¿Por qué hoy es cada vez más difícil que los
matrimonios duren?
En una sociedad como la
actual, hablar de "hasta que la muerte nos
separe" parece que fuera una historia fantasiosa.
Por: Mtr. Pablo Augusto Perazzo | Fuente: Revista Vive!
Por: Mtr. Pablo Augusto Perazzo | Fuente: Revista Vive!
¿Quién no quiere amar y ser
amado? Ciertamente, ese es un deseo principal en la
vida de cualquier ser humano. La gran pregunta es: ¿cómo logramos vivirlo de
modo auténtico? Si lo aplicamos al matrimonio, ¿cómo
se puede amar una persona “hasta que la muerte nos separe”?
Comprensiblemente es una tarea difícil que
implica mucho. Entre lo que está un compromiso, una voluntad decidida, opciones
radicales para superar posibles obstáculos, así como la renuncia y sacrificios
de varios gustos o intereses personales, para el bien de la pareja, y,
consecuentemente, para el matrimonio. Además, debemos tener en cuenta el mundo,
en el que estamos inmersos, el cual agrede directamente a la familia, con
distintas ideologías, buscando objetivamente la destrucción de esta célula
nuclear y básica de la sociedad.
¿CUÁLES SON LAS PRIORIDADES?
Quiero empezar con un marco muy general, pero,
no por eso abstracto. Lo primero que la pareja debe tener claro son las
prioridades. Tenemos tantas responsabilidades, desde las más pequeñas y
sencillas como comprar la comida, pagar las cuentas, hasta el trabajo diario
que muchas veces puede ser agotador. Por ello, es fundamental priorizar, a fin
de que la vida no se convierta en una locura. Muchas veces sucede que nos vemos
perdidos, confundidos, olvidándonos de lo más importante: el amor a Dios, que nutre a la pareja e incluso a los
mismos hijos.
PARA
ESTABLECER QUÉ ES LO MÁS IMPORTANTE, AVANCEMOS DE ACUERDO AL ORDEN DE
PRIORIDADES:
- Lo primero es Dios. Una
pareja que no tiene a Dios en su corazón, y no se esfuerza, cada uno, y
los dos juntos en comunión, por tener el amor a Dios sobre todas las cosas
-como Jesús mismo lo decía- difícilmente supera los problemas y obstáculos
que van surgiendo. Por ello, no es equivocado decir -aunque suene duro
escucharlo- que el amor matrimonial puede morir.
- El amor del matrimonio. Este
está previo al amor y dedicación a los hijos. No significa que se ame
menos o peor a los hijos; simplemente son amores distintos. Debe quedar
claro que si la pareja no tiene una relación saludable, naturalmente, eso
se termina reflejando en los hijos. Es más, vale la pena decir con mucha
claridad, que la pareja necesita momentos a solas. Sin esos momentos es
muy complicado cultivar el amor entre los dos.
- El cariño y sacrificio por los hijos. No
es fácil. Pues llegamos cansados y no tenemos tiempo por el trabajo. Los
padres saben muy bien que sus hijos necesitan su amor, pero, es un esfuerzo
tan difícil, por el cansancio y peso de tantas responsabilidades, que a
veces, no sólo no tenemos el tiempo suficiente, sino que estamos agotados
cuando “podríamos” dedicarle tiempo.
Por eso, aquí es dónde se ve, que tan dispuestos están los padres,
realmente, para hacer un esfuerzo sacrificado, y aprovechar los pocos
momentos o minutos para darles una sonrisa, un abrazo o un gesto de amor,
de cariño, etc. No son suficientes los regalos u otras cosas, por más
buena intención que tengamos. Los hijos necesitan un beso, un abrazo, un “te quiero”, lo material no reemplaza esa
manifestación concreta de amor.
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