En la Cuaresma 2015, el Papa Francisco obsequió a
los fieles en la Plaza de San Pedro un folleto especial
titulado “Custodia el corazón”, que fue entregado por varios
indigentes de Roma y que contiene importantes recursos para el camino de
conversión hacia la Semana Santa.
Entre estos recursos está un examen de conciencia de 30 preguntas
planteadas por el Papa para hacer una buena confesión, así como una breve
explicación sobre por qué acudir al sacramento de la Reconciliación.
Este recurso cobra interés en el tiempo de Cuaresma y una nueva edición
de “24 horas para el Señor”, a la que invita
el Pontífice este 29 y 30 de marzo para que los católicos, especialmente los
más alejados de la Iglesia, se reconcilien con Dios en preparación para la
Pascua.
A la pregunta "¿por qué
confesarse?", el folleto contesta: “¡Porque
somos pecadores! Es decir, pensamos y actuamos de modo contrario al Evangelio.
Quien dice estar sin pecado es un mentiroso o un ciego. En el sacramento Dios
Padre perdona a quienes, habiendo negado su condición de hijos, se confiesan de
sus pecados y reconocen la misericordia de Dios”.
Para confesarse, prosigue el texto, es necesario comenzar “por la escucha de la voz de Dios” seguido del “examen de conciencia, el arrepentimiento y el propósito
de la enmienda, la invocación de la misericordia divina que se nos concede
gratuitamente mediante la absolución, la confesión de los pecados al sacerdote,
la satisfacción o cumplimiento de la penitencia impuesta, y finalmente, con la
alabanza a Dios por medio de una vida renovada”.
EL EXAMEN DE CONCIENCIA
A continuación las 30 preguntas propuestas por el Papa Francisco para
hacer una buena confesión:
EN RELACIÓN A DIOS
¿Solo me dirijo a Dios en caso de necesidad? ¿Participo regularmente en
la Misa los domingos y días de fiesta? ¿Comienzo y termino mi jornada con la
oración? ¿Blasfemo en vano el nombre de Dios, de la Virgen, de los santos? ¿Me
he avergonzado de manifestarme como católico? ¿Qué hago para crecer
espiritualmente, cómo lo hago, cuándo lo hago? ¿Me rebelo contra los designios
de Dios? ¿Pretendo que Él haga mi voluntad?
EN RELACIÓN AL PRÓJIMO
¿Sé perdonar, tengo comprensión, ayudo a mi prójimo? ¿Juzgo sin piedad
tanto de pensamiento como con palabras? ¿He calumniado, robado, despreciado a
los humildes y a los indefensos? ¿Soy envidioso, colérico, o parcial? ¿Me
avergüenzo de la carne de mis hermanos, me preocupo de los pobres y de los
enfermos?
¿Soy honesto y justo con todos o alimento la cultura del descarte?
¿Incito a otros a hacer el mal? ¿Observo la moral conyugal y familiar enseñada
por el Evangelio? ¿Cómo cumplo mi responsabilidad de la educación de mis hijos?
¿Honro a mis padres? ¿He rechazado la vida recién concebida? ¿He colaborado a
hacerlo? ¿Respeto el medio ambiente?
EN RELACIÓN A MÍ MISMO
¿Soy un poco mundano y un poco creyente? ¿Como, bebo, fumo o me divierto
en exceso? ¿Me preocupo demasiado de mi salud física, de mis bienes? ¿Cómo
utilizo mi tiempo? ¿Soy perezoso? ¿Me gusta ser servido? ¿Amo y cultivo la
pureza de corazón, de pensamientos, de acciones? ¿Nutro venganzas, alimento
rencores? ¿Soy misericordioso, humilde, y constructor de paz?
Redacción ACI
Prensa
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