La respuesta no puede ser más obvia:
no, rotundamente no.
Más allá del hecho de que Jesús
nunca visitara la Península Arábiga ni Mahoma Palestina, más determinante aún
es que mientras Jesús fue
crucificado en torno al año 30, muy probablemente el propio año 30, Mahoma nació en el 570, lo que
históricamente hablando separa a ambos personajes ni más ni menos que 540 años,
esto es, cinco siglos y medio que hacen imposible todo conocimiento personal
mutuo.
Y sin embargo, para la tradición
islámica, dicho contacto entre Jesús
y Mahoma existió, tratándose de
un contacto que, además, para esa misma tradición, se produjo tal día como
ayer, en el que los musulmanes celebraban el isra’ o viaje nocturno del
Profeta, culminado por el mi’râÿ, o ascenso al cielo desde Jerusalén (sobre el tema se puede ver el artículo publicado ayer
en esta misma columna)
Y es que una vez en el cielo, Mahoma se va encontrando con los
distintos profetas del Antiguo y
el Nuevo Testamento, entre ellos
el propio Jesús. Lo cierto es
que de dicho encuentro no existe rastro en el Corán, pero sí en cambio en las otras fuentes islámicas, tales como
el Hadiz o la biografía que del Profeta escribiera un siglo después de
su muerte Ibn Ishaq, una
biografía(1) a la que
nos referíamos ayer también.
Pues bien, en dicha biografía el
encuentro es relatado de la siguiente manera. Mahoma, en Jerusalén gracias al
caballo Al Buraq a lomos del
cual ha volado desde La Meca, ha ascendido ya al primer cielo en compañía del Arcángel Gabriel, ocurriendo entonces
lo siguiente: “Después de esto, Gabriel me llevó hasta el segundo cielo,
donde se encontraban los dos primos, Jesús Hijo de María, y Juan Hijo de
Zacarías”.
Producto de ese encuentro, Mahoma hasta proporciona un retrato
físico de los profetas con los que departió, entre los cuales Jesús, a quien describe de la
siguiente y curiosa manera: “Jesús Hijo de María no es ni alto ni bajo,
tiene el pelo suelto, y un semblante radiante, como si acabara de salir de un
baño y el agua goteara aún de su cabeza, aunque no hay agua en absoluto”.
El Al-Muwatta, una de las más antiguas recopilación de hadices,
recoge un nuevo encuentro entre el Profeta
y Jesús Hijo de María, en
circunstancias que son algo distintas, pero que difieren muy poco por lo que
respecta al retrato físico de Jesús.
El relato(2) pone en
boca del Profeta las siguientes
palabras: “Me he visto esta noche junto a la Kaaba y he visto a un hombre
moreno, como lo más hermoso que puedes ver entre los hombres morenos, con un
mechón de pelo como lo más hermoso que puedes ver, que se había dejado suelto y
del que goteaba agua, apoyado en dos hombres, o en el hombro de dos hombres,
circunvalando la Kaaba y pregunté: “¿Quién es?”. “Es el Masih, hijo de María””.
(1) Tomado de la versión inglesa
reducida editada por Michael Edwardes de The Folio Society.
(2) Tomado de la versión española del Al
Muwatta realizada por Madrasa Editorial.
Luis
Antequera
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