Durante la Misa celebrada en la Basílica de San Pedro del Vaticano por el Domingo de la Palabra de Dios este 23 de enero, el Papa Francisco instituyó por primera vez los ministerios de lector y catequista a fieles laicos, hombres y mujeres, procedentes de diferentes partes del mundo.
Se trató de la primera vez que el Santo Padre instituye el ministerio
laical de lectorado y catequistas y en el Vaticano recibieron el ministerio del
lectorado ocho fieles laicos -seis mujeres y dos
hombres- y otras ocho personas recibieron el ministerio laical de
catequista -cinco hombres y tres mujeres-.
El Papa Francisco instituyó el
Domingo de la Palabra de Dios,
con el Motu Proprio Aperuit Illis del 30 de septiembre de 2019 para que
la Iglesia Universal celebre cada tercer Domingo del Tiempo Ordinario con el
fin de “crecer en el pueblo de Dios la familiaridad
religiosa y asidua con la Sagrada Escritura”.
El 10 de enero de 2021 el Santo Padre modificó el Código de Derecho
Canónico con el Motu Proprio Spiritus
Domini que cambió el canon
230 § 1 para dar acceso de las
mujeres al ministerio instituido del lectorado y acolitado.
Además, el Papa instituyó el
ministerio laical de catequista con
la carta apostólica en forma Motu Proprio “Antiquum
ministerium” (antiguo ministerio) el 11 de mayo de 2021 en la
que también solicitó la elaboración de un itinerario de formación, la
descripción de los criterios normativos para acceder al ministerio y la
publicación del rito de institución de tal ministerio laical.
RITO DE INSTITUCIÓN
Antes de la homilía del Papa, un diácono leyó el nombre de los
candidatos al ministerio de lectorado y el ministerio de catequista, después de
mencionar el nombre, cada candidato, candidata, respondió “Eccomi” (heme aquí).
En concreto, se trató de 16 fieles laicos presentes en el Vaticano, que
fueron en representación de todo el Pueblo de Dios. Entre los candidatos al
ministerio del lectorado se encontraron personas procedentes de Corea del Sur,
Pakistán, Ghana y varias partes de Italia, mientras que los candidatos al
ministerio de catequistas se encontraron dos laicos del Vicariato Apostólico de
Yurimaguas (Perú) en la Amazonia, dos fieles de Brasil que ya están
involucrados en la formación de catequistas, una mujer de Kumasi, Ghana, el
actual Presidente del Centro de Oratorios Romanos (el Centro Oratori
Romani), un laico de Łódź (Polonia) y una fiel laica de Madrid (España).
Según informó el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva
Evangelización, “debido a las dificultades de viaje
causadas por las actuales restricciones sanitarias, no fue posible la esperada
presencia de dos fieles de la República Democrática del Congo y de Uganda”.
Después de pronunciar su homilía,
en la que invitó a colocar la Palabra de Dios “en
el centro de la pastoral y de la vida de la Iglesia” a escucharla, a
rezar con ella para ponerla en práctica, el Santo Padre presidió el rito de
institución al ministerio laical del lectorado y de catequistas preparado por
la Congregación para el Culto Divino.
Los nuevos ministros al lectorado recibieron una Biblia, mientras que
los ministros catequistas recibieron un crucifijo plateado,
reproducción de la cruz pastoral utilizada primero por San Pablo VI y luego por
San Juan Pablo II.
En primer lugar, el Papa destacó que siendo lectores “es decir, anunciadores de la Palabra de Dios, están
llamados a colaborar a este compromiso primario en la Iglesia” porque se
colocan al “servicio de la fe, la cual tiene su raíz y su fundamento en la
Palabra de Dios”.
“Proclamarán la Palabra de Dios en la asamblea
litúrgica; educarán en la fe a los niños y a los adultos y los conducirán a
recibir dignamente los Sacramentos; llevarán el anuncio misionero del Evangelio
de salvación a los hombres que todavía no lo conocen”, señaló el Papa.
Los ocho candidatos -seis mujeres y dos hombres- al ministerio del lectorado se colocaron de pie frente al Santo Padre y tras
las palabras del Papa los candidatos se hincaron para recibir la bendición en
la que los alentó a que en la meditación de la Palabra de Dios sean “íntimamente iluminados para convertirse en fieles
anunciadores a sus hermanos”.
Finalmente, el Papa entregó a cada uno una Biblia diciendo
“recibe el libro de las Sagradas
Escrituras y transmite fielmente la Palabra de Dios para que
germine y fructifique en el corazón de los hombres”.
De igual forma, los ocho candidatos al ministerio
laical de catequista -cinco hombres y tres mujeres- se pusieron de pie delante
del Papa colocado en el Altar de la Cátedra.
En su exhortación, el Santo Padre alentó a los “llamados
al ministerio estable de catequista a vivir más intensamente el espíritu
apostólico, bajo el ejemplo de los hombres y mujeres que ayudaban a San Pablo y a los
otros apóstoles en la difusión del Evangelio”.
“Su ministerio esté siempre radicado en una
profunda vida de oración, edificado en una sana doctrina y animado por un
verdadero entusiasmo apostólico”, señaló el
Papa.
Luego, los candidatos se hincaron delante al Papa mientras que también
los bendijo para que “vivan plenamente su Bautismo
colaborando con los pastores en las diversas formas de apostolado para la
edificación de tu Reino”.
Después, el Santo Padre entregó a cada uno un crucifijo plateado, con
las palabras “recibe este signo de nuestra fe, cátedra
de la verdad y de la caridad de Cristo: anuncia a Él con la vida, las acciones
y la palabra” y cada uno respondió: “Amén”.
La oración de los fieles fue leída en coreano, portugués, chino, francés
y polaco.
DOMINGO DE LA PALABRA
DE DIOS
El Papa Francisco instituyó el
“Domingo de la Palabra de Dios” el 30 de septiembre de 2019 en
el día de la fiesta de San Jerónimo, famoso por su traducción de la Biblia al
latín, conocida como la “Vulgata”.
El título de la carta apostólica en forma de Motu Proprio titulada Aperuit Illis se
basa en el pasaje bíblico de San Lucas del capítulo 24 en el que se describe el
gesto de Jesucristo a los discípulos con el cual “les
abrió el entendimiento para comprender las Escrituras”.
“Dedicar concretamente un domingo del año litúrgico
a la Palabra de Dios nos permite, sobre todo, hacer que la Iglesia reviva el
gesto del Resucitado que abre también para nosotros el tesoro de su Palabra
para que podamos anunciar por todo el mundo esta riqueza inagotable”, escribió el Papa.
POR MERCEDES DE LA
TORRE | ACI Prensa
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