domingo, 3 de julio de 2016

EL PEOR ATAQUE CONTRA EL CRISTIANISMO VIENE DE ADENTRO DE LA IGLESIA


Los católicos estamos poniendo mucho énfasis en el ataque que estamos sufriendo de parte del mundo occidental laicista que está expulsando a las religiones del área pública, pero no tendría el efecto que vemos si el cristianismo estuviera compacto y tuviera la fe que tenían los primeros cristianos.

Aquí nos encontramos ante el dilema del huevo o la gallina, que es primero, porque esta actividad y actitud del mundo laicista occidental sólo sería posible en esta magnitud sí el cristianismo no está fuerte.

Sí cristianismo está fuerte y cree realmente en la doctrina, es capaz de salir a evangelizar de nuevo y crear los antídotos ante estos ataques; podría recomponer la cultura que se está perdiendo.

Pero el cristianismo está desvaneciéndose dentro de los propios cristianos.

Hay una herejía monumental en nuestro tiempo que supera a la herejía más grande que ha sucedido en el catolicismo, que fue el arrianismo, la cual negaba abiertamente la divinidad de Cristo.

Ahora existe lo que llamamos un arrianismo sigiloso, que no niega abiertamente ni proclama a toda voz desde los púlpitos la no divinidad de Cristo en las palabras, sino que la niega en sus acciones.

Durante por lo menos los últimos 50 años los arrianistas sigilosos dentro de la Iglesia Católica ya sean laicos, religiosos o sacerdotes, han hecho todo lo posible a su alcance para eliminar las cosas que apuntan a la divinidad de Cristo y a la sobrenaturalidad de nuestra fe.

Ejemplo de esto ha sido el despojamiento en las iglesias del arte sagrado, la arquitectura sagrada, la música sagrada e incluso de los elementos sagrados del santo sacrificio de la misa.

Se ha perdido la maravilla. Y eso es lo que lleva a muchos católicos a presentarse a recibir la Eucaristía vestidos de manera inconvenientes, tomando la ostia como si estuvieran metiendo la mano en una bolsa de papas fritas y sin asombrarse del milagro; y esto se trasmite a todos a través del clima en el propio templo.

Pensemos en la transubstanciación, que aunque se diga que cristo está con su cuerpo y sangre en la hostia consagrada, en el fondo pocos creen en ello, sino lo tratan de una explicación piadosa medieval, de algo simbólico.

Lo más sorprendente es que estos individuos de vez en cuando asisten a misa, porque en realidad no tienen por qué participar en misa ya que descreen de muchas de las cosas que hacen a la maravilla del regalo que nos hizo Jesucristo de vida eterna.


Y esto es porque la iglesia se ha ido convirtiendo en una ONG que realiza obras de caridad y practica el buenismo, con reuniones sociales básicamente los domingos.

El problema es el modernismo, que es la idea de que lo sobrenatural no es creíble en esta época moderna y ha sido superado por los conocimientos científicos.

Habido una fantástica estrategia de desmitologización de las historia de la Biblia, eliminando los milagros y elementos sobrenaturales de los evangelios.

Lo que ha tenido una influencia muy grande los seminarios, que luego se ha transmitido a los púlpitos en todo el mundo.

El proceso se vendió como un pasaje desde un catolicismo infantil a un catolicismo maduro.

Las historias sobrenaturales tuvieron que ser eliminadas porque no encajaban con el mundo moderno; las doctrinas relativas con demonios, ángeles, cielo e infierno fueron extirpadas a través del silencio de los púlpitos porque se consideraban primitivas y medievales y poco creíbles para gente moderna

Y lo peor que esto no partió de los laicistas presionando a la iglesia, sino que partió del propio seno de la iglesia, que vació este contenido sobrenatural.

Se llegó a la concepción de que la religión que profesamos es hecha por el hombre y puede ser cambiada su doctrina a los antojos y modas del momento, y que en realidad los milagros no ocurren.

Así católicos y protestantes por igual crearon de la religión cristiana una organización de buenas obras en la tierra.

En lugar de la alimentación de los cinco mil que habla la Biblia, desde los púlpitos se ha hablado que el verdadero milagro es el hecho de que todo el mundo comparte la cena, y así muchos sacerdotes cuando hablan de la eucaristía se refieren a ella como la Cena del Señor, como si fuera un acontecimiento social y no un hecho sobrenatural en el que Cristo se da a nosotros con su sangre y su cuerpo.

Todo ha sido sigilosamente y secretamente reinterpretado por la eliminación de la explicación sobrenatural, dándole a las palabras otro significado que el que originalmente tenían.

Por ejemplo cuando algunos dicen “Aleluya Cristo ha resucitado” quieren decir que de alguna forma, las maravillosas enseñanzas de Jesús continúan siendo practicadas por sus fieles seguidores, y lo mismo puede decirse del rol de María en nuestra historia de salvación, cuando a María se la considera una chica judía silenciosa, que tuvo una crisis de embarazo, y dio a luz a un gran maestro.

Entonces son innecesarios los sacramentos y una vida de arrepentimiento y de fe. Del mismo modo que se han reinterpretado en muchos casos la confesión, que es considerada para personas inseguras, y el matrimonio, en el que criterio actual es que se puede ser flexible porque la misericordia es todo.

Pero la gente no es tonta y a la larga se da cuenta. Su conclusión es que si la religión que practican se resume a la paz, la justicia y el trabajo social, entonces ¿qué sentido tiene levantarse temprano para ir a misa, escuchar himnos mal cantados y tristes, una homilía mal preparada y en bancos incómodos? ¿Por qué no quedarse a dormir o ir a disfrutar del buen día con amigos?

Esto nos lleva a la triste realidad de que el adoctrinamiento arrianista sigiloso dentro de la iglesia, que ha llevado al rechazo de lo sobrenatural, ha sido tan grave, que sólo permanece un remanente en la iglesia que confía en el poder sobrenatural de Dios.

Basta conversar con la persona que tenemos al lado en el banco para darnos cuenta de todo lo que se ha perdido en el campo sobrenatural.

Todo esto nos hace débiles en lugar de guerreros poderosos y fuertes listos para enfrentarse a los poderes del mundo satánico.

Hablando sobre la necesidad de una nueva evangelización, el Papa Benedicto XVI dijo “el verdadero problema de nuestro tiempo es la crisis de Dios, la ausencia de Dios disfrazada por una religiosidad vacía”.

Esto termina derrumbándose por completo, por eso la disminución del número de cristianos en occidente, y lo que es peor, la disminución de la presencia de la fe en los que aún quedan.

Este ataque espiritual ha generado una epidemia de pereza espiritual que amortigua la vida divina que Dios nos da.

Por eso el camino más seguro para recomponer el cristianismo en occidente es volver a la maravilla de la sobrenaturalidad, volver a oír y creer en las maravillosas historias de milagros contadas por la Biblia y sentir y comprender que todo es gracia.

Foros de la Virgen María

No hay comentarios: