TRAS
INVOCARLA DURANTE UN EXORCISMO, EL DEMONIO RESPONDIÓ VIOLENTAMENTE
La Virgen de Guadalupe causa
mucho daño al demonio. Lo afirmaba el pasado mes de julio el Padre Sante
Babolin, sacerdote exorcista de la diócesis de Padua, Italia, quien participó
en un seminario para sacerdotes exorcistas realizado por la Pontificia
Universidad de México en la capital del país latinoamericano. El Padre Babolin,
quien fue entrevistado por el Semanario Católico ‘Desde
la Fe’, contó cómo Nuestra Señora de Guadalupe “es
un arma contra el demonio”.
Tal como narra el semanario
mexicano, el sacerdote atendía en su diócesis el caso de un joven con una
posesión demoniaca. Al iniciar el ritual del exorcismo el Padre Babolin sintió
la necesidad de invocar a la Virgen de Guadalupe, por quien siente gran
devoción: “Nuestra Señora de Guadalupe, Reina del
Tepeyac, libéralo”, dijo entonces el exorcista.
Ante lo que el demonio respondió
de manera violenta: “Antes de Ella, todo esto era
mío allá”, refiriéndose a México. En ese momento, pensando en Tonanzin,
diosa tierra de la antigua mitología mexicana, el exorcista hizo otra
invocación: “Nuestra Señora de Guadalupe, tú que
has destruido el imperio de Tonanzin (…)”, a lo que de inmediato
respondió fuertemente el demonio: “Coatlicue”, que
significa en tal mitología, serpiente.
Al terminar el rito, el Padre
Babolin le preguntó al joven si conocía México y su historia pidiéndole que
pronunciara la palabra ‘Coatlicue’, pero fue
evidente que no sabía nada de culturas prehispánicas y menos de México.
El sacerdote exorcista narró este
episodio para dejar en evidencia que invocar a la Madre de Dios durante un
exorcismo molesta mucho al demonio, en especial algunas advocaciones marianas,
como Nuestra Señora de Guadalupe. De acuerdo con el Padre Babolin, la Virgen
causa gran daño al maligno porque ella expresa ternura maternal construyendo
todo con amor y no con terror; asimismo, “su imagen
de Madre exalta la familia, unida por espíritu maternal, que ofrece amor a los
papás y a los hijos; y este mismo espíritu maternal -refiriéndose
específicamente en la Guadalupana- trabaja a fin de que todo el pueblo mexicano
actúe en una fraternidad humana. Todo eso molesta al demonio”.
“Por este motivo
-continuó el sacerdote-, desde el principio de mi ministerio del exorcismo, he
invocado a Nuestra Señora de Guadalupe, a veces llamándola Santa María, Madre
de Dios, Nuestra Señora de Guadalupe, Madre de la Misericordia”.
EL
TRIUNFO DE LA MADRE DEL HIJO DE DIOS SOBRE SATANÁS
El Papa Juan Pablo II, al
referirse a la Inmaculada Concepción, hace precisamente referencia al triunfo
de la Virgen María, Madre del Hijo de Dios, sobre satanás: “El Hijo de María obtuvo la victoria definitiva sobre
Satanás e hizo beneficiaria anticipadamente a su Madre, preservándola del
pecado. Como consecuencia, el Hijo le concedió el poder de resistir al demonio,
realizando así en el misterio de la Inmaculada Concepción el más notable efecto
de su obra redentora”.
“El apelativo llena
de gracia y el Protoevangelio, al atraer nuestra atención hacia la santidad
especial de María y hacia el hecho de que fue completamente librada del influjo
de Satanás, nos hacen intuir en el privilegio único concedido a María por el
Señor el inicio de un nuevo orden, que es fruto de la amistad con Dios y que
implica, en consecuencia, una enemistad profunda entre la serpiente y los
hombres”.
Con información de Desde la Fe y Aciprensa. Artículo publicado
por Gaudium Press
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