En un artículo anterior vimos
como Dios castigó al
pueblo de Israel a través de los asirios por su infidelidad y
maldad, al invadir y destruir las diez tribus del norte que componían Israel,
dejando sólo a Judá en el Sur, junto con algunos de los levitas y de la tribu
de Benjamín, causando que las “diez tribus perdidas” hayan desaparecido hasta el
día de hoy.
¿Podemos ver un paralelismo
entre lo que le sucedió a las tribus de Israel a lo que está en proceso en
occidente?
Sin duda la cultura occidental
(una vez llamada Cristiandad) tiene una relación especial con Dios por la fe en
Cristo y la visión moral que una vez que nos unía, pero eso se ha perdido por
infidelidad (adoración a otros dioses) y maldad (abandono de la moral
cristiana).
Occidente ha llegado a un endurecimiento de su corazón a pesar de haber sido advertido de orar,
convertirse y arrepentirse del pecado, como pide una y otra vez en todas
las apariciones modernas – desde Lourdes en adelante – la Santísima Virgen, y
desde Fátima en adelante advierte sobre las consecuencias de no hacer caso.
La
incredulidad se ha disparado y se ha producido un enorme alejamiento de la
práctica de la fe; hemos visto la consolidación del “derecho” al aborto; la desintegración de las familias, la
promiscuidad sexual, la confusión y el crecimiento de todo tipo de trastornos.
Ya en la década de 1940, CS Lewis lamentó
la pérdida de la fe en Europa y observó que era peor que un retorno
al paganismo: al menos los paganos y bárbaros tenían la creencia en
deidades y algo de respeto por la ley natural. Mientras que la Europa pagana
era como una virgen a la espera de su novio, la Europa moderna de la década de
1940 era una divorciada enojada, y de malos modales. Y las cosas se han puesto
peores en estas 7 décadas.
El
Antiguo Testamento nos recuerda que nuestros pecados e injusticias no pueden
durar para siempre. Dios escucha el clamor de los pobres, de los
abortados, de las víctimas de la revolución sexual, de los niños que sufren de
la mala conducta de sus padres, de los que sufren a causa de nuestra codicia…
No podemos ver el futuro con claridad,
pero bíblicamente e históricamente es cierto que Dios permitió el mal y el
pecado, pero advirtió a través de los profetas que eso no podía durar, una y
otra vez, y al final lo hizo terminar. El mal tiene su cuarto de hora pero
también tiene su fin, que es la desintegración, porque lleva internamente la semilla
de la destrucción.
¿Cómo
es que se produce el colapso? ¿Cómo cuentan las escrituras que se produce la
destrucción del mal?
Parece que hay tres modelos a
través de los cuales se produce este colapso: el de la enfermedad terminal y el
de la destrucción por terceros y el de la destrucción por eventos de la
naturaleza. Pero como demuestra la historia, los tres modelos se pueden ver
combinados.
El Modelo de la Enfermedad
Terminal
El
pecado en una sociedad corroe como el cáncer en una persona. El pecado sin
arrepentimiento se acumula en una persona y en una cultura, sus efectos crecen
y finalmente, la condición se vuelve irreversible.
El
castigo por el pecado es más pecado. La oscuridad se hace cada vez más profunda. La luz parece
desagradable y es rechazada. La esperanza de una curación se desvanece como la
misma medicina necesaria (la fe) es rechazada y burlada.
Se
multiplican los trastornos de todo tipo. Los sistemas base como la familia caen bajo el
peso del creciente pecado y el egoísmo. Las bajas tasas de natalidad y el
aborto reflejan este egoísmo y destruyen
uno de los instintos más básicos: la supervivencia, lo que se ve en la
creciente normalización de la eutanasia.
Bajo
la carga del pecado, cada vez menos gente en una cultura puede despertarse para
hacer los cambios necesarios.
La gente y las culturas bajo
este estado simplemente se desvanecen, sustituidas por otras que todavía tienen
las virtudes y valores básicos que garantizan su continuidad. Incluso si los
que la sustituyen tienen virtudes sin refinar, ellos al menos las tienen. Es la
historia de las
civilizaciones que narra Arnold Toynbee.
En
muchos sentidos, esto es lo que pasó con el mundo grecorromano. Roma no fue
conquistada tanto como que se desvaneció. Sí, hubo escaramuzas con los bárbaros, pero no
fueron grandes ni un enfrentamiento final.
Los
romanos se convirtieron suavemente; perdieron las virtudes de la familia y la ética
de trabajo; se plegaron a la inmoralidad sexual y el infanticidio; dependían de
mano de obra esclava importada para hacer su trabajo y se dedicaron a un ocio
cada vez más decadente.
Poco a poco Roma se desvaneció cuando fue superada
por bárbaros, que a pesar de ser
feroces, aún tenían las virtudes naturales necesarias para formar una cultura.
Esto también parece estar
sucediendo a Europa en la actualidad, ya que simplemente su cultura está siendo
reemplazada por los musulmanes. Y aunque por desgracia no son cristianos, en
realidad creen en algo. Aunque a menudo feroces, son al menos apasionados y
dispuestos a hacer sacrificios por su visión, aunque sea imperfecta.
En este modelo de la enfermedad terminal, Dios parece sentarse y permitir que el pecado
siga su curso, poniendo fin a una cultura sin arrepentimiento.
El Modelo de Destrucción por
Terceros
En
este modelo Dios produce un final más rápido y decisivo del pecado y la falta de
arrepentimiento;
es en gran medida sucedió con la invasión de los asirios al pueblo de Israel.
Una
debilidad general se introduce en una nación o cultura y a través de falta de
arrepentimiento la debilidad crece, haciendo que la nación se blanco fácil para
sus enemigos.
Una nación y cultura
pecaminosas se convierte en conflictiva en su propio interior porque el pecado
tiene sus raíces en el egoísmo. Por lo tanto, en una nación de pecado sin
control y sin arrepentimiento disminuye la unidad. Y cuando los enemigos
comienzan a atacar, no es posible acordar una estrategia para repeler las
amenazas.
En
el antiguo Israel Dios envió profetas para asegurar un arrepentimiento y para
fortalecerlo.
La mayor parte de las reformas llevadas a cabo, sin embargo, fueron fugaces y
tibia.
Dios
entonces envió advertencias finales de la destrucción inminente, como hemos visto en
Amos 3: 1-8; 4: 11-12; 3: 11-12.
Con
el tiempo y con brusquedad, Israel y Judá sufrieron derrotas sorprendentes, por primera
vez en el año 721 aC, y más tarde en el año 587 aC.
Jesús
también advirtió a los judíos de su tiempo de la destrucción inminente de su
país si no se arrepentían y depositaban la fe en él. Cuarenta años
más tarde, Jerusalén fue destruida, el templo quemado (y no volvió a ser
reconstruido), y 1,2 millones de judíos perdieron la vida en la guerra.
Este es el modelo de destrucción, que se inicia como el modelo de la enfermedad
terminal, pero termina en una crisis repentina (provocada por el pecado)
en lugar de una forma gradual de desvanecimiento y sustitución.
En nuestros tiempos, el modelo de la enfermedad
parece más evidente. La decadencia del
ocio y el egoísmo del pecado están progresando. Nuestra condición pecaminosa se
acentúa cada vez más y justo cuando pensamos que las cosas no pueden ir
peor, los trastornos se multiplican. En lugar de ser abordados como problemas,
se celebran.
En Europa parece que una
especie de sustitución está en marcha, a pesar de un cierto despertar por
algunos por los bajos índices de natalidad. Y en los Estados Unidos, no está
tan claro qué va a pasar, pero puede verse una mayor tendencia al conflicto
interno.
En ambos lugares centrales de occidente es muy
claro el alejamiento de la fe, un avance
en sentido contrario a lo que dicta la moral judeocristiana y una
desintegración de la trama social que está siendo contenida por un cada vez
mayor autoritarismo.
El Modelo de Destrucción por
Eventos de la Naturaleza
Este es el
tipo de corrección por el que se inclinan los supuestos mensajes que la Virgen
María viene dando a videntes desde Fátima
para acá, que se producirán catástrofes naturales como castigo.
Y tienen su predicamento popular habida cuenta de
que los desastres climáticos se han
multiplicado en las últimas décadas.
Incluso en los secretos dados a los videntes de Medjugorje, del cuarto al décimo secreto serían eventos en la naturaleza,
probablemente culminando, según analistas, con los famosos tres días de
oscuridad.
La característica de este tipo
de intervención divina es que es rápida, fulminante e imprevista, y produce un
cambio de raíz en la cultura, que prácticamente tiene que empezar de nuevo.
Esto tiene su referencia bíblica porque la Biblia
dice en Génesis 19: 24 que Dios
destruyó Sodoma y Gomorra al hacer llover fuego y azufre sobre ambas ciudades.
Y
esto parece tener una explicación científica. El Dr. John S. Lewis, profesor emérito de
Ciencias Planetarias de la Universidad de Arizona y co-director del Centro
Espacial de la NASA en su libro: Rain of Fire and
Ice: The Very Real Threat of Comet and Asteroid Bombardment plantea
que la destrucción de Sodoma y Gomorra fue causada por un bombardeo cósmico.
“La lluvia
de fuego desde el cielo, podría ser una descripción de la ruptura y la
desintegración de un cometa en la atmósfera de la Tierra por encima de estas
ciudades antiguas, ya que grandes trozos de material rocoso y de hielo
cayeron desde el cielo, esto sería visto como lluvia de fuego desde el cielo.
Además, el material cometario es rico en azufre. Incluso una caída de
meteoritos pequeños puede producir un olor a azufre que es tan fuerte que casi
lo ahoga a uno”.
A pesar de la riqueza de Sodoma y Gomorra se volvieron llenas de corrupción, adulterio,
fornicación y homosexualidad. A causa de estos pecados, Dios dijo: “los
destruiré”.
Los ciudadanos de esas
ciudades fueron advertidos por el siervo de Dios Abraham para que se
arrepintieran y retornaran a Él, pero no le creyeron y no quisieron escuchar. Se
sentían que eran invulnerables y que ni siquiera Dios mismo los podía tocar. La
historia de Sodoma y Gomorra se encuentra en Génesis 18:20 hasta el capítulo
19.
Incluso
Abraham intercedió ante Yahvé para que perdonase a Sodoma y Gomorra (Génesis
18:23-33). Dios le dijo a Abraham que si él pudiera encontrar sólo 10 personas
justas delante de su presencia, no destruiría las ciudades, pero Yahvé no podía encontrar ni siquiera
diez justos en ese lugar.
Hoy los tres modelos de
intervención correctora de Dios están sobre la mesa, mientras, las apariciones
de la Virgen María se multiplican e insisten permanentemente en la conversión y
el arrepentimiento de nuestros pecados, y advierten sobre las consecuencias si
no se hace caso. Todo está a la vista de todos.
Foros de la Virgen María
No hay comentarios:
Publicar un comentario