“Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano".
Salmos 32;3-4
Que
terrible es guardar en nuestro corazón y mente pecados ocultos, y lo peor es
saberlo y no renunciar a ellos confesándolos a Dios para ser perdonados y
recibir bendiciones; pero sobre todo para no tener ESTORBOS
en nuestras oraciones.
En las
Sagradas Escrituras podemos encontrar ejemplos del pecado oculto y las
consecuencias que puede acarrear a nuestra vida. El Rey David fue un rey que
experimentó esta terrible y penosa situación. Este hombre de Dios cometió
diferentes errores y pecados en su caminar con el Señor: Por orgullo censó al pueblo y muchos murieron; no
reprendió a su hijo Amnón cuando violó a su hermana Tamar; y tampoco a su hijo
Absalón por haber asesinado a su hermano. También recordemos lo sucedido
con Betsabé y Urías heteo.
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar
nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” 1Jn 1:9
Hemos
hablado muchas veces que las actitudes como: El
orgullo, engaño, inmoralidad sexual, negligencia, el rencor, etc., nos llevan a
nublar el razonamiento y observar cómo estamos delante de Dios con nuestro
proceder, —porque Dios nos ve tal como somos!!—
¿Ahora
imagine cómo se ve de sucia-o con ese pecado oculto en Ud.?
La biblia
nos enseña qué hay que ir a los pies de Cristo y CONFESARLOS,
quedar limpio, hablar con Dios renunciando delante de él con todo
arrepentimiento y honestidad en nosotros esos pecados que guardamos ocultos en
nuestra mente en nuestro corazón.
Con
tristeza digo lo siguiente basada en lo que dice la biblia, esos pecados
ocultos son un ESTORBO a nuestra oración, y
por eso no hay respuesta divina y no prosperamos en nada, oramos y oramos y en
lugar de recibir bendición empeoran las cosas que nos están pasando, al punto
que pensamos que Dios no nos escucha, o no nos ama.
Pero esto
es una treta más del enemigo, nos convence a mantener esos pecados ocultos y
sin confesar como si fuera algo simple; pero recuerde que pecado es pecado y
hay que confesarlo y renunciar a ese pecado, si de verdad queremos estar bien
delante de Dios.
Hermanos analicen su interior y hablen con Dios y sino, lean está cita y
reflexionen bien en ella…
"El
que encubre sus pecados no prosperará; más el que los confiesa y se aparta
alcanzará misericordia". Prov 28:13
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