Iñigo Allí, exdiputado español, escribió un emotivo
post en Facebook con motivo del cumpleaños de su hija con los recuerdos de los
primeros momentos tras su nacimiento, cómo los médicos le comunicaron que tenía
síndrome de Down y la reacción que tuvieron él y su esposa ante la noticia.
“El otro día volví a ver a Jorge. Hace diez años
que no lo veía. Su cara no se me olvidará jamás. Jorge –ahora sé su nombre- era
el pediatra de guardia en el Hospital de Navarra aquella mañana del 14 de febrero
de 2009. Hoy hace una década en el pasillo de espera me dijo: ‘Enhorabuena, su
hija ya ha nacido. Tengo que decirle que parece que su hija ha venido al mundo
con síndrome de Down’”, recuerda Allí.
Según explica en el post de Facebook, “no sé
cuál fue mi cara ante aquella noticia. Sólo recuerdo que le pregunté: ‘¿Cómo
está la niña? ¿Cómo está Isa, mi mujer?’. ‘Ambas están bien’, respondió con
seguridad Jorge”.
Iñigo recuerda que en ese momento “un
escalofrío” le recorrió todo el cuerpo porque “comenzaba
a ser consciente de que mi hija, a la que íbamos a llamar Inés, había llegado
al mundo con una discapacidad”.
“Esa sensación de inquietud duró diez metros. El
espacio que lleva hasta la sala donde estaba Inés, llorando, sola. En ese
momento, el pediatra colocó con mucho cuidado a mi hija en mis brazos. Inés
estaba conmigo por primera vez. Sus párpados superiores se montaban sobre los
inferiores. Aquella ‘chinita’ se tranquilizó. Dejó de llorar. Fue en aquel instante cuando supe –lo supe-
que mi vida sería distinta. Diferente. Y supe que iba a ser mejor”, afirma.
Isabel, su esposa, se estaba recuperando de la cesárea y aún no sabía
que Inés tenía síndrome de Down, ella estaba “intranquila
por no saber nada de su bebé” y le preguntó: “Íñigo,
¿ocurre algo con nuestra hija?”.
“Le di un beso. ‘Cariño, Inés está bien. Es
preciosa y tiene síndrome de Down’. Sin dar tiempo a nada. Mi mujer me
respondió: ‘Trae a nuestra hija’. Allí,
en ese momento, comenzó una nueva historia en nuestra vida. En nuestra familia.
Una historia maravillosa”, recuerda.
“Cuando los tres, Inés, Isabel y yo estábamos
abrazados, sonriendo y viviendo la plenitud de nuestra respuesta ante aquella
prueba que nos había dado la vida, llegaron para trasladar a planta a la mamá y
a su hija. Se oyó: ‘Inés, qué suerte has tenido al nacer en esta familia’”, explica en el post.
“Han pasado diez años. Y Jorge [el pediatra] me
confesó: ‘Te aseguro que todavía nos acordamos de vuestra fantástica reacción
ante aquella adversidad’”, recuerda.
“No decidí
tener una hija con discapacidad. Sí decidí cómo encarar la vida con ella.
Y lo supe cuando mi mujer y yo, sin mediar palabra, nos miramos reafirmándonos
en aquel reto. Diez años después puedo decir que es un maravilloso reto. Porque
si aquel día mi preocupación era qué le ocurriría a mi hija sin mí. Hoy se ha
convertido en el reverso: que sería de mi vida sin Inés”, afirma.
Iñigo culmina con un mensaje a los padres: “Si
hoy, mañana o en un futuro un médico os comunica que tendréis un hijo con
discapacidad, debes saber que no estáis solos. Y la felicidad está en celebrar
cada pequeño triunfo cotidiano. La
felicidad no se desarrolla en la perfección sino precisamente en la consciencia
de la imperfecta cotidianidad”.
Redacción ACI
Prensa
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