Una nueva edición del “Curso de Exorcismo y Oración
de Liberación” en Roma será ocasión para reflexionar que la expulsión de los
demonios no es la lucha solitaria de un “súper sacerdote”, sino un trabajo interdisciplinario
de toda la Iglesia, que involucra a los laicos, entre ellos médicos y
psicólogos.
El curso se realizará del 6 al 11 de mayo y es organizado por el
Instituto Sacerdos, el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum y el Grupo de
investigación en información socio-religiosa (GRIS).
En diálogo con ACI Prensa, el P. Luis Ramírez, coordinador del Instituto
Sacerdos y uno de los organizadores del curso, señaló que muchas veces cuando
se piensa “en exorcismo o en oración de liberación,
uno se imaginaba un sacerdote luchando solo contra el maligno, como si fuera
una especie de súper sacerdote, cuando en realidad no hay una división de clase
entre sacerdotes con mayores poderes o sacerdotes con menos poderes. Esto en la
Iglesia no existe”.
Además, explicó, “el exorcista no es el que
está luchando solo contra el demonio, sino que toda la Iglesia, el Cuerpo
Místico de Cristo, lucha contra el demonio”.
“El exorcista es el único que puede ejercer o
realizar el rito del exorcismo, pero tiene que estar acompañado por la Iglesia,
y eso significa su equipo de auxiliares, en el que puede haber laicos, médicos
católicos que no solo apoyan con su ciencia sino también con su oración”.
Además, indicó, son importantes los psicólogos, “porque
una persona que pasa por una situación difícil de vida espiritual también
necesita un apoyo psicológico, la familia necesita un apoyo psicológico”.
El P. Ramírez reconoció sin embargo que en la formación sacerdotal “el tratado de ángeles quedó muy reducido”, y
esto, sumado a que los casos verdaderos de posesión son muy pocos, puede llevar
a que algunos crean que “estos casos no existen o
son problemas que la gente se inventa, son exageraciones, etc.”.
“Hay que ser realistas y equilibrados: no hay que
terminar con un fanatismo de que el demonio está por todas partes y que hay
casos por todas partes, pero tampoco podemos ignorar esto, porque el demonio
existe y sí hay casos reales y concretos”, dijo.
El P. Ramírez señaló que el curso, que este año se realiza por 14ª
ocasión, está pensado “como un curso universitario,
de profundización, académico”.
“La motivación de fondo, cuando pensamos en este
curso, fue que muchos, sean sacerdotes, sean laicos, se encontraban a veces con
situaciones que no sabían cómo manejarlas, situaciones de problemas espirituales,
ciertos comportamientos que no sabían cómo darles una explicación”.
“Estamos hablando aquí de médicos, de psicólogos
católicos, o bien que encontraban casos que no sabían darle explicación porque
estaba ya fuera de su área académica o profesional”, indicó.
Además, señaló, “había un vacío en nuestras
universidades pontificias para dar una respuesta a una necesidad de formación”.
El coordinador del Instituto Sacerdos explicó que el curso está dividido
en cuatro bloques: uno teológico; uno antropológico
y sociológico; uno médico, psicológico y legal; y finalmente uno pastoral.
NO HACER UN MORBO DEL
DEMONIO NI DEL EXORCISMO
El P. Ramírez también subrayó la importancia de no “hacer un morbo” sobre el demonio y los
exorcismos.
El sacerdote señaló que “aquella persona que
quiere hacer un buen trabajo espiritual, un camino espiritual de conversión
continua, normalmente se tiene que confiar y tiene que construir su vida
espiritual en dos grandes columnas: la oración y los sacramentos”.
“Cuando uno comienza a profundizar en esto, tarde o
temprano uno también descubre que siempre está la tentación, que la tentación a
veces no es precisamente una tentación simple, y ahí es cuando uno se da cuenta
de que es verdad, que alguien desde fuera te puede estar tentando, pero no
debería de dar en ningún momento ni miedo ni temor ni hacer ningún morbo”.
Por el contrario, el cristiano debe “seguir
confiando en nuestra vida sacramental y en la vida de oración como dos fuentes
que te ayudan a ver todo con serenidad y en el justo equilibrio”.
“Para alguien que tiene estos dos pilares fuertes,
tocar este tema simplemente es confirmar que el poder de Cristo ha vencido y
seguirá venciendo. Estas son las armas que al final tienen las personas que sí
les toca trabajar en este ministerio”, señaló.
El sacerdote lamentó que en ocasiones “se
nos olvida que el exorcismo es un sacramental, no un sacramento. Por encima de
los sacramentales están los sacramentos”.
“Focalizarnos y hacer un morbo, y hacer como una mala
interpretación, polarizada o exagerada, de un sacramental, significa que
estamos perdidos en el mapa y que no estamos viendo el mapa completo de la vida
espiritual. Porque los sacramentos son los que Cristo instituyó y es Cristo
presente, activo, en persona”, aseguró.
POR DAVID RAMOS
| ACI Prensa
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