LAMENTA LA INDEFINICIÓN DE ALGUNOS
SACERDOTES CON ESE ASUNTO, PORQUE NO AYUDA
Karl
Miller explica por qué no utiliza la
palabra 'homosexual' para identificarse:
porque las personas no se definen por su comportamiento sexual. "Lo que sé es que soy un hijo amado de Dios, que simplemente siente atracción por el mismo
sexo", dijo recientemente al ofrecer su testimonio en un
encuentro de Courage.
Courage es un
ministerio católico difundido en todo el mundo que ayuda a vivir cristianamente
a las personas que tienen sentimientos como los que expresó Karl: "¿Que por qué los tengo? No puedo hablar por los
demás, pero en mi caso sufrí abusos
cuando tenía 6 años y creo que hay una relación".
Miller
contó su peripecia vital en un acto organizado por la
parroquia de San Judas el 28 de febrero en Chalfont (Pennsylvania),
al que asistió una treintena de personas que escucharon cómo llegó a comprender "la verdad y belleza
de las enseñanzas de la Iglesia".
Karl fue
educado en una familia de gran devoción católica, y supo que él era diferente
cuando empezó a oír hablar de chicas a sus compañeros y vio que él no sentía lo
mismo. Colaboraba en actividades de la parroquia y cuando tenía 15 años llegó a pensar en el sacerdocio.
Pero
cuando probó su primer canuto de
marihuana y empezó a beber, sus criterios morales cambiaron
drásticamente y "se apartaron de la
religión". Primero dejó de ir a misa, y un día acudió a una tienda porno y mantuvo allí un encuentro
sexual. Quedó destrozado, confiesa, pero aquello plantó en él una
semilla. Empezó a frecuentar también las discotecas.
Cuando
tenía 17 años, decidió volver a confesarse. El sacerdote le dijo que tenía que
elegir: o la Iglesia o el mundo gay. Pensó: "¿Y
quién necesita a la Iglesia? ¡Me divierto a lo grande!" Así que dio la espalda a su fe y se sumergió
en el "ambiente", al tiempo que incrementaba su consumo de drogas y
de alcohol.
La madre de Karl rezaba mucho por él, aunque, como en el caso de Santa Mónica con San Agustín, el efecto de esas oraciones tardaría aún mucho en percibirse.
La madre de Karl rezaba mucho por él, aunque, como en el caso de Santa Mónica con San Agustín, el efecto de esas oraciones tardaría aún mucho en percibirse.
EL
SEGUNDO PASO
A
mediados de los 80, el sida hacía
estragos y los amigos de Karl empezaron a morir. Fue un pretexto para
apartarse aún más de la Iglesia y odiarla: "¿Y
éste es el Dios bueno y misericordioso que me habían enseñado? ¿Cómo puede
matar a mis amigos solo porque les guste practicar el sexo?", pensaba.
Sus
adicciones empeoraron. Consiguió dominar su consumo de drogas, pero no la
bebida: "Creía que el alcohol pacificaba mi
alma, pero me estaba anulando". En 1992, cuando tenía 32 años, puso
fin a aquello y acudió a ALCOHÓLICOS
ANÓNIMOS.
Dio bien
el primer paso, admitir su impotencia ante el alcohol. Pero en ese método el
segundo paso implica "creer que un Poder
superior a nosotros mismos puede devolvernos el sano juicio". Como
Miller no estaba dispuesto a volver a sus antiguas creencias, empezó a buscar en la New Age [Nueva Era]
todo tipo de sucedáneos.
Hasta que
comprendió que estaba huyendo absurdamente. Quería volver a la Iglesia, pero
dudaba: "Yo buscaba
a Dios, pero no podía aceptar que Dios me estuviese buscando a mí". Con todo, empezó a ir a misa de nuevo y a
leer el Catecismo.
SACERDOTES
QUE HABLAN CLARO
El primer
sacerdote con quien habló después de muchos años llevaba puesto un pin con un
pez color arcoiris y le presentó la postura de la Iglesia con tantos grises, en
vez de en blanco y negro, que no le sirvió de nada. Se alejó de él: "Sabía que
no me ofrecería la verdad completa". Y era eso, la verdad
completa, lo que Karl estaba buscando.
Hasta que
encontró un sacerdote que se la dijo. Le dijo que estaba llamado a la castidad, como todo el mundo. Fue un mensaje
liberador, admite Karl, quien tras unos meses de frecuentar la
parroquia, conoció Courage International.
Karl
contó a los presentes en el acto (charlas informales convocadas por la
parroquia bajo el lema Coronas y Cristo. Fe,
comida, diversión y amigos) que muchas personas con atracción por el
mismo sexo no se sienten amadas por
Dios ni por la Iglesia: "Es lo que
sentimos y lo interiorizamos". Cuando encontró Courage, o los Franciscanos de la Renovación,
esos populares frailes rapados, barbudos y de hábitos grises que también
trabajan este apostolado, su perspectiva cambió. También cuando comprobó que la
Iglesia es la organización no
gubernamental que más recursos propios invierte en enfermos de sida.
Para él
todo esto era un descubrimiento, y por eso se ha lanzado a combatir la
ignorancia y la desinformación. "Por favor,
¡contadlo!", pidió: "La Iglesia ha perdido la batalla de las
relaciones públicas en los últimos veinte años. Esto no puede seguir así. Hemos permitido que sean otros quienes
definan cuál es la posición de la Iglesia sobre la atracción por el
mismo sexo, y eso está siendo devastador para la Iglesia y para la comunidad
gay... La Iglesia ha dejado que otros perfilen la cuestión. Tenemos que hacerlo
mejor y transmitir el mensaje de que la Iglesia y los católicos están aquí para escuchar y ayudar, sea cual sea
la cruz".
Karl
expresó su preocupación ante el hecho de que algunos líderes de la Iglesia
presenten las enseñanzas de la Iglesia en tonos grises. Y elogió precisamente
al obispo de la diócesis donde se encontraba, monseñor Charles Chaput, porque es uno de los que presentan el magisterio
en blanco y negro, pero con auténtica misericordia. Y eso
tiene un valor redentor, afirmó Miller: "Desearía
que algunos dirigentes de la Iglesia
predicasen con mayor claridad, y podrían guiar con amor".
"La castidad", dijo, "es una meta por la que hay que trabajar
activamente. Y algunas veces caemos. Pero tenemos ese recurso maravilloso que es el sacramento de la confesión, como
una oportunidad para empezar de nuevo".
Además,
es algo mal aceptado en los ambientes homosexuales: "Para
mí era más duro decirle a la gente que era un gay que vivía la verdad de la
Iglesia, que decirle a la gente que era gay. Perdí amigos. O gente a quienes consideraba amigos. Pero nunca
olvidé lo que me dijo hace años mi mentor en Alcohólicos Anónimos: a veces hay
gente que tiene que salir de tu vida para que Dios haga en ella un hueco a
quienes quiere que estén en tu vida".
"Mi historia es una
historia de redención",
concluyó. Y pidió a los presentes que, cuando traten con personas que sienten
atracción por el mismo sexo, lo hagan "siempre
con amor".
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