-Aplíquese una dosis diaria de Santo Rosario con letanías incluidas (dependiendo de la infección de miedo que tenga, puede aplicarse dos o tres dosis diarias, no hay peligro de sobredosis).
-Use protector
espiritual en todo lugar: medalla de San Benito exorcizada, o un Detente del
Corazón de Jesús, o el Escapulario de la Santísima Virgen María. Usarlos con
discreción, incluso debajo de la ropa.
-Use siempre el
barbijo de las buenas palabras, no comente lo negativo ni pondere el aparente
triunfo del mal o de la muerte: bendiga, perdone, interceda.
-Purifique sus manos
con agua bendita haciendo la Señal de la Cruz al entrar o salir de casa.
-Mantenga distancia
del pecado mortal y del venial, de toda mundanidad o contemporización con el
mundo y con la carne. Decídase a vivir en el Espíritu y ningún mal le
alcanzará.
-Acérquese a
confesarse con sinceridad y deseo de convertirse.
-Reciba la Santa
Comunión en estado de gracia, de rodillas y en la boca, lo más frecuente que
sea posible.
-No tenga temor,
pues el que vive en Usted, el Espíritu Santo, es más grande que el que reina en
el mundo. Repita cada día las veces que pueda: Jesús, en Ti confío. En momentos en los que fastidie el miedo o la
inseguridad: rezar el Acto de Abandono de San Carlos de Foucauld: "Padre mío, me
abandono a Ti. Haz de mí lo que quieras. Lo que hagas de mí te lo agradezco, estoy
dispuesto a todo, lo acepto todo. Con tal que Tu voluntad se haga en mí y en
todas tus criaturas, no deseo nada más, Dios mío. Pongo mi vida en Tus manos.
Te la doy, Dios mío, con todo el amor de mi corazón, porque te amo, y porque
para mí amarte es darme, entregarme en Tus manos sin medida, con infinita
confianza, porque Tu eres mi Padre".
El Señor le bendiga y le guarde en Su Paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario