Los grupos civiles armados autodenominados “policías
comunitarias” amenazaron recientemente con detener y someter a “reeducación” al Obispo de Chilpancingo-Chilapa
(México), Mons. Salvador Rangel.
En declaraciones al diario mexicano El Sur, Salvador Alanís, vocero del
Frente Unido de Policías Comunitarias del Estado de Guerrero, acusó al obispo
mexicano de “vínculos con los líderes de la
delincuencia”.
“Eso es un delito del que no debe quedar exento,
pero si no lo detienen las autoridades, lo vamos a detener nosotros para
llevarlo a un proceso de reeducación”, aseguró.
Mons. Rangel ha compartido con la prensa mexicana sus esfuerzos de
diálogo con distintos líderes del narcotráfico en la región para lograr la pacificación, el desbloqueo de
caminos e incluso para interceder por la vida de sacerdotes amenazados
de muerte.
El estado mexicano de Guerrero es uno de los más violentos del país.
Solo en el primer trimestre de 2018 se registraron 651 homicidios.
Los policías comunitarios han tomado por asalto varios pueblos del
estado en las últimas semanas, desplazando a cientos de pobladores.
A inicios de noviembre, policías comunitarios tomaron la comunidad de
Filo de Caballos. El sacerdote del poblado logró salvar de los balazos a 16
niños, ocultándolos dentro de una cisterna.
En diálogo con ACI Prensa, el Obispo de Chilpancingo-Chilapa calificó de
“barbaridades” las amenazas de los policías
comunitarios y denunció que se trata de “gente que está al servicio del narcotráfico”.
“No están propiamente protegiendo a la población,
sino que están, todos lo sabemos, al servicio los jefes del narcotráfico”, añadió.
El Prelado señaló que los policías comunitarios “se
molestaron porque yo dije que tienen que regresar los desplazados de los cinco
pueblos que invadieron”.
El obispo mexicano lamentó además la “complacencia
de las autoridades” ante el caos y la inseguridad en el estado.
“El
Gobierno, al menos el estatal, está obrando con mucha tibieza”, criticó, y alentó a las autoridades federales a atender la zona, pues en
muchos poblados “está suspendido el tráfico, la
atención médica, las escuelas”.
Mons. Rangel ha pedido a los sacerdotes que sigan atendiendo a las
comunidades afectadas.
Indicó que en la convivencia navideña que sostuvo con los presbíteros el
17 de diciembre, “hablamos un poco de la situación
y yo les pedí que no abandonen las comunidades”
El Prelado hizo además una exhortación para que en este tiempo de
Adviento “ojalá que hubiera alguna expresión de
bondad, de paz, de tranquilidad y que pudiéramos
pasar la Navidad más tranquilos”.
POR DAVID RAMOS
| ACI Prensa
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