Después del post sobre si un versículo de un salmo pertenecía o no a la Biblia, me gustaría añadir estos dos textos de la sesión IV del Concilio de Trento:
Si
alguno, pues, no reconociere por sagrados y canónicos estos libros, enteros, con todas
sus partes, como ha sido costumbre leerlos
en la Iglesia católica, y se hallan en la antigua versión latina llamada Vulgata.
(…)
Considerando
además de esto el mismo sacrosanto Concilio, que se podrá seguir mucha utilidad
a la Iglesia de Dios, si se declara qué edición de
la sagrada Escritura se ha de tener por auténtica entre todas las
ediciones latinas que corren; establece y declara, que se tenga por tal en las
lecciones públicas, disputas, sermones y exposiciones, esta misma antigua
edición Vulgata, aprobada en la Iglesia por el largo uso de tantos siglos.
Es cierto
que amo mucho, muchísimo, la Biblia; pero mi amor hacia las Escrituras es
católico.
¿Qué
fue antes la Iglesia o la Palabra de Dios? Lo que
salía de la boca de la Palabra (Logos) encarnada era palabra de Dios. Esa
palabra convoca a la Iglesia. Por eso su palabra precede a la Iglesia, la
convoca, la construye, la crea. Dios crea, y su palabra hace surgir esa
creación espiritual que es la Iglesia.
Pero es
cierto que hubo un tiempo en que existía la Iglesia y todavía no existía la
Biblia, todavía no se habían compuesto los cuatro evangelios y ya existía la
Iglesia. Pero la Biblia no es otra cosa que expresión de esa palabra de Dios
viva, oral, que se proclamó directamente por boca de los profetas (al dar
oráculos exactos), del Mesías y de los apóstoles (al repetir las palabras de
Jesús). En ese sentido, la palabra de Dios precedió a la Iglesia; pero la
Iglesia precedió a la Biblia.
¿Tal
o cual versículo pertenece a la Biblia? Pues me
someto a lo que diga la Iglesia. Ahora bien, todo parece indicar, por los dos
textos mencionados del Concilio de Trento, que ese versículo del que hablé no
pertenece, pues no aparece en los LXX ni en la Vulgata, dos traducciones que
considero inspiradas.
Valga
esto para ciertas discordancias —muy pocas, poquísimas— de varios libros entre
el texto masorético (lo que llamamos “texto hebreo”)
y la Vulgata.
Martín
Lutero en su Sermones sobre Juan, 16 [LW 24], escribió:
Estamos obligados de admitir a los papistas que ellos tienen la Palabra
de Dios, que la hemos recibido de ellos, y que sin ellos no tendríamos ningún
conocimiento de ésta.
Así que
no tengo la más mínima duda de que Tobías, Judit, Macabeos I y II, Baruc,
Sabiduría, Eclesiástico; y partes de Daniel y Ester, son partes de la
Biblia.
73 libros en el canon católico: número que indica perfección según el
simbolismo numérico de las Escrituras. 66
libros en el canon protestante. No hace
falta indicar que el 6 simboliza lo que está cerca, pero que no ha llegado a la
perfección del 7. Ese simbolismo se ajusta perfectamente a lo que pensamos los
católicos del canon protestante.
Es
curioso, el canon de las iglesias ortodoxas incluye los mismos libros que el
canon católico, más el de 3 Macabeos y 3 Esdras; y divide otro libro en dos.
Pero, al fin y al cabo, dos más. lo cual da el número de 75 libros. 7+5 = 12.
La misma cifra que 6 + 6, en el número de libros protestantes. Increíble. Según
el simbolismo numérico el canon católico sería la perfección, frente a lo humano
(12 es un número humano) que o se queda corto o se pasa. También en el número
hay un mensaje. Maravilloso.
Después
de toda una vida leyendo y amando la Biblia, siempre lo he tenido claro, sin el
menor atisbo de duda: ¡Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica!
P. FORTEA
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