"La gente escuchaba estas cosas
que decía Jesús. Y él les contó una parábola, porque ya se encontraba cerca de
Jerusalén y ellos pensaban que el reino de Dios estaba a punto de manifestarse.
Les dijo:
- Un hombre de la nobleza se fue
lejos, a otro país, para ser hecho rey y regresar. Antes de partir llamó a diez
de sus criados, entregó a cada uno una gran suma de dinero y les dijo:
‘Negociad con este dinero hasta que yo vuelva.’ Pero las gentes de su país le
odiaban, y enviaron tras él una comisión con el encargo de decir: ‘No queremos
que este hombre sea nuestro rey.’
Pero él fue hecho rey. A su vuelta,
mandó llamar a aquellos criados a quienes había entregado el dinero, para saber
cuánto había ganado cada uno. El primero se presentó y dijo: ‘Señor, tu dinero
ha producido diez veces más.’ El rey le contestó: ‘Muy bien, eres un buen
administrador. Y como has sido fiel en lo poco, te hago gobernador de diez
ciudades.’ Se presentó otro y dijo: ‘Señor, tu dinero ha producido cinco veces
más.’ También a este le contestó: ‘Tú serás gobernador de cinco
ciudades.’
Pero se presentó otro, que dijo: ‘Señor, aquí está
tu dinero. Lo guardé en un pañuelo, pues tuve miedo de ti, porque eres un
hombre duro que recoges lo que no pusiste y cosechas donde no sembraste.’ Entonces
le dijo el rey: ‘Tú eres un mal administrador, y por tus propias palabras te
juzgo. Puesto que sabías que yo soy un hombre duro, que recojo lo que no puse y
cosecho donde no sembré, ¿por qué no llevaste mi dinero al banco para, a mi
regreso, devolvérmelo junto con los intereses?’ Y ordenó a los que estaban
allí: ‘Quitadle el dinero y dádselo al que ganó diez veces más.’ Ellos le
dijeron: ‘Señor, ¡pero si este ya tiene diez veces más!’ El rey contestó: ‘Os
digo que al que tiene se le dará más; pero al que no tiene, hasta lo poco que
tiene se le quitará. Y en cuanto a mis enemigos, a esos que no querían tenerme
por rey, traedlos acá y matadlos en mi presencia.'
Dios no
nos pide que quedemos cerrados en nosotros mismos, que busquemos seguridades.
Quiere que arriesguemos, que vayamos a las fronteras, que trabajemos nuestra
vida. Es así como podremos dar fruto.
"Cada persona recibe de Dios y de la vida unos talentos para
colocarlos al servicio de los demás. La vida es el espacio propicio para que
cada persona haga de su vida una experiencia memorable en servicio y en entrega
generosa por la vida de sus hermanos y hermanas. El cristiano está invitado a
vivir la vida colocando los ojos fijos en el presente en el que Dios se revela
y salva. Por ello su conciencia ha de estructurarse en la vivencia seria del
presente, siendo responsable, dando lo mejor, en cuanto es el tiempo propicio y
único para la conversión. Cada cristiano está llamado a ser testigo de
Jesucristo con su vida, su manera de proceder y actuar. Por su testimonio de
vida, el mundo creerá en el Señor. Ese es el gran compromiso del cristiano que
quiere ser fiel a la obra de la salvación. Ser fiel a Jesús y a su propuesta
significa ser fiel al proyecto de humanización querido y soñado por Dios. ¿Tu
testimonio de vida es transparente?" (Koinonía)
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