Anunciamos ésto como pieza importante de la trayectoria del reinado
Bergoglio. Mientras lo comentábamos en Twitter hace pocos días, sólo ahora nos
ha sido posible ponerlo en el blog. Nuestros lectores veteranos saben que
durante muchos años hemos seguido al Bueno
de Bux.
Lo que
Monseñor apunta —la validez de la abdicación de Benedicto y, lo que ello
naturalmente conlleva, la legitimidad de la elección de Bergoglio— ya no se
reserva para las salas de chat online y tertulias de café en el sótano de la
iglesia. Lo que se ha ocultado en las sombras durante cinco años ahora queda
iluminado y al descubierto.
En Rorate no nos decantamos hacia ninguna postura,
únicamente decimos que la luz del sol es siempre el mejor desinfectante.
Habla
Monseñor Nicola Bux, de la entrevista original de Aldo Maria Valli:
En una importante entrevista del mes pasado, un
teólogo del Vaticano dijo que a menos que el Papa Francisco se auto corrija y
reafirme las enseñanzas de la Iglesia en moral, fe y los sacramentos, “la apostasía se profundizará y el cisma existente de
facto se agrandará”. Para dirigirse a la actual crisis ha sugerido que
examinar la “validez jurídica” de la renuncia del Papa Benedicto XVI es
necesario para “sobreponerse a problemas que hoy nos parecen irresolubles”. El
teólogo, consultor de la Congregación para las Causas de los Santos,
implicó que el posterior estudio de esa situación pudiera revelar que Francisco
no es ni ha sido un papa válido, sino que es, de facto, un antipapa, quien
podría ser depuesto del papado, anulando así sus errores insalvables.
Mons. Nicola Bux, anterior consultor de la
Congregación para la Doctrina de la Fe bajo Benedicto XVI, hizo los notables
comentarios en una entrevista a fondo con el reportero del Vaticano Aldo Maria
Valli, el mismo reportero que entrevistó al Arzobispo Carlo Viganò antes de que
éste acusara al papa de haber encubierto malas conductas sexuales de algunos
clérigos el pasado agosto, en una carta pasmosa de once hojas.
Escribiendo en su propio blog, el reportero del
National Catholic Register, Edward Pentin, dice que Bux advirtió que el papa
actual está emitiendo declaraciones que están generando “herejías, cismas
y controversias de varias clases” y que el pontífice debería emitir una
profesión de fe que restaure la unidad de la Iglesia.
***
(Nota de Adelante la Fe. Para una mejor comprensión
hemos traducido la entrevista original a
la que hace referencia el artículo)
En la
entrevista publicada en Octubre 13, pero pasada por alto debido al Sínodo de la
Juventud que tuvo lugar en Roma el mes pasado, el teólogo consultor de la
Congregación para las Causas de los Santos dijo que, “declaraciones
heréticas” en cuanto al matrimonio, la vida moral y la recepción de los
sacramentos están ahora en el centro de un amplio debate que se está volviendo
más y más vehemente a medida que pasan los días”.
Mons. Bux dijo que el origen de muchas de estas enseñanzas cuestionadas–
destacadas en una corrección filial de Septiembre de 2017 y en una conferencia
en Roma en Abril sobre la confusión doctrinal en la Iglesia– están en la
exhortación apostólica postsinodal Amoris
Laetitia, pero que desde entonces
han sido “considerablemente más y más complicadas”.
Prosiguió
con que ésto ha llevado a algunos prelados principales, como el Cardenal Walter
Brandmüller, uno de los cuatro cardenales firmantes de la dubia en 2016, a
reiterar su llamado a “una profesión de fe por
parte del Papa”.
Sin
embargo, Mons Bux dijo que tal cosa sería difícil de lograr, dada la visión del
Papa de la Iglesia como una federación de comunidades eclesiásticas- algo que
él mismo describió “un poco como comunidades
protestantes”.
El
teólogo dijo que posteriormente a los dos sínodos sobre la familia, las
enseñanzas sobre fe y moral se han vuelto inconsistentes sobre la cuestión de
dar o no la Santa Comunión a los divorciados católicos y vueltos a casar.
“No pocos obispos y párrocos, por lo tanto, se encuentran en un gran
desconcierto por una situación pastoral confusa e inestable“, dijo.
Mons. Bux
declaró que algún tipo de profesión de fe—como la que Pablo VI hizo en 1968
reafirmando lo que es Católico “frente a los
errores y herejías” que vinieron inmediatamente después del Concilio
Vaticano II—es requerido del papa para remediar la situación.
“Si ésto no sucede”, advirtió, “la apostasía se profundizará y el cisma de facto se extenderá”.
Mons. Bux dijo que la situación se había “hecho más urgente como
resultado de los cambios recientes introducidos por el papa, como el
concerniente a la definición de la pena de muerte como anti-evangélica.
“Y los problemas, dije, son notables, porque o admitimos que la Iglesia
ha enseñado la legitimidad de algo anti-evangélico prácticamente durante dos
mil años, o debemos admitir que fue el Papa Bergoglio quien ha errado,
considerando anti-evangélico lo que, al contrario, por lo menos abstractamente,
cumple con la Revelación” dijo Bux. “Éste es un tema muy sensible, pero tarde o temprano él
tendrá que arreglarlo. Y no sólo lo que se refiere a la pena de muerte”.
Preguntado
por Valli si esto sienta precedente para que el Papa cambie más del Catecismo
si lo desea, el teólogo expresó que ésta es una “pregunta
muy perturbadora” y que “otra preocupación legítima”
es conservar el Depósito de la Fe libre de las ´´sensibilidades
contingentes de las sociedades de hoy o de mañana“.
El Papa no puede “imponer su propia opinión”
sobre la Iglesia, Mons Bux expresó, citando a Joseph Ratzinger, porque
en materia de fe, moral y los sacramentos, la Iglesia “sólo
puede consentir la voluntad de Cristo”. Y aun así, él dijo que muchos
puntos en Amoris Laetitia son
incómodos y contradictorios así como incómodos´´ al pensamiento de Santo Tomás
de Aquino, a pesar de la exhortación afirmando en sentido contrario.
Mons. Bux
tambien se refirió a la tendencia del papa de quedarse callado frente a las
críticas y la negativa de enfrentar los cargos de herejía y apostasía,
señalando la advertencia de San Pio X en su encíclica Pascendi Dominici Gregis:
nunca “confesar claramente la propia herejía” es
“conducta típica de los modernistas, porque de esa
forma pueden esconderse dentro de la misma Iglesia”.
Monseñor
prosiguió hasta sugerir que de ser hallado culpable de herejía, el Papa
Francisco pudiera ser depuesto de su cargo.
“En el decreto de Graciano (parte I, párrafo 40,
capitulo VI) existe este canon: Ningún mortal puede presumir de
hablar de la culpa del papa desde que, elegido para juzgar a todos, nadie puede
juzgarlo, a menos que se desvie de la fe”, dijo él. Mons. Bux
explicó que “el distanciamiento y desviación de la fe se llama herejía” y “en
el caso de herejía manifiesta, según San Roberto Belarmino, el papa puede ser
juzgado”. Añadió que “el papa es llamado por el Señor para difundir la Fe
Católica, pero para hacerlo debe probar ser capaz de defenderla”.
Valli
preguntó a Monseñor si él estaba diciendo que el papa hallado herético, “dejaría de ser papa y cabeza del cuerpo eclesial
perdiendo toda jurisdicción”. “Sí, la herejía afecta la fe y el estado de un
miembro de la Iglesia, que es la raíz y el fundamento de la jurisdicción”,
replicó Mons. Bux. “Cada fiel, incluido el Papa,
con la herejía se separa de la unidad de la Iglesia. Es bien sabido que
el Papa es al mismo tiempo un miembro y una parte de la Iglesia, ya que la
jerarquía está dentro y no sobre la Iglesia, de acuerdo a lo dictado en Lumen
Gentium (No.18)”.
Mons. Bux
señala que de cualquier forma, es difícil “identificar
los contornos de la herejía, porque la teología ´ya no es confiable´, sino que
se ha convertido en una ´especie de arena´ en la que todo converge y se opone”.
“Así, afirmando una verdad, siempre habrá alguien queriendo defender
exactamente lo contrario. Como podrá Ud. ver, hay muchos problemas
prácticos, teológicos y jurídicos para la cuestión del juicio de un papa
herético”.
Él
sugiere que desde un punto de vista práctico, “sería
mucho más fácil examinar y estudiar más precisamente la cuestión concerniente a
la validez jurídica de la renuncia del Papa Benedicto XVI”, por ejemplo,
“examinar si fue completa o parcial (intermedia)”. Mons.
Bux añadió que la “idea de una especie de papado
colegiado me parece decididamente contraria a lo que dicta el Evangelio´´.
Mons. Bux estableció que Jesús no dio, de hecho, tibi dabo claves [dio las
llaves del reino de los cielos] a Pedro y Andrés, sino ¡sólo
a Pedro!
“Por eso digo que un estudio completo de la renuncia puede ser más útil
y beneficioso como también coadyuvante a resolver problemas que hoy parecen
insuperables para nosotros”, declaró el teólogo.
Él citó a Fátima, la Verdad Completa de Saverio Gaeta, diciendo: “Estaba escrito: También vendrá un tiempo de las
pruebas más difíciles para la Iglesia. Cardenales se opondrán a Cardenales,
obispos a obispos. Satán se pondrá en el medio entre ellos. También en
Roma habrá grandes cambios”.
Mons. Bux
argumentó que con el Papa Francisco, “el gran
cambio en la Iglesia es palpable, junto con una clara intención de romper con
los pontificados previos”.
“Esta discontinuidad—una revolución—genera cismas,
herejías y controversias de varias clases. Sin embargo, todas ellas puedes
ser trazadas al pecado, dijo. Citando al Padre de la Iglesia del siglo
III, Orígenes de Alejandría, añadió: “Donde hay
pecado encontramos multiplicidades, encontramos cismas, encontramos herejías,
encontramos controversias. Donde la virtud reina hay unidad, hay comunión;
gracias a lo cual, los creyentes son un sólo corazón y una sola alma”.
Para
animar a los fieles católicos, Mons Bux citó el mensaje de San Atanasio de
Alejandría a los cristianos que habían sufrido bajo los arrianos: Vosotros os quedáis fuera de los lugares de culto, pero la fe
habita en vosotros. Veamos: ¿Qué es más importante: el lugar o la fe? La
verdadera fe, por supuesto. ¿Quién ha ganado y quién ha perdido en esta
lucha? ¿Quién guarda la sede o quien observa la fe? Es cierto, los
edificios son buenos cuando la fe apostólica os es predicada; sois santos
mientras todo lo que suceda en ello suceda en modo santo…. Vosotros sois los
felices, vosotros quienes permanecéis dentro de la Iglesia por causa de vuestra
fe, quienes conserven sus fundamentos fuertes, como han llegado fuertes hasta
vosotros a través de la Tradición Apostólica. Y si algún celo execrable
trata de sacudiros en muchas ocasiones, no lo logrará. Ellos son los que se han
alejado de Ella en la presente crisis. Nadie nunca prevalecerá contra vuestra
fe, queridos hermanos, y creemos que Dios hará que un día regresen nuestras
iglesias. Mientras más violentamente ellos traten de ocupar los lugares de
culto, más se separan de la Iglesia. Ellos reclaman que representan a la
Iglesia, pero en realidad ellos son los que, a su vez, son expulsados de ella y
van fuera del camino.
Valli
preguntó a Bux si la herejía no se trata sólo de esparcir falsas doctrinas sino
también “silenciar la verdad acerca de la doctrina
y la moral”. “Claro que así es,´respondió´. Donde no hay doctrina hay problemas
morales, como estamos viendo. Cuando el papa y los obispos hacen eso, usan sus
puestos para destruir [doctrina]”.
Citando a
San Agustín, dijo: “Ellos buscan su propio interés,
no los intereses de Jesucristo; proclaman Su verdad, pero esparcen sus propias
ideas”.
Citando
al Cardenal Giacomo Biffi de Bolonia, añadió: “El
nombre de Jesús se ha vuelto una excusa para hablar de cualquier otra cosa:
migración, ecología, etc. Entonces ya no somos unánimes al hablar (1 Cor 1:10)
y la Iglesia queda dividida”.
(Traducido por
Enrique Nungaray. Artículo original)
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