 DE OCTUBRE 2011- ANIVERSARIO DE NUESTRO GRUPO DE
ORACIÓN - DE CONSAGRACIÓN A DIOS
UN LINDO RECUERDO
Nunca dejé a mi familia
de lado. Todavía tenía cabello... no me entregué a Dios porque pensaba que ya
no servía como humano practicante.
Ellos están siempre conmigo...
aunque sea una vez por semana... o por teléfono o Internet. Tengo un hijo en
Miami-Usa, otro en San José- Costa Rica, y otra hija que vive con mi esposa y
mi nieto - y otra en camino – cerca de Lima. Los tres me mandan siempre un
regalito según sus posibilidades. En esto tengo que recalcar lo importante de
darles una buena educación a los hijos. Uno siempre cosechará lo que siembre.
Hace 24 años me consagré a Dios y
hasta hoy no tengo ninguna queja. Dejé un puesto muy importante, dejé otras
entradas suculentas, y me dije a mí mismo que Dios, con su Divina Providencia
se encargaría de mí. ¿Sabes que significa “La
Divina Providencia"? Es la Voluntad de Dios para hacer lo que Él
necesita de ti y el apoyo que Él te da al usarte... si tú lo aceptas.
Esta opción no salió de mí mismo.
Mi director espiritual me lo había pedido, que dejara todo y que me quería en
el altar, junto a Dios. Pero yo decía ¿Si dejo todo
dé que voy a vivir? ¿quién velará por mi familia?. No hice caso y poco
tiempo después me robaron todos los artículos de los que yo usaba para vivir.
Como que Dios me estaba diciendo: “Si no entiendes
a las buenas... entonces a las malas”.
Al poco tiempo, mi director
espiritual tuvo que viajar al extranjero y esa fue mi advertencia final: ¡Ahora te dedicas a mí o terminas de perderte! Mi
director espiritual me había dicho que ya “podía
volar solo”. Así que, ante tanta insistencia de Dios formé mi grupo de
oración, pero lo hice con gente nueva, no llamé a nadie de mi comunidad. Al
principio sólo éramos dos y luego el grupo se convirtió en muchos más, hasta en
lo que actualmente es.
Alguien me preguntó:
-“¿Cómo es que
llegan a ti? ¿De dónde salen los instrumentos?
Yo respondí:
-“Dios los trae...
Dios me los pone. ¿Cómo? No lo sé. Pero cada uno que llegó a mi grupo fue
traído por Dios”.
Tengo en mi grupo a personas que
desde niños empezaron – gracias a sus padres y a Dios – y que hoy son valiosos
instrumentos de Él. Otros entraron al grupo ya mayores y no me puedo quejar...
Dios les da para que les sobre algo para mí – yo puedo vivir, mejor dicho
existir – gracias a la Divina Providencia. No me equivoqué al aceptar a Dios en
mi vida. Hasta ahora me puedo despertar sabiendo que no me faltará nada para
seguir viviendo y para seguir sirviéndolo.... a pesar que nunca fui un santo
antes de conocerlo realmente. Desde que me entregue a Dios no me enfermo....
eso significa para mí, que Dios me necesita como testimonio de lo que fui y lo
que actualmente soy.
Ayer quise agradecer a varios
miembros de mi grupo por todo lo que ellos han aportado durante todo este
tiempo, pero el Señor me cortó, no quiso que lo hiciera, quizás para probar su DAR sin tener QUE
RECIBIR... algo así como algo que sale sin que te lo propongas. No
quiero nombrarlos porque es posible que me olvide de algún nombre, pero en mi
grupo de oración, hay algunos que todos los días me llaman para saber si
todavía sigo vivo; otros que me dicen que han cocinado mucho y que pase a
recoger alimentos, etc. – vivo solo con mi perrito, mi ángel de la guarda - o
si necesito algo... para mí es mi ángel de la guarda el que me quiere mostrar
su presencia... por supuesto por orden de Dios. ¿Qué
sería de mí sin los ángeles de mi grupo?... o sea de los instrumentos
que Dios me dio para hacer llegar su Palabra.
Si hay algo de lo que me
cuestiono siempre es: ¿De dónde salió esa fe
indestructible que yo tengo? Yo puedo tener lo que me da la gana, si es
para mi bien o para otros con solo pedírselo a Dios. Yo puedo dormir tranquilo
y despertarme igual porque sé que Dios, y María, mi amada Reina del Cielo,
están conmigo.
Si ustedes pudieran sentir lo que
yo siento cuando viene María, la Madre de Dios y Madre mía y me toca a través
de sus instrumentos y me dice: “Hijito...”, y
lo que sigue... muchos me enviarían con una envidia sana, por supuesto. Qué más
cuando viene Jesús o el Padre, o el Espíritu Santo o alguno de los cuatro
ángeles del grupo... es indescriptible esa situación... pero tú también la
puedes experimentar si te entregas sinceramente a Dios.
¿Sabes lo que se
siente cuando recibimos el mensaje de que un miembro de nuestro grupo o de un
familiar cercano ya llegó al cielo? No te lo puedes imaginar... nos faltan lágrimas de
amor para aceptarlo en nuestro corazón.
Estuvimos pidiendo por nuestra
hermana Marina, que hace poco se la llevó el Señor, Él nos dijo - hace dos
semanas - que sólo la daría el mensaje a su hija Silvana. Hicimos lo posible
para que ella estuviera hoy con nosotros – sólo tiene 11 años y es un instrumento
valioso para nuestro grupo - ¿Saben que pasó? Su
madre le habló – con el permiso de Dios – y todos los del grupo soltamos
lágrimas de amor, como las veces anteriores en que el Seños nos dio esta clase
de regalos. Podrán leer el mensaje que recibió de su madre esta niña mañana.
Anteriormente, Dios nos dijo que
alguno por los que pedíamos ya estaban en el cielo y nos conmovíamos tanto como
esta noche... la voz que salía del instrumento con el mensaje para su hija era
la de Marina... varios de los presentes lo certificaron.
Dios se pasa y nos
vuelve locos de alegría cada viernes en nuestra reunión.
Dios bendijo las velas para que
cada uno llevara la LUZ a sus hogares, repartió pétalos de rosas y rosas en sí,
entre todos los que asistieron... cada color específicamente a cada uno. Tres
colores: Rojo, rozado y blancas. Rojo: Amor,
Rosado: ambas, y Blancas: Paz en tu corazón. Luego bendijo nuestro
compartir... más de uno trajo una botella de vino. Me encantó que los niños – 3
o 4 años – mojaban su pan en el vino y repetían una y varias veces ese estar
con Dios. Esos niños serán los nuevos instrumentos de Dios... son tantos que
habrá para escoger.
Agradezco a todos los que estuvieron presentes y a los que no pudieron venir pero que nos tuvieron en sus oraciones.
Agradezco a todos los que estuvieron presentes y a los que no pudieron venir pero que nos tuvieron en sus oraciones.
José Miguel Pajares Clausen
Grupo Católico de Oración por los Enfermos “Sí
Señor”. Octubre 21, 2011
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