martes, 1 de noviembre de 2022

UN SACERDOTE DIFERENTE

Hace poco fui a misa. Sentía una necesidad de ir a la Iglesia y saludar a Jesús, de participar de la Eucaristía.

Me encontré con un sacerdote diferente. Celebraba la misa con una particular devoción. Me impresionó cuando elevó las especies consagradas y las miraba con tal cariño, con una ternura tan grande y profunda, que te llegaba al alma.

La misa continuó y nos sentimos transportados al Paraíso, en la presencia de Jesús. Cuando terminó, fui a la sacristía, y le dije emocionado:

Gracias... por ese amor y delicadezas con el buen Jesús, por su amor a Jesús Sacramentado.

Me tomó de las manos agradecido. Sonrió y me dijo algo que nunca olvido:

Rece mucho por mí.

En ese momento pensé: ¿Cómo un hombre santo me pide que rece por él?

A menudo reflexiono en ello: ¿Rezar por los sacerdotes?

Comprendí que se parecen tanto a nosotros. Y a la vez, son tan diferentes. Tienen algo de sagrado, un Cristo metido en sus almas, que nos ve a través de ellos y nos bendice y nos perdona.

Pienso también en su gran lucha espiritual. Son los más atacados y golpeados. Por los que no les comprenden. Por los que hablan mal de ellos.

¿Te has dado cuenta? Cargan con sus problemas y con los nuestros. Es justo que también lleven, en sus almas, nuestras oraciones y nuestro afecto.

Siempre he tenido un cariño muy particular por los sacerdotes, sin importar su carácter, su raza o su idioma. Me han dado los mejores consejos. Han estado presentes en los momentos más importantes de mi vida. Y he tenido la gracia de conocer y cultivado la amistad de algunos.

Qué bueno saber que aún hay almas que se atreven a vivir el Evangelio, a escuchar el llamado de Jesús. Hay que ser valientes, decididos, y tener una confianza grande en la voluntad del Padre. Abandonarse en sus brazos.

Esto es un sacerdote: un Cristo en la tierra.

Pidamos por ellos, para que Dios, en su bondad infinita, les preserve de todo mal y los haga crecer en santidad.

¿Eres sacerdote? Gracias. Gracias, por tu entrega. Gracias por tu amor a Jesús Sacramentado. Por tu fidelidad. Por enseñarnos el camino. Dios te bendiga.

AMIGOS DEL PADRE LUIS TORO

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