Audiencia general del miércoles previo a las
fiestas
En la catequesis del miércoles
que precede la Navidad, el Papa Francisco meditó sobre el Nacimiento de Jesús.
Y subrayó que «Navidad significa acoger en la
tierra las sorpresas del Cielo y celebrar a un Dios que revoluciona nuestras
lógicas humanas».
(Vatican News) El Papa reflexionó sobre cuál
es la Navidad que habría querido Jesús: «La máquina
publicitaria invita a intercambiarse los regalos siempre nuevos para
sorprenderse. Pero, ¿es ésta la fiesta
que le gusta a Dios? ¿Qué Navidad querría Él? ¿Cuáles regalos y cuáles
sorpresas?», preguntó.
En el Aula Pablo VI del
Vaticano, en donde Francisco impartió su catequesis, se escuchó primero el
pasaje del Evangelio de San Juan, capítulo 1 versículos del 9 al 12, que habla
de la llegada de Jesús al mundo.
«El Evangelio – dijo el Papa en nuestro
idioma - nos habla de las sorpresas y cambios de
vida que trajo consigo aquella primera Navidad de la historia. Cómo la llegada de Dios cambió de manera radical
los planes de María y José. Y la sorpresa más grande llega en la noche
de Navidad, cuando el Altísimo aparece
como un niño pequeño, reconocido solo por unos sencillos pastores».
EN LA PRIMERA
NAVIDAD DESCUBRIMOS LOS GUSTOS DE DIOS
Ahondando sobre
ello, en su catequesis en italiano el Papa invitó a mirar la primera Navidad de
la historia para descubrir los gustos de Dios:
«Se comienza con
María, que era la esposa prometida a José: llega el Ángel y le cambia la vida. De virgen será madre. Se prosigue con José,
llamado a ser padre de un hijo sin generarlo. Un hijo que – giro
inesperado - llega en el momento menos indicado, es decir, cuando María y José
eran esposos prometidos y según la Ley no podían vivir juntos. Ante el
escándalo, el sentido común de la época invitaba a José a repudiar a María y a
salvar su buen nombre, pero él, aun teniendo derecho a hacerlo, sorprendió:
para no dañar a María, pensó despedirla en secreto, a costa de perder su
reputación. Luego otra sorpresa: Dios en un sueño cambia sus planes y le pide
que se lleve a María con él. Nacido Jesús, cuando tenía sus proyectos para la
familia, todavía en un sueño se le dice que se levante y se vaya a Egipto. En resumen, la Navidad trae cambios de vida
inesperados. Y si queremos vivir la Navidad tenemos que abrir el corazón
y estar abiertos a la sorpresa, es decir, a un cambio de vida inesperado».
NAVIDAD ES CELEBRAR
UN DIOS INÉDITO
El Papa subrayó cómo, cuando
el Salvador llegó, no estaban presentes las autoridades del tiempo o los
embajadores, sino los sencillos pastores, quienes sorprendidos por los ángeles
mientras trabajaban de noche, se dirigen allí de inmediato. «¿Quién se lo habría esperado?», dijo el Papa. «Navidad- explicó – es
celebrar lo inédito de Dios, o mejor dicho, es celebrar un Dios inédito, que revierte nuestras lógicas y expectativas».
«Navidad
significa acoger en la tierra las sorpresas del Cielo y celebrar a un Dios que
revoluciona nuestras lógicas humanas. Vivir
la Navidad es entender que la vida no se programa sino que se da, que no
podemos vivir para nosotros mismos sino para Dios, que descendió hasta nosotros
para ayudarnos».
NAVIDAD INAUGURA UNA
ÉPOCA NUEVA
Navidad – dijo aún el
Pontífice – es la revancha de la humildad sobre la arrogancia, de la sencillez
sobre la abundancia, del silencio sobre el escándalo. Navidad es preferir la
voz silenciosa de Dios a los ruidos del consumismo. Navidad es hacer como Jesús, que vino al mundo por nosotros, necesitados,
y descender hacia quien necesita de nosotros.
NO MUNDANICEMOS LA
NAVIDAD
Por todo esto, el Santo Padre
invitó una vez más a «estar en silencio delante del pesebre» para «sentir» y
«ver» la sorpresa de Dios. E insistió: «Procuremos no mundanizar la Navidad, ni
convertirla en una bonita fiesta tradicional pero centrada en nosotros y no en
Jesús. Celebraremos la Navidad si sabemos dedicar tiempo al silencio, como
hizo José; si le decimos a Dios ‘aquí estoy’, como María; si salimos de
nosotros mismos para ir al encuentro de Jesús, como los pastores; si no nos
dejamos cegar por el brillo de luces artificiales, de regalos y comidas, y en
cambio ayudamos a alguien que pasa necesidad, porque Dios se hizo pobre en
Navidad».
SINTAMOS Y VEAMOS
LAS SORPRESAS DE DIOS
Y porque, como dijo el Papa, «cada uno de nosotros tiene escondido en el corazón la
capacidad de sorprenderse», la invitación de Francisco es la de dejarse
«sorprender» por Jesús en esta Navidad: «Le pedimos a la Virgen María que nos ayude a
contemplar en silencio el misterio del Nacimiento de su Hijo, para que
hagamos realidad en nuestras vidas su ejemplo de humildad, pobreza y amor. Les
deseo una feliz Navidad», concluyó.
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