JUNIO - MES DEL SAGRADO CORAZON DE JESUS
La difusión de la
devoción se debe a santa Margarita María de Alacoque, religiosa de la Orden de
la Visitación.
Por: Redacción | Fuente: accionfamilia.org
La difusión de la devoción
al Sagrado Corazón de Jesús se debe a santa Margarita María de Alacoque,
religiosa de la Orden de la Visitación, a quien Jesús se le apareció diciéndole:
“Mira este corazón mío, que
a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los
cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún
en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más
desgarradamente es que estos insultos los recibo de personas consagradas
especialmente a mi servicio.”
Insistentemente, los Santos
Padres han recomendado que la humanidad intensifique el culto que presta al
Sagrado Corazón de Jesús a
fin de que, regenerado el hombre por la gracia de Dios y comprendiendo que debe
ser Dios el centro de sus afectos, pueda reinar nuevamente en el mundo aquella
tranquilidad del orden, de la cual más distante estamos, cuanto más el mundo
desciende por la anarquía.
LAS PROMESAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Jesús prometió a Santa
Margarita de Alacoque, que si una persona comulga los primeros viernes de mes,
durante nueve meses seguidos, le concederá lo siguiente:
Les daré todas las gracias
necesarias en su estado de vida.
Estableceré la paz en sus hogares.
Los consolaré en todas sus aflicciones.
Seré su refugio en su vida y sobre todo en la muerte.
Bendeciré grandemente todas sus empresas.
Los pecadores encontrarán en Mi Corazón la fuente y el
océano infinito de misericordia.
Las almas tibias crecerán en fervor.
Las almas fervorosas alcanzarán mayor perfección.
Bendeciré el hogar o sitio donde esté expuesto Mi Corazón y
sea honrado.
Daré a los sacerdotes el don de tocar a los corazones más
empedernidos.
Los que propaguen esta devoción, tendrán sus nombres
escritos en Mi Corazón, y de Él, nunca
serán borrados.
NUEVE PRIMEROS VIERNES:
“Yo les prometo, en el
exceso de la infinita misericordia de mi Corazón, que Mi amor todopoderoso le
concederá a todos aquellos que comulguen nueve primeros viernes de mes
seguidos, la gracia de la penitencia final; no morirán, en desgracia ni sin
recibir los sacramentos. Mi divino Corazón será su refugio seguro en este
último momento”.
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