7 principios que te demuestran que Dios no te ha
abandonado.
Sabemos
ciertamente que la Escritura dice que las aguas nos llegan hasta el cuello pero
no nos ahogan.
Por: P. Miguel A. Fuentes, IVE | Fuente: TeologoResponde.org
Por: P. Miguel A. Fuentes, IVE | Fuente: TeologoResponde.org
PREGUNTA:
Estimado Padre: Tengo una hermosa familia; buena y piadosa esposa y dos
hijas. Yo en lo personal me considero católico practicante y muy consciente de
la presencia de Dios en todo lo que nos rodea. Estoy en una muy difícil
situación, pues desde hace año y medio no tengo trabajo. Mi trayectoria profesional
fue de excelencia y lo que hago y propongo estoy seguro es de muy alta calidad.
En todo este tiempo desempleado he pedido mucho a Dios que me ayude y también
he solicitado la intercesión de la Virgen y de algunos santos, incluso, algo
que nunca se me había ocurrido, he hablado con mi ángel de la guardia. Pero el
tiempo pasa y se me agotan los fondos de sobrevivencia, de tal manera que me
acerco a un colapso económico con sus secuelas de infelicidad para mi familia.
En ésta situación creo como que Dios me ha volteado la mirada, no entiendo que
espera de mí. El sermón de la Misa del domingo anterior me puso muy reflexivo,
pues el sacerdote se refirió a no esperar ‘magia’ en nuestra relación con Dios.
Hasta ahora he pensado que Dios tiene injerencia en nuestra vida y que
respetando nuestra libertad y responsabilidad, busca nuestro bien, y que le
gusta que toquemos su puerta y le pidamos como a un Padre que es. Dentro de mi
desesperación he pensado en obviar la presencia de Dios en lo referente a mi vida
profesional y económica y circunscribirla a la conducta de cumplir con la
práctica religiosa y pedirle ayuda para no pecar. Padre aconséjeme para no
desesperar en esta situación tan agobiante. Gracias anticipadas.
RESPUESTA:
Muchas personas sienten que el peso del trabajo, problemas familiares,
económicos, legalidad, desempleo, etc., los ahogan y no encuentran salida por
ninguna parte (aún siendo un cristiano practicante), sienten que no pueden con todo esto y más
cuando le vienen más de 2 o 3 problemas de esos juntos. Esto puede sucederle a cualquiera de nosotros
en algún momento de nuestra vida.
Para los planes de Dios sobre cada uno de nosotros no existen respuestas teológicas concretas.
No sé qué pueda querer Dios de usted, ni hasta donde lo probará con el
infortunio.
Sabemos ciertamente que la Escritura dice que las aguas nos llegan hasta el cuello pero no nos ahogan. No le
voy a mentir diciendo que ya van a terminar sus sufrimientos. Eso hacen los
horoscopistas que mienten a la gente y juegan con su sed de esperanza y su
credulidad. Pero a pesar de mentirle no le solucionan nada.
7
PRINCIPIOS CLAROS QUE DEBEMOS TENER CLAROS:
- Todo sucede para el bien de los que Dios ama (Romanos 8,20). Aunque
allí no se dice qué se incluye en ese ‘todo´: va desde los dones
materiales de Dios, hasta la cruz y el martirio.
- Dios no permite que seamos probados más allá de nuestras fuerzas.
- Muchas veces las aguas nos llegan hasta el cuello, pero no nos
ahoga.
- Muchas veces Dios espera que le pidamos lo que necesitamos, incluso
con sacrificios, penitencias y votos generosos, y luego actúa. Porque
quería suscitar en nosotros esos actos que nos han de santificar.
- La cruz está en el camino ordinario de toda persona llamada a la
santidad. Y debemos aceptar con paciencia y resignación nuestras cruces;
para eso podemos leer con fruto el Libro de Job.
- Esto no nos exime de poner de nuestra parte todos los medios
materiales para encontrar una salida. Precisamente muchas veces la gracia
que Dios nos da no es el encontrar la salida de nuestros problemas sino la
gracia de intentarlo una vez más, lo cual también viene de Dios.
- En nuestra debilidad se manifiesta la fuerza de Dios, como dice San
Pablo. A veces Dios espera a que estemos completamente abatidos y recién
allí actúa, para que se vea que ha sido su mano la que nos salvó y no
nuestras fuerzas.
Sé que no es sencillo, pero si es tu caso, nunca dejes de orar.
"Siempre y por cualquier motivo, den gracias a
Dios, nuestro Padre, en nombre de nuestro Señor Jesucristo" (Efesios 5,20)
Cuente con mis oraciones.
En Cristo y María.
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