Reflexión del Evangelio de Lucas 21, 1-19
Por: Mons. Salvador Martínez | Fuente: Desde la Fe
Vemos en el texto de hoy que Jesús habla sobre varios temas. ¿Me puede decir cuál de ellos es el más importante y
también si es que hay un hilo conductor común entre los demás?
El texto del evangelio de San
Lucas que hemos leído hoy se encuentra dentro del ministerio de Nuestro Señor
Jesucristo en Jerusalén. Consta de tres partes, la primera de ellas es un
relato con enseñanza (Lc 21,1-4) sobre la limosna de la anciana; la segunda
parte es sobre la duración del Templo de Jerusalén (Lc 21, 5-7); y la tercera
parte es un discurso de respuesta a las preguntas: ¿Cuándo
sucederán estas cosas? ¿Cuál será la señal? Y trata sobre lo que
sucederá a los discípulos de Jesús en el futuro (Lc 21,8-19).
Por la cantidad de materiales
empleados, es bastante claro que el tema de los acontecimientos futuros, para
los discípulos del Señor es el más importante. Los contenidos de este discurso
pueden resumirse en: no dejarse engañar por falsos
mesías, ni anuncios o señales terribles; anuncio de futuras
persecuciones, pero de intervenciones extraordinarias de Dios en ayuda de los
suyos; conclusión “Con su perseverancia salvarán sus vidas”. Ahora bien,
podemos preguntarnos ¿De qué manera las dos primeras partes sirven o ayudan a
la comprensión del discurso sobre el futuro?
La primera parte, que es la limosna de la viuda pobre, nos habla de una confianza total en
la providencia de Dios, ella entrega a Dios todo lo que tenía para vivir, Él se
encarga de la vida de ella, de su casa, vestido y sustento. Una persona que es
perseguida suele tener la tentación de sucumbir. Jesús habla de ser llevados
ante tribunales, denunciados por los parientes y los amigos, nos habla de que
algunos morirán, estas cosas solamente se pueden soportar si hay una verdadera
confianza en Dios, como esa confianza de la viuda pobre.
La segunda parte habla sobre la duración limitada del Templo de Jerusalén, esto frente a
las expresiones de asombro por la belleza y solidez de la construcción. Si
bien, la primera enseñanza se dirige al plano interior de los individuos esta
segunda enseñanza mira a constatar que solamente Dios es eterno. Ni la casa de
Dios, el Templo, es eterno. Por tanto, quien se acoge a la sombra del Altísimo
no quedará defraudado. Los tres temas están relacionados y se complementan unos
a otros.
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