martes, 22 de mayo de 2012

EL ANACORETA, LA LEY Y LA LIBERTAD


El joven seguidor llevaba unos días preocupado. Durante la comida preguntó al Anacoreta:

- ¿Cómo podemos ser libres si hemos de cumplir la ley?

Sonrió el anciano mientras se servía unas deliciosas croquetas que le había enviado una amiga:

- Nuestro error está en considerar la ley como un mandato externo. La verdadera ley está en nuestro interior y nos indica el camino de la libertad, los peligros que hemos de evitar para ser libres...

El joven repuso:

- Si, pero los mandamientos vienen de fuera...

El Anacoreta movió la cabeza negando y dijo:

- Los mandamientos los llevamos dentro. Y no olvides que Jesús nos los resumió en amar a Dios y amar al prójimo. Este es un camino de liberación. Amar a Dios sobre todo, significa no dejarnos esclavizar por nada, porque sólo Dios es Dios. Es la liberación de todas las sumisiones que nos esclavizan en este mundo. Y amar al prójimo nos indica que el límite a nuestra libertad son los demás. Si les amo de verdad, no haré nada que pueda dañarlos...

Siguieron comiendo en silencio hasta que el Anacoreta exclamó:

- Gloria hace cada día más buenas las croquetas...


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