¿Cómo no se puede
ser hijo de Dios si Él es nuestro padre creador?
Por: Fray Nelson Medina, OP | Fuente: fraynelson.com
PREGUNTA:
Buenas tardes
Fray Nelson, tengo una inquietud y quisiera que usted me ayudara a entender. Yo
siempre he creído que todos somos hijos de Dios independientemente de uestras
creencias, sin embargo en diálogos con amistades protestantes les escuché decir
que solo son hijos de Dios los que lo aceptan en su corazón, cosa que debatí
con solo fé y pocos argumento de peso. Hoy en la homilía el padre hablándole a
los catecúmenos dijo que se era hijo de Dios al recibir el sacramento del
bautismo, y que aquellos no bautizados no eran aún hijos de Dios. Yo quedé más
confundida de lo que estaba, pues aunque creo y viví firmemente los
sacramentos, no entiendo como no se puede ser hijo de Dios si Él es nuestro
Padre Creador, qué pasa entonces con los que son de religiones diferentes, los
que nunca se bautizan, etc. Gracias de antemano por su ayuda. Dios y la Virgen
lo guarden. --SC
RESPUESTA:
Las palabras
tienen un sentido estricto, que es formal y preciso, y un sentido laxo o
amplio, que es el propio de las metáforas. Así por ejemplo, la palabra "pan," en sentido estricto, se refiere a
un cierto tipo de alimento pero de manera amplia puede significar todo lo que
es requerido para la vida humana.
Apliquemos
esa distinción al caso de la palabra "hijo."
En sentido ESTRICTO, como nos enseña
Santo Tomás, un hijo es aquel ser que recibe y participa de la naturaleza de
quien es su padre. Por eso, el hijo de un león es león, y el descendiente de un
caracol es un caracol. La idea clave es: participar
de la misma naturaleza.
En sentido AMPLIO, puede llamarse "hijo"
a aquello que tiene su origen o tiene un parecido con otro ser. Así por
ejemplo un escritor puede decir que ha dado a luz una nueva obra, o que quiere
a tal libro como a un hijo. Pero tal "hijo"
no tiene la misma naturaleza de su "padre."
Si pensamos
en sentido "amplio" puede decirse
que todo ser humano es hijo de Dios, porque viene de Dios como Creador, y
porque todos somos imagen y semejanza de Dios, y porque todos potencialmente
estamos llamados a participar de su vida propia. Pero en sentido "propio" no hay una participación de
naturaleza que venga simplemente del hecho de ser creación. Entonces en sentido
estricto no todos somos hijos de Dios.
En sentido
estricto entonces sólo llegamos a ser hijos de Dios por la participación del
Espíritu Santo que se da como don propio de la fe. Esa es la fe propia de los
sacramentos, empezando por el bautismo. Entonces propiamente han de llamarse
hijos de Dios los bautizados en plena comunión con la Iglesia.
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