En
las puertas de las Iglesias normalmente hay pilas con agua bendita.
Y normalmente los cristianos mojamos nuestros dedos en ellas y nos hacemos
la señal de la cruz. ¿Pero por qué lo hacemos? ¿Qué función cumplen esas pilas
ahí en las puertas de los templos?
Estas mismas pilas las tenemos en nuestras casas
con recipientes agua bendita.
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Y nos bendecimos con ella y la aspergemos.
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¿Y por qué la usamos también en nuestras casas?
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¿En qué momentos la debemos usar?
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Y nos bendecimos con ella y la aspergemos.
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¿Y por qué la usamos también en nuestras casas?
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¿En qué momentos la debemos usar?
Los Sacramentales crean una conexión entre los
mundos sobrenaturales y naturales.
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Y por lo tanto santifican la vida del hombre.
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Debido a eso, son una amenaza para los malos espíritus.
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Y su valor en la lucha contra las fuerzas del mal no puede tomarse a la ligera.
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Y por lo tanto santifican la vida del hombre.
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Debido a eso, son una amenaza para los malos espíritus.
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Y su valor en la lucha contra las fuerzas del mal no puede tomarse a la ligera.
Rociar una persona poseída con agua bendita es un acto
de ofrecer a Dios. El agua
bendita protege a las personas, casas, cosas, nos permite salir
triunfantes de la lucha contra las tentaciones, el sufrimiento físico y mental,
que brotan del espíritu del mal. Por lo
tanto, también se puede beber, se rocía en puntos dolorosos en el cuerpo y en
artículos de uso diario. Esto ayuda a neutralizar los signos manifestados por el espíritu del mal en el
cuerpo, así como en los objetos. Según
la tradición fue San Alejandro
I en el segundo siglo que instituyó el uso del agua bendita.
Se trata de una práctica piadosa que lamentablemente las generaciones más jóvenes no están conociendo,
y por tanto están cumpliendo menos que la gente de mayor edad. El rico
simbolismo de esta antigua tradición evoca varias cosas.
NOS
RECUERDA EL BAUTISMO
El agua bendita nos remite a nuestro bautismo, que fue el momento en que
entramos a formar parte de la familia de Dios al ser reconocidos como hijos de
Dios. A través del
agua que fue vertida sobre nuestras cabezas, nos convertimos en “templos del Espíritu
Santo” (1 Corintios 6:19).
Ahí
comienza nuestra adopción filial por parte del Creador.
Sobre
nuestras cabezas se derrama el agua bendita y el sacerdote lo hace en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
o sea una bendición triple.
Nuestros dedos mojados en el agua bendita y la
señal de la cruz con ellos no retrotraen a aquel momento.
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Cuando tuvimos una experiencia misteriosa y fundacional de recibir el sacramento del bautismo.
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Cuando tuvimos una experiencia misteriosa y fundacional de recibir el sacramento del bautismo.
Y el que
estas pilastras estén en la puerta de los templos es una invitación de la Iglesia para que hagamos tal
reconexión. Que demos gracias a
Dios por nuestra dignidad de ser amados por Él. Y para refrescar nuestra
conciencia de que somos hijos adoptados por Dios y miembros del cuerpo
místico de Cristo.
¿DE
DÓNDE VIENEN LOS EFECTOS DEL AGUA BENDITA?
Respecto a
los efectos del agua bendita estamos en deuda principalmente a nuestro divino Salvador. Él nos ha dado la
gracia que obtenemos a través de su uso por los dolores de Su Pasión y
Muerte. La Santa Iglesia, sin
embargo, que es el custodio de estos preciosos tesoros infinitos y de la gracia
de Nuestro Señor, tiene a la vista estos
méritos que se adjuntan a estos efectos el agua bendita.
Por lo tanto, debemos los efectos del agua bendita
sobre todo a Cristo, y en segundo lugar a la voluntad y las oraciones de la
Iglesia.
En cuanto a los efectos, es de señalar que, por el
agua bendita, la gracia santificante no es conferida.
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Pero se obtiene la gracia a través de la cual el intelecto es iluminado y la voluntad se mueve para evitar el mal y hacer el bien.
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Pero se obtiene la gracia a través de la cual el intelecto es iluminado y la voluntad se mueve para evitar el mal y hacer el bien.
También se obtienen beneficios corporales
mediante agua bendita. Pero si deseamos obtener grandes efectos con la
utilización de agua bendita, tenemos
estar bien preparados. Debemos
ante todo estar en estado de gracia y tener fe firme en la sumisión a
Cristo y a su Santa Iglesia. Por ello no
debe entenderse que necesariamente a cualquiera se otorgarán todos los efectos
inherentes a la utilización de agua bendita. Pero sabemos que las gracias serán concedidas a quien tome
agua bendita en la disposición adecuada. Cuántas gracias favorece o se obtienen no se pueden determinar. Tampoco
uno no necesariamente va obtener el bien o la gracia que pretende
obtener a través de agua bendita por muy bien que se pueda preparar. Por
ejemplo, el agua bendita se puede tomar
para aliviar una enfermedad. Tomada con fe firme y una gran confianza, ¿va a ser curada la persona sin falta? No. Pero
invariablemente podrá obtener alguna otra gracia que sea igual de
importante para ella, o más aún. Pero ¿por qué no trae el agua bendita infaliblemente el efecto deseado, a pesar de utilizarse con una disposición adecuada?
El Catecismo enseña que los sacramentales, en
consecuencia el agua bendita, operan principalmente por medio de la intercesión
de la Iglesia (CIC 1667).
La Iglesia
es la novia del Divino Salvador, y por lo tanto sus oraciones siempre son agradables a Dios. Cuando la Iglesia ora, el
novio divino ora con ella, y por esta razón su oración es poderosa para
Dios. Por lo tanto, puede ocurrir que
un cristiano tibio pueda obtener grandes beneficios de la utilización de
agua bendita. La razón de esto es que Dios
no ve en la indignidad de la humanidad, sino más bien en la oración de la
Iglesia, lo que le agrada. Pero
sobre todo serán los hijos fieles de la Iglesia, que tratan de coordinar
sus ideales con los del Divino Salvador y los de la Iglesia, los que participarán en los efectos dichosos de agua
bendita.
¿CUÁLES
SON LOS EFECTOS DEL AGUA BENDITA?
Estos son de una doble naturaleza: efectos de
gracia para el cuerpo y los efectos de gracia para el alma.
Hay que
tener en cuenta que las influencias
nocivas y en ocasiones la enfermedad, se originan en gran parte con el diablo. Y
la oración de la Iglesia en la
bendición del agua se dirige principalmente contra el espíritu del mal,
y el agua bendita es de una manera especial un medio de protección contra este
espíritu maligno.
El agua bendita no es sólo un medio para alejar la
enfermedad, sino es también una protección contra la enfermedad.
Pero la
Santa Iglesia, en su oración por el bienestar corporal de sus hijos sabe bien
que no sólo los sufrimientos
corporales, sino la desgracias espirituales son dolorosas para la humanidad. Es
habitual sentir un consuelo extraordinario cuando se utiliza el agua
bendita. Se puede sentir una gran
alegría y paz interior que no se puede describir.
A medida que el alma es muy superior al cuerpo,
también son los efectos espirituales del agua bendita superiores a los efectos
corporales.
Esa agua bendita posee este efecto purificador y santificador. No obstante, es posible
concluir que no se lleva a cabo una
purificación del pecado mortal, ya que ninguno de los sacramentales
limpia de tal pecado. Pero estamos en lo correcto al asumir una purificación del pecado venial y de las
penas temporales debidas a pecado. Doctores de la Iglesia están de
acuerdo en que el agua bendita hace la
remisión de los pecados veniales y la pena temporal debida por los pecados.
Santo Tomás de Aquino dice: “Por la aspersión de agua bendita la deuda del pecado venial es
aniquilada. Pero no siempre, sin embargo, habrá de abandonar todas las
penas temporales. Esto tiene lugar en
proporción a la disposición de la persona que la usa, dependiendo del
menor o mayor grado de ardor en el amor a Dios por parte de la persona que la
usa”
El agua bendita no sólo posee el poder de
limpiarnos del pecado venial y las penas temporales, sino que también nos ayuda
a superar las tentaciones del diablo.
El agua
bendita también tiene efectos
santificantes. Estos consisten en las gracias actuales que se pueden obtener. Estas son las iluminaciones del intelecto y las
inspiraciones del Espíritu Santo que ayudan a los fieles a ejercer con
lealtad los deberes de su estado de vida, orar con devoción, escuchar un sermón
con fines de lucro, y especialmente ayudar con recogimiento y devoción el Santo
Sacrificio de la misa, y así participar en abundancia de sus preciosos tesoros.
Una iluminación, por ejemplo, puede ser comprender,
mejor de lo que se había comprendido antes, sus defectos y sobre todo su pecado
prevaleciente.
Una inspiración, en cambio, es cuando una voz
interior le advierte sobre la solución definitiva para evitar la ocasión de
pecado, o renunciar a un pecado conocido, o evitar las malas compañías o las
ocasiones peligrosas, con mayor determinación.
Y buscar
después, con seriedad, la virtud que está en oposición a su vicio predominante.
¿CUÁL
ES EL EFECTO QUE PERSIGNARSE CON AGUA BENDITA TIENE SOBRE NOSOTROS?
El “efecto” de esta bendición es principalmente
básicamente de limpieza.
Nuestra
intención al entrar en un templo es adorar
a Dios y para ello tenemos que estar limpios. Pero también vamos a misa y
comulgamos para estar limpios, para purificar nuestras mentes y
cuerpos de nuestros pecados, de nuestra falta de fe, de nuestros procederes
indignos, de nuestras debilidades. De algún modo este gesto es un aspecto exterior de algo que nos debe
suceder en el interior, o sea nuestro arrepentimiento y purificación. No en vano en nuestras casas limpiamos las
cosas con agua, las lavamos. Entonces del mismo modo nosotros hacemos un símil de lavarnos internamente con
este signo.
Buscamos un efecto sobrenatural de un hecho natural
de persignarnos con el agua bendita.
Por lo
tanto, desde el punto de vista
sacramental, la conexión se extiende a lo sobrenatural. También
esto está acompañado con algún tipo de
oración que podemos decir en ese momento pidiendo la purificación y la
gracia para limpiarnos.
Los salmos se refieren a esto: 51:9 Purifícame
con el hisopo y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la
nieve. Este tipo de gesto purificador pone nuestra mira en Dios
y es una oración hacia él; por más que
no digamos palabras oramos con nuestros actos. Es un adicional a la liturgia que nos permite
seguir viviendo la liturgia.
LAS
PILAS DE AGUA BENDITA MUESTRAN LOS LÍMITES DEL ESPACIO SAGRADO
En la medida
que las pilas de agua bendita están en la entrada de los templos, son señales y marcas que definen un espacio. De
aquí hacia afuera es el espacio secular y de aquí para adentro es el espacio
sagrado. Y el gesto que hacemos cuando entramos o salimos de ese lugar
marca la diferencia de geografías.
Cuando entramos es como que dejamos el mundo para
ir a un área sagrada.
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Y cuando salimos es que volvemos a trajinar en el mundo profano.
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Y cuando salimos es que volvemos a trajinar en el mundo profano.
Y esto se
puede palpar claramente. Salimos del
ruido y el stress del espacio profano y entramos en otro donde reina el
silencio, con luces menos estridentes, donde todo está armado para
mostrarnos un mundo de belleza espiritual, donde nosotros debemos orar y adorar
a Dios, lo cual refresca nuestra vida y renueva nuestras emociones. Cuando hacemos el gesto al salir del templo
nos ayuda a entrar en el mundo profano, que es peligroso y añoramos
quedarnos en el sagrado, pero sabemos que no podemos. Este mismo gesto lo realizamos en forma privada en nuestras casas.
Hay gente que conserva recipientes con agua bendita y se bendice con ella al
entrar y salir, simbolizando que pasa de un mundo a otro. La experiencia física
de sentir el agua santa limpia y fresca en nuestra piel expresa y fomenta la renovación espiritual. Nos ayuda a hacer la
transición de la actividad normal en la actividad especial.
LAS
ABLUCIONES VIENEN DE LOS JUDÍOS
Esta es una práctica
que los cristianos tomamos de los judíos, porque previo a las
adoraciones a Dios los judíos realizaban las abluciones rituales (lavados), que
llevaban luego a la sesión de adoración formal. Eso se imitó en los
templos cristianos, y en los atrios se formó una especie de lugar marca que es la
transición entre el mundo externo y el mundo eclesial, donde se celebra la
liturgia.
Por eso al principio había grandes fuentes de agua,
que luego fueron derivando en las pequeñas pilas que vemos hoy a los lados de
las puertas de los templos.
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Aunque en algunos templos aún hay esas grandes pilas.
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Aunque en algunos templos aún hay esas grandes pilas.
En esas pilas grandes los fieles sumergían las manos para purificarse
antes de seguir para el espacio sagrado. Que además tenía el significado de prepararse para entrar en la
adoración, o sea que implica un cambio en nuestras emociones y nuestra mente.
EL
VALOR EXORCÍSTICO DEL AGUA BENDITA
El poder de los sacramentales se encuentra en la
oración de intercesión de la Iglesia.
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En nombre de la cual el sacerdote bendice o exorciza personas y objetos.
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En nombre de la cual el sacerdote bendice o exorciza personas y objetos.
Según el exorcista y
demonólogo Padre José Antonio Fortea el santiguarse con agua bendita
al entrar en una iglesia no es un mero símbolo sino que tiene un poder
exorcístico real.
El
agua bendita produce tres efectos:
“Atrae la gracia divina, purifica el alma y aleja
al demonio.
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La Iglesia ha orado sobre esa agua con el poder de la Cruz de Cristo.
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El poder sacerdotal ha dejado una influencia sobre esa agua.
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Al mismo tiempo purifica parte de nuestros pecados, tanto los veniales como el reato que quede en nuestra alma.
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Aleja al demonio.
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El demonio puede entrar perfectamente en una iglesia, sus muros no le contienen, el suelo sagrado no le refrena.
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Sin embargo el agua bendita, sí que le aleja.”
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La Iglesia ha orado sobre esa agua con el poder de la Cruz de Cristo.
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El poder sacerdotal ha dejado una influencia sobre esa agua.
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Al mismo tiempo purifica parte de nuestros pecados, tanto los veniales como el reato que quede en nuestra alma.
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Aleja al demonio.
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El demonio puede entrar perfectamente en una iglesia, sus muros no le contienen, el suelo sagrado no le refrena.
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Sin embargo el agua bendita, sí que le aleja.”
Y
continúa: “La gente se suele quejar de que se distrae
mucho en la Iglesia, el demonio tiene gran interés en distraernos justo
cuando vamos a estar en contacto con las realidades sagradas. Por eso es tan útil el agua bendita de la
entrada. Aun usando el agua
bendita podemos despistarnos, pero tendremos la seguridad de que las
distracciones proceden de nosotros y no del demonio”.
Aquí puede leer
las oraciones para bendición y exorcizar el agua bendita.
FORMAS
PRIVADA DE USAR EL AGUA BENDITA
Una forma de uso, como ya hablamos, es
persignarse con agua bendita.
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Otra es aspergerla (salpicarla) sobre sí mismo o sobre otras personas, lugares u objetos.
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Y otra es beberla o pasarla en partes del cuerpo.
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Otra es aspergerla (salpicarla) sobre sí mismo o sobre otras personas, lugares u objetos.
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Y otra es beberla o pasarla en partes del cuerpo.
Los momentos
de uso son múltiples. Uno es cuando una
persona hacer algo importante y siente malestar, bajón, dolor de
cabeza, en cuyo caso usa el agua bendita. Otro es cuando se producen problemas de relación entre las personas, una
pelea, desarmonía, en las cuales siempre está metido el maligno. La señal de la cruz con agua bendita lo
ahuyenta. También sirve cuando
un mismo está irritado, de mal humor, las cosas no le salen. También
algunos consideran que puede librarnos
de accidentes y hasta ayudar a recuperarnos de enfermedades. Hay gente que hasta cocina con agua bendita,
le pone un chorrito de agua a la comida para proteger y bendecir a su familia,
y para que lo cocinado salga bien.
Para que el agua sea bendita debe estar
bendecida por un ordenado según el ceremonial del “Ritual de
Bendiciones” y en el propio “Misal Romano”.
Por todo
esto es recomendable que las personas
anden con agua bendita encima para usar en diferentes momentos. Asperger la casa de vez en cuando con
ella y santiguarse con ella al entrar y
salir de la casa. Y desde luego hacer esto con el agua bendita en las pilas a la entrada de las iglesias.
OTROS
TIPOS DE SACRAMENTALES
Aceite exorcizado es un tipo especial de sacramental.
Según el
padre Amorth, exorcista romano, el
aceite tiene la capacidad de eliminar comidas mágicas, venenosas, impuras, que
entran en el cuerpo a través del comer o beber. Por lo tanto, el
aceite exorcizado se puede usar para
condimentar los alimentos, cuando existe la sospecha de que algo
venenoso, nocivo o mágico se ha comido. Provoca
una expulsión rápida del objeto en cuestión. Frotar con aceite en el cuerpo de la persona poseída ayuda a la
obra de la gracia en la lucha con el espíritu del mal y su influencia.
Sal exorcizada a través de la aspersión en habitaciones consideradas infectados
por las acciones de las fuerzas diabólicas, por ejemplo en lugares donde fueron
convocados malos espíritus, o tuvieron lugar rituales paganos o espiritistas. También se utiliza en la protección de casas,
viviendas, edificios, granjas y campos, si se sospecha que están bajo la
influencia de maldiciones. La sal se
puede añadir a la alimentación si hay sospecha que hay
un encantamiento a través de una comida.
Incienso exorcizado se utiliza en
condiciones específicas, cuando los malos
espíritus abruman a la persona esclavizada, negándole contacto con
su entorno. El humo del incienso exorcizado irrita a los malos espíritus, lo que hace que se revelen y
alejarse. Esto ayuda al sacerdote al
reconocimiento de los malos espíritus.
UNA
ANÉCDOTA
Durante años me tocó preparar a los padres para el Bautismo de sus
niños. Fue una
travesía difícil el tratar de hacer entender a católicos no practicantes y que
se acordaban de que había que
acristianar al nuevo miembro de la familia, que había motivaciones que
no eran las correctas para pedir el bautizo de su niño. Una vez solucionados
los problemas y malos entendidos y sorteados los obstáculos, quedaba lo mejor,
la ceremonia propiamente dicha. Y en cada ceremonia bautismal, me emocionaba de
la misma manera al escuchar la plegaria
de bendición del agua.
Sabemos que él agua es fuente de vida: fecunda,
regenera y purifica.
Aprendimos que ser bautizado significa ser
sumergido en Cristo y participar ya desde ahora de Su vida.
Con esta
bendición del agua, recordamos a Cristo, agua viva, que calma la sed para
siempre. Es bueno conocer las oraciones
con las que el Sacerdote bendice el agua.
Oh
Dios, que realizas en Tus Sacramentos obras admirables con Tu poder invisible y
de diversos modos Te has servido de Tu creatura el agua para significar la
gracia del Bautismo. Oh Dios, cuyo Espíritu en los orígenes del mundo se cernía
sobre las aguas para que ya desde entonces concibieran el poder de santificar. Oh
Dios, que incluso en las aguas torrenciales del Diluvio prefiguraste el
nacimiento de la nueva humanidad, de modo que una misma agua pusiera fin al
pecado y diera origen a la santidad. Oh Dios que hiciste pasar a pie enjuto por
el mar Rojo a los hijos de Abraham para que el pueblo liberado de la esclavitud
del Faraón fuera imagen de la familia de los bautizados. Oh Dios, cuyo Hijo, al
ser bautizado en las aguas del Jordán fue ungido por el Espíritu Santo, colgado
de la Cruz vertió del costado agua junto con la Sangre y después de Su
Resurrección mandó a Sus Apóstoles ·Id y haced discípulos de todos los pueblos,
bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.” Mira
ahora a Tu Iglesia en oración y abre para ella la fuente del Bautismo.
Que esta agua reciba por el Espíritu Santo la gracia de Tu Unigénito,
para que el hombre creado a Tu imagen y limpio en el Bautismo muera al hombre
viejo y renazca como niño a nueva vida por el agua y el Espíritu. Te pedimos,
Señor, que el poder del Espíritu Santo, por Tu Hijo, descienda sobre el agua de
esta fuente para que, los sepultados con Cristo en Su muerte, por el Bautismo,
resuciten con Él a la vida. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
Te damos gracias, Señor, por las maravillas de Tu
Creación y la fecundidad de todas Tus Creaturas.
María de los Ángeles Pizzorno de Uruguay, Escritora, Catequista, Ex
Secretaria retirada
ORACIONES
CATÓLICAS PARA BENDECIR EL AGUA
El agua es símbolo de vida, de pureza, de bondad. Y con la bendición de
Dios, es una defensa poderosísima contra los malos espíritus; los
hace salir corriendo. Preferentemente, hay que pedirle a un sacerdote que
nos la bendiga, pero en caso de emergencia, puede hacerlo uno mismo,
pidiéndole a Dios que derrame su bendición sobre el agua para que nos
proteja, y pedírselo en el nombre de Jesús, recordando que Él nos dijo: “Todo lo que pidan a Dios, pídanlo en mi Nombre, y se les
concederá”.
Si el recipiente donde guardamos el agua bendita no se ha vaciado por
completo, podemos llenarlo de nuevo; las gotas que hayan quedado bendicen el
agua nuevamente y así siempre podremos tener agua bendita.
Las siguientes son dos oraciones católicas para bendecir el agua,
con licencia eclesiástica.
ORACIÓN
1
Dios, que para la salvación del género humano hiciste
brotar de las aguas el sacramento de la nueva vida, escucha con bondad, nuestra
oración e infunde el poder de tu bendición sobre ésta agua (hacer la señal de
la cruz sobre el agua) para que sirviendo a tus misterios asuma el efecto de la
divina gracia que espante los demonios y expulse las dolencias y así, al ser
rociados, tus fieles sean liberados de todo daño; que en sitio que será aspergido con ésta agua no residan los espíritus del mal y
se alejen todas las insidias del oculto enemigo; haz que tus fieles manteniéndose
firmes por la invocación de tu santo nombre sean libres de todas las
asechanzas. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor, Amen
ORACIÓN
2
Dios todopoderoso, fuente y origen de la vida del
alma y del cuerpo bendice ésta agua (hacer la señal de la cruz sobre el agua) que
vamos a usar con fe para implorar el perdón de nuestros pecados y alcanzar la
ayuda de tu gracia contra toda enfermedad y asechanza del enemigo. Concédenos,
Señor, por tu misericordia, que las aguas viven siempre broten salvadoras, para
que podamos acercarnos a ti con el corazón limpio
y evitemos todo peligro de alma y cuerpo Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
y evitemos todo peligro de alma y cuerpo Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
BENDICIÓN
DE AGUA, ACEITE Y SAL PARA LIBERACIÓN Y EXORCISMO
BENDICIÓN DEL AGUA
Te exorcizo, agua, en nombre de Dios Padre, en
nombre de Jesucristo su Hijo nuestro Señor, y con el poder del Espíritu Santo,
para que seas agua exorcizada y ahuyentes todo poder del enemigo.
Oh Dios, atiende nuestra oración e infunde la
fuerza de tu bendición a esta agua para que, al ser derramada en las casas y en
cualquier otro lugar, éstos queden libres de toda influencia del mal y del
maligno; y se aleje de estos lugares cualquier influencia maligna de
maleficios, maldición, atadura, espiritismo…, de modo que los que vivan en este
lugar o vengan aquí, por la aspersión de esta agua, queden libres de cualquier
enfermedad o poder del enemigo infernal y sean defendidos por el poder de
Jesucristo. Amén.
BENDICIÓN DE LA SAL
Te exorcizo sal por el Dios vivo, por el Dios
verdadero y por el Dios santo, para que te conviertas en sal exorcizada para
salud de los fieles tanto en el cuerpo como en el alma y para que, en los
lugares donde sea puesta esta sal bendita, se aleje todo poder del enemigo y
todo espíritu maligno.
Oh Señor, imploramos tu misericordia para que te
dignes bendecir y santificar esta sal a fin de que se convierta en sal
exorcizada para bien del cuerpo y del alma de los creyentes que la consuman; y
para que todo aquello que sea tocado por ella carezca de todo poder e
influencia del maligno. Amén.
(Se puede echar la sal al agua bendita tres veces, a manera de cruz,
diciendo: Que esta mezcla de sal y agua se realice en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén).
BENDICIÓN DEL ACEITE
Te exorcizo, aceite, por Dios Padre que hizo todo
lo que existe. Que se aleje de este aceite toda fuerza del maligno y toda
acción diabólica a fin de que todos los que lo tomen puedan recuperar la salud
del cuerpo y del alma, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Oh Dios, dígnate bendecir y santificar este aceite
con el cual mandaste ungir a los enfermos, a fin de que una vez obtenida la
salud, te den las gracias. Y te pedimos que cuantos usen este aceite, que hemos
bendecido en tu Nombre, queden libres de toda enfermedad o de cualquier
maleficio o influencia del maligno. Te lo pedimos Padre en el Nombre de Jesús,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos. Amén.
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