40° ANIVERSARIO DE MARÍA, REINA DE LA PAZ.
¡FELIZ
DÍA, MADRE MÍA!
Mensaje de la Virgen y breve historia de sus apariciones:
Mensaje de María Reina de la Paz:
¡Queridos
hijos! Den gracias a Dios conmigo por el
don de poder estar con ustedes. Oren, hijitos, y vivan los Mandamientos de Dios
para que sean felices en la Tierra. Hoy, en este día de gracia, deseo darles mi
bendición maternal de paz y de amor. Intercedo por ustedes ante mi Hijo y los
invito a perseverar en la oración para que con ustedes pueda realizar mis
planes. Gracias por haber respondido a mi llamado.
Breve
historia de las apariciones:
Todo
empezó el 24 de junio de 1981 aproximadamente a las seis de la tarde. Los niños
Ivanka Ivankovic de 15 años, Mirjana Dragicevic de
16, Vicka Ivankovic de 17, Ivan Dragicevic de 16, Ivan Ivankovic y Milka
Pavlovic vieron a una mujer joven increíblemente bella, con un niño
pequeño en brazos. No les dijo nada, pero les indicó con gestos que podían
acercarse. Sorprendidos y asustados, tuvieron miedo de hacerlo, aunque pensaron
inmediatamente que se trataba de la Virgen.
El 25 de
junio, los chicos acordaron encontrarse en el mismo lugar donde la Virgen se
había aparecido el día anterior, con la esperanza de verla de nuevo. De pronto
vieron un destello de luz. Miraron hacia la colina y vieron a Nuestra Señora,
esta vez sin el Niño. Estaba sonriente y gozosa y su belleza era
indescriptible. Con sus manos les hizo señas para que se acercaran. Los niños
se tomaron de las manos y subieron hasta Ella. Inmediatamente cayeron de
rodillas y comenzaron a rezar el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria. Nuestra
Señora oró con ellos, excepto cuando rezaron el Avemaría.
Después
de rezar empezó a hablar con los chicos. Ivanka, antes que nadie, le preguntó
acerca de su madre quien había muerto unos meses atrás. Mirjana le pidió a la
Virgen que les diera un signo para mostrar a la gente que no estaban locos ni
mentían, como algunos decían.
La Virgen
finalmente abandonó a los niños con las palabras: “¡Dios
esté con vosotros, ángeles míos!” Pero antes los niños le preguntaron si
la verían al día siguiente, Ella respondió asintiendo con la cabeza. A partir
de ese día, los chicos continuarían viendo a la Virgen diariamente.
Según los
videntes, todo el encuentro fue indescriptible. Ese día, dos niños que formaban
parte del grupo del día 24, no estaban: Ivan
Ivankovic y Milka Pavlovic. En su lugar fueron otros dos: Marija Pavlovic y Jakov Colo. Y desde entonces,
según esos seis niños, la Virgen se les aparece regularmente. Milka Pavlovic e
Ivan Ivankovic, que estuvieron presentes el primer día de las apariciones, no
volvieron a ver más a la Virgen, aunque volvían al lugar de las apariciones con
la esperanza de verla.
Del
tercer al séptimo día
El tercer
día, 26 de junio, los niños iban de camino al mismo lugar donde se les había
aparecido la Virgen. Estaban muy contentos, aunque, la alegría se mezclaba con
el temor al preguntarse cuál sería el resultado de todo aquello. Pero a pesar
de todo, los niños sentían una fuerza interior que les empujaba a encontrarse
con la Virgen.
De
repente, mientras los niños se encontraban aún de camino, un resplandor
apareció por tres veces. Para ellos, y para quienes les seguían, era una señal
que indicaba la presencia de la Virgen. En ese tercer día, la Virgen se
apareció todavía más arriba que en los días anteriores. De repente, la Virgen
desapareció. Pero cuando los niños empezaron a rezar, acudió de nuevo. Estaba alegre
y sonreía serenamente, y otra vez más, su belleza era irresistible.
Cuando
los niños salieron de casa, algunas mujeres mayores les aconsejaron llevar agua
bendita con ellos para asegurarse de que no se trataba del demonio. Cuando
estuvieron con la Virgen, Vicka cogió el
agua y la echó en dirección a la visión, diciendo: “Si
tú eres nuestra Madre bendita, por favor quédate, y si no, aléjate de
nosotros”. La Virgen sonrió al oír eso y se quedó con ellos. Entonces
fue cuando Mirjana le preguntó su nombre, y
la Virgen le respondió: “Soy la Bienaventurada
Virgen María.”
Ese mismo
día, bajando del Podbrdo, la Virgen se apareció nuevamente, esta vez sólo a Marija, diciendo: “Paz,
paz, paz y sólo paz”. Detrás de ella, Marija
pudo ver una cruz. Tras lo que la Virgen, con lágrimas, corroboró: “¡La paz debe reinar entre el hombre y Dios, y entre
todos los pueblos!”.
Al día
siguiente, 27 de junio, la Virgen se apareció tres veces a los niños. Esta vez,
los niños le preguntaron muchas cosas, y la Virgen les respondió a todo. Para
los sacerdotes, dio el siguiente mensaje: “Tienen
que creer firmemente, y tienen que cuidar la fe del pueblo”. Nuevamente,
Jakov y Mirjana pidieron una señal, porque
la gente había empezado a acusarles de mentirosos o de estar bajo los efectos
de las drogas. “No tengáis miedo de nada”, les
contestó la Virgen.
Antes de
despedirse, al preguntarle si volvería, dijo que lo haría. Bajando el Podbrdo,
la Virgen se apareció una vez más para despedirse con estas palabras: “¡Que Dios esté con vosotros, mis ángeles, iros en paz!”.
El día 28
de junio, el quinto día, multitudes venidas de todos los rincones, iban
agrupándose ya desde muy temprano. Hacia el mediodía, había unas quince mil
personas. Ese mismo día fray Jozo Zovko, el
párroco, interrogó a los niños sobre lo que habían visto y oído en los días
anteriores.
A la hora
de costumbre, la Virgen se apareció. Los niños rezaron con Ella, y Vicka, le preguntó: “Mi
querida Señora, ¿qué quisieras de nosotros, y qué de nuestros sacerdotes?”. La
Virgen le contestó: “La gente debe rezar y creer
firmemente”. De los sacerdotes, dijo que debían ser fuertes en la fe, y
ayudar a los demás a creer firmemente.
Ese día,
la Virgen se apareció y se retiró varias veces. Una de las veces, los niños le
preguntaron por qué no se aparecía en la parroquia, para que todo el mundo la
pudiese ver. Contestó: “Bienaventurados aquellos
que sin haber visto, han creído”.
Aunque la
multitud les importunaba con sus preguntas y curiosidades, y el día era
bochornoso y pesado, los niños se sentían como en el cielo.
El sexto
día, 29 de junio, los niños fueron llevados a Mostar para un reconocimiento
médico, tras el cual se diagnosticó que estaban “sanos”.
El informe del médico jefe de servicio fue: “No
están locos los niños, sino la persona que los ha traído aquí.”
Ese día,
en la colina de las apariciones, la multitud fue mayor que nunca. Tan pronto
como los niños llegaron al lugar de siempre y empezaron a rezar, la Virgen se
apareció. En esta ocasión, la Bienaventurada Virgen María les exhortó a tener
fe, diciéndoles: “La gente debe creer firmemente y
no tener miedo”.
Ese día,
una doctora que iba siguiendo y observando a los niños durante la aparición,
deseó tocar a la Virgen. Los niños guiaron su mano hasta el hombro de la
Virgen, y sintió como un estremecimiento. La doctora, aunque era agnóstica,
tuvo que reconocer: “Aquí, algo extraño está
pasando”.
El mismo
día, un niño llamado Daniel Setka, fue
milagrosamente curado. Sus padres lo llevaron a Medjugorje, pidiendo su
curación. La Virgen había prometido que se curaría si los padres rezaban,
ayunaban y creían ferviertemente. Así pues, el niño fue sanado repentinamente.
El 30 de
junio, dos chicas jóvenes propusieron a los videntes dar un paseo en coche. De
hecho, su intención era llevarlos lejos de la zona, y retenerlos hasta que
pasara el tiempo habitual de la aparición. Sin embargo, aunque los niños se
encontraban bastante lejos del Podbrdo, en el momento de la aparición, ocurrió
que una llamada interior les empujó a salir del coche. Tan pronto lo hicieron,
y se pusieron a rezar, la Virgen se acercó hacia ellos, desde el Podbrdo, que
en ese momento se encontraba a un kilómetro de distancia. Rezaron siete
padrenuestros, siete avemarías y siete glorias. La trampa de aquellas jóvenes
no surtió efecto.
Después
de esto la policía empezó a poner trabas a los niños y a los peregrinos para
subir al Podbrdo, el lugar de las apariciones. Y se prohibió, primero a los
niños y luego a la multitud, subir a la montaña. La Virgen siguió
apareciéndoseles en lugares escondidos, en sus casas y en el campo. Los niños
ya tenían confianza y hablaban abiertamente con la Virgen, buscando
ilusionadamente sus consejos, escuchando sus advertencias y mensajes.
De
esta forma, los acontecimientos de Medjugorje continuaron hasta el 15 de enero
de 1982.
Al mismo
tiempo, el párroco empezó a acoger a los peregrinos en la iglesia,
permitiéndoles participar en el Rosario y en la celebración de la Eucaristía.
Los niños también rezaban allí su Rosario. Durante este período, alguna vez, la
Virgen se apareció en la iglesia. Incluso, el mismo párroco, una vez mientras
rezaba el Rosario, vio a la Virgen. Inmediatamente interrumpió la oración, y
espontáneamente empezó a entonar un canto popular: “Lijepa
si, lijepa Djevo Mario”;-“Oh, qué bella eres, Santísima Virgen María”. Toda
la iglesia pudo percibir que algo fuera de lo común le ocurría. Luego declaró
que la había visto. Y así, el que hasta entonces no sólo había dudado, sino que
había estado en contra de las apariciones, se convirtió en defensor de los
niños y de las apariciones, hasta el punto que ello le costó ser encarcelado.
A partir
del 15 de enero de 1982, los niños vieron a la Virgen en una capilla lateral de
la parroquia. El párroco lo preparó así por las dificultades e incluso peligros
que nuevamente se presentaron. Previamente, los niños se aseguraron de que ello
estaba de acuerdo con los deseos de la Virgen. De todas formas, debido a la
prohibición del obispo diocesano, desde abril de 1985, los niños dejaron de
usar el entorno de la iglesia como lugar de las apariciones. A partir de ese
momento, tuvieron lugar en una sala de la casa parroquial.
Desde el
principio de las apariciones hasta hoy, sólo ha habido cinco días en los que
ninguno de los niños ha visto a la Virgen.
La Señora
se ha presentado como la Reina de la Paz y de la Reconciliación. Viene para
acercarnos al corazón de Dios mostrándonos el camino de la paz. Nos invita a
todos a la santidad y para ello nos propone medios muy simples, al alcance de
todos.
La Virgen
ha prometido comunicar a cada uno de los videntes diez secretos. Hasta el día
de hoy, tres de los videntes, Ivanka, Mirjana y
Jackov han recibido sus diez secretos, y no reciben ya la aparición cotidiana,
sino que una vez al año ven a la Santísima Virgen. En cambio, Vicka, Marija e Ivan, que sólo recibieron nueve
secretos, continúan viéndola diaramente. Según Mirjana, que fue la primera en
recibir los diez secretos, dichos secretos serán revelados al mundo por un
franciscano, el P. Petar Ljubicic. Diez días antes del cumplimiento del
secreto, la vidente y el franciscano ayunarán a pan y agua. El séptimo día, es
decir tres días antes de su realización, Mirjana le revelará el secreto al
franciscano, quien lo anunciará al mundo.
En julio
de 1981, la Virgen prometió igualmente dejar un signo indestructible y visible
sobre la colina de las apariciones.
El 25 de
cada mes, la Virgen da a Marija un mensaje
destinado al mundo entero. Ella lo escribe y se lo transmite a un franciscano
de la parroquia de Santiago Apóstol. Posteriormente es traducido y publicado en
distintos idiomas.
Desde
1987, la Virgen se aparece a Mirjana el día
dos de cada mes y ora con ella por los no creyentes. Esta aparición está ahora
abierta a todos. A veces la Santísima Virgen da allí un mensaje público.
Hasta
el día de hoy más de treinta millones de peregrinos, incluyendo a sacerdotes,
obispos y cardenales, han visitado Medjugorje.
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