PIDE «RESISTENCIA» ANTE LA IDEOLOGÍA IMPUESTA POR LA «MINORÍA QUE MANEJA LOS HILOS»
Marguerite Peeters lanza una advertencia a tener en cuenta: entre el Manifiesto Comunista de 1848 y la Revolución Bolchevique de 1917 pasaron casi setenta años. No se debe menospreciar el potencial de la naciente revolución del género.
La revista italiana de
apologética Il
Timone ha consagrado un dossier especial en su número de
junio a la manipulación del lenguaje para imponer la ideología de género. Raffaella Frullone entrevista
a una experta en el asunto, Marguerite Peeters:
En 2014, la editorial San Paolo
publicó El género. Una cuestión política
y cultural, de Marguerite
A. Peeters, con prólogo del cardenal Robert
Sarah. Peeters es una
ensayista y periodista belgo-estadounidense, asesora del Pontificio Consejo
para la Cultura y una de las primeras analistas en ámbito católico que llamó la
atención sobre el alcance real y la rapidez de los cambios que muchos
infravaloran.
Asombra pensar de nuevo en ese
libro, porque lo que había previsto se ha manifestado puntualmente
al cabo de pocos años, también en Italia. Y la presión sobre el tema ha
aumentado tanto, que hoy en día tendría dificultad en encontrar una editorial
que quisiera publicar su libro.
Peeters vive en Bruselas, donde
dirige el Instituto Dialogue Dynamics y se ocupa
de los procesos de globalización y de su gobernanza. Hemos hablado por teléfono
con ella y le hemos preguntado cuál es su opinión sobre la neolengua
"inclusiva".
-ASTERISCOS AL FINAL DE
LAS PALABRAS, SIGNOS ENIGMÁTICOS COMO JEROGLÍFICOS, DECLINACIÓN DE LOS
ADJETIVOS EN GÉNERO NEUTRO... ¿CÓMO HAY QUE INTERPRETAR ESTAS REGLAS QUE SE NOS
IMPONEN EN NOMBRE DE UNA NUEVA CORRECCIÓN SEMÁNTICA, DE UNA NUEVA NORMALIDAD?
-Ante todo, es importante para mí
hacer una premisa. Hablaré como cristiana, no solo como experta en estos temas,
tanto por el contexto en el que me encuentro como por la fe, que ayuda
a comprender plenamente de qué estamos hablando.
»El lenguaje que se presenta como "inclusivo"
esconde, en el fondo, un espíritu revolucionario, es decir, de rechazo a la unidad constitutiva
del hombre y de la mujer, creados el uno para el otro por Dios en un diseño de
amor. El rechazo pasa por un plan antropológico,
cultural, social y político.
»La declaración universal de los derechos humanos, aprobada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948, se basaba en la concepción judeocristiana de la igualdad y complementariedad del hombre y
la mujer, en su unidad
ontológica.
En su libro sobre la
ideología de género, Marguerite Peeters anticipó su imposición universal, un
proceso en el que ya estamos.
»La revolución cultural que tuvo lugar posteriormente en Occidente quiso
dividir esa unidad multiplicando las categorías y
los derechos: de las mujeres, los
niños, los homosexuales, los pueblos indígenas, etc. Los últimos Papas, desde Pablo VI
en adelante, han hecho numerosos llamamientos a la construcción de una
verdadera "civilización del amor" basada
en la verdad. Pues bien, un paso fundamental es volver a poner en el centro de
esa civilización a la persona, hombre y mujer, con su dignidad infinita y su
lugar único en la Creación.
-¿A QUÉ SE REFIERE
CONCRETAMENTE CON "LA REVOLUCIÓN QUE TUVO LUGAR POSTERIORMENTE EN
OCCIDENTE"?
-La revolución del género la puso en marcha el feminismo
radical estadounidense de
la posguerra, cuando una cierta corriente de pensamiento empezó a tener
como objetivo de su persecución la maternidad, la feminidad, la familia basada
en el matrimonio, a las que tachaba de construcciones sociales
enemigas de la libertad de la mujer. El comienzo fue ése, la mujer que quería
emanciparse del hombre.
»Seguidamente se añadió el activismo
gay, llegando así a la revolución del género. En la Conferencia mundial
sobre la mujer que tuvo lugar en Pekín en 1995,
convocada por las Naciones Unidas, la ONU impuso el concepto de
igualdad de género, ideológicamente orientado en el sentido de
superación de la especificidad de los sexos, y que introdujo en sus documentos
oficiales. A partir de ese momento se dio un fuerte impulso a la aplicación de
la igualdad de género por doquier.
»La Unesco reformó
sus programas educativos a la luz del género y empezó a presionar sobre los
ministerios de educación de todo el mundo para que asumieran este enfoque, lo
que a menudo ha funcionado porque no todos han captado lo que se oculta detrás
de ese concepto.
La IV Conferencia sobre
la Mujer de las Naciones Unidas, celebrada en Pekín en 1995, dio el pistoletazo
de salida a la imposición mundial de la ideología de género.
»Solo más tarde, cuando se comprendió que no se trataba solo de igualdad
de oportunidades, algunos reaccionaron. Debemos tomarnos muy en serio
las señales revolucionarias cuando aparecen en la escena internacional,
porque así funcionan las revoluciones. Un ejemplo: el
manifiesto comunista se publicó en 1848 y setenta años más tarde tuvo lugar la
Revolución bolchevique.
-EN ITALIA HAY UNA RED
QUE SE ESTÁ MOVILIZANDO CONTRA EL PROYECTO DE LEY DE LA LLAMADA HOMOTRANSFOBIA.
¿QUÉ LE PARECE?
-Es impresionante la velocidad
con la que ha avanzado en Italia la ideología de género, aunque el origen está
claro. Se trata de normas impuestas por una minoría
que maneja los hilos de un plan a nivel global, la llamada gobernanza mundial.
»Hay que ofrecer resistencia utilizando la formación y la
información, partiendo de nuevo de las bases de la antropología cristiana. Sin
embargo, lo que
hay que tener, ante todo, es valentía, porque no estamos ante una dialéctica política
normal, sino ante una persecución real.
-¿QUÉ QUIERE DECIR
USTED CON GOBERNANZA MUNDIAL?
-La gobernanza mundial es un programa de imposiciones de nuevos parámetros a nivel mundial, de los que el género es uno de
los principales. Hay una lógica interna que, al género, une toda una serie de
conceptos cada vez más familiares a las personas menos informadas, como son desarrollo sostenible, democracia participativa, la
cuestión ambiental radicalizada
en una óptica no cristiana. Y en este proceso de gobernanza mundial tienen un
papel clave organismos gubernamentales transnacionales como Amnistía
Internacional o Planned Parenthood.
-¿QUÉ HAY QUE HACER?
-Como decía antes, explicar,
formar, alentar a los que tenemos cerca a no hacer concesiones si queremos ser lo que estamos llamados a
ser, luz del mundo.
Traducido por Elena
Faccia Serrano.
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