viernes, 21 de diciembre de 2018

UNA CATÓLICA EJEMPLAR: ASÍ DESCRIBEN A MUJER ASESINADA EN TIENDA CATÓLICA DE EEUU


A un mes de que Jamie Schmidt fuera asesinada en la tienda Catholic Supply del condado de St. Louis, Misuri (Estados Unidos), religiosos y feligreses de su parroquia no dejan de reconocer su ejemplar vida de fe y varios ya la consideran nuevo mártir de la Iglesia.
El pasado 19 de noviembre, Thomas Bruce, de 53 años, ingresó a la tienda católica, sacó un arma, apuntó a las tres mujeres que se encontraban al interior, y luego les ordenó ingresar a una habitación para agredirlas sexualmente.
Según los informes, después de ver a las dos primeras mujeres obedecer, Jamie miró el rostro del hombre que le apuntaba con el arma y gritó: “En el nombre de Dios, no me desnudaré”. Ante la negativa el asesino le disparó en la cabeza y más tarde murió en un hospital.
Jamie había ingresado al local para comprar algunos materiales para terminar de confeccionar rosarios que serían entregados en un retiro espiritual de su parroquia.
Bruce está detenido en la cárcel del condado y enfrenta 17 delitos graves, incluido asesinato, secuestro y sodomía.
Jamie nació el 10 de marzo de 1965 en Chicago, tenía 53 años. Estaba casada con Gregg Schmidt, con quien tuvo tres hijos: Stephanie, Atlas y Jennifer.
En el día a día se dedicaba a criar a sus hijos en casa y participaba activamente en la parroquia San Antonio de Padua en High Ridge, formando parte del coro. Además, como miembro del Coro Arquidiocesano de St. Louis, cantó para el Papa San Juan Pablo II en 1998, en su ciudad, y unos años más tarde en Roma.
Recientemente había comenzado como asistente de secretaría en el St. Louis Community College.
El día de su funeral, el 27 de noviembre, el diácono Jim G'Sell, amigo suyo desde hacía siete años en la parroquia San Antonio de Padua, dijo que a pesar de estar seguro de que Jamie estaba “absolutamente aterrorizada” en aquel trágico momento, “no se rindió ante el mal”.
“No se echó atrás. Rechazó valientemente al maligno, denunciando firmemente en nombre de Dios. Al hacerlo Jamie salvó a otra mujer de más daños y lesiones, y finalmente dio su propia vida, como nuestro Salvador, Jesucristo”.
“Como mártir de la fe, Jamie se lanzó al abrazo de la espera de nuestro Señor. Ya no está al pie de la cruz o clavada en ella. Jamie está con Jesús ahora”, expresó.
En entrevista con ACI Prensa, el diácono Jim describió a Jamie como una “mujer sencilla, modesta, reservada, tranquila y buena, con hermosos talentos en el canto y la pintura”.
Asimismo, considera que fue “profundamente amada por muchos en la parroquia”.
Jamie “compartió amablemente su talento con nuestra parroquia durante muchos años, sirvió como solista en el coro y pintó los murales sobre el Evangelio en la parte de atrás de la iglesia. También participó activamente en nuestros retiros, sirviendo en equipos y apoyando el ministerio de música para retiros de mujeres”, contó el diácono.
El P. John Reiker, párroco de San Antonio de Padua, corroboró las palabras del diácono y describió a Jamie como una mujer “encantadora, alegre y con mucha fe”.
El lunes 19 de noviembre su familia publicó una semblanza que fue difundida por los medios de comunicación locales. En esta resaltan que Jamie “compartió sus dones libremente para mejorar la vida de los demás”, trayendo “alegría y esperanza a la familia y a la iglesia”.
“Jamie vivió su fe y se mantuvo firme en sus convicciones, incluso cuando se enfrentaba a un cañón de pistola en manos de un alma equivocada. Al final la familia debe, cada uno a su manera, buscar perdonar, no sea que nuestras vidas y nuestras familias se consuman en el odio, la ira y la desesperación. Estamos privados de compartir su viaje terrenal, pero nos consuela saber que su vida tiene un propósito más elevado”, dice el texto.
El diácono Jim G'Sell, al finalizar la homilía del día del funeral, dijo que “Jamie está en el Paraíso”.
“Aférrense a esta verdad. Jamie está con Jesús ahora (…). Y Jamie, santa mártir de nuestra fe, ruega por nosotros”, concluyó.
Asimismo, en un correo electrónico enviado al P. Reiker, el diácono explicó que si bien personalmente cree que Jamie Schmidt es una mártir por la fe, sostiene “firmemente” que no deberían buscar esa designación “oficial” por distintas razones.
En primer lugar por “posibles implicaciones negativas en las mujeres sobrevivientes” y también por la posible objeción de “al menos un miembro de la familia (no vale la pena lastimar a un ser querido más de lo que ya está sufriendo)”, indicó Jim G’Shell
“Independientemente de cualquier formalidad, Jamie Schmidt, creo que está en el Cielo con Jesús. Si la Iglesia, en su sabiduría, decide investigar en unos años, décadas o incluso siglos a partir de ahora, puede hacerlo. Dios sabe lo que hizo Jamie”, concluyó.
POR DIEGO LÓPEZ MARINA | ACI Prensa

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