AL DÍA SIGUIENTE DE LA FIESTA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, LA IGLESIA CELEBRA LA FIESTA DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA CON LA FINALIDAD DE MANIFESTAR QUE ESTOS DOS CORAZONES SON INSEPARABLES Y QUE MARÍA SIEMPRE LLEVA A JESÚS.
Esta celebración fue establecida por el Papa Pío XII en 1944 para que por
medio de la intercesión de María se obtenga "la
paz entre las naciones, libertad para la Iglesia, la conversión de los
pecadores, amor a la pureza y la práctica de las virtudes".
San Juan Pablo II declaró que esta festividad en honor a la Madre de
Dios es obligatoria y no opcional. Es decir, que debe realizarse en todo el
mundo católico.
Durante las apariciones de la Virgen de Fátima a los tres pastorcitos en
1917, nuestra Señora le dijo a Lucía: “Jesús quiere
servirse de ti para darme a conocer y amar. Quiere establecer en el mundo la
devoción a mi Inmaculado Corazón”.
“A quien le abrazare prometo la salvación y serán
queridas sus almas por Dios como flores puestas por mí para adornar su
Trono".
En otra ocasión les dijo: "¡Sacrificaos
por los pecadores y decid muchas veces, y especialmente cuando hagáis un
sacrificio: Oh, Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores y en
reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María!”
Muchos años después, cuando Lucía era postulante en el Convento de las
Doroteas en Pontevedra (España), la Virgen se le aparece con el niño Jesús y,
mostrándole su corazón rodeado de espinas, le dijo: “Mira,
hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin
cesar con blasfemias e ingratitudes”.
“Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos
los que, durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la
Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos
meditando en los misterios del rosario con el fin de desagraviarme les prometo
asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su
salvación".
Redacción ACI Prensa
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