Durante la Misa celebrada este lunes 18 de marzo en
la Casa Santa Marta, el Papa Francisco animó en esta Cuaresma a imitar la
misericordia del Padre para no juzgar a los otros, no condenar y perdonar.
En su homilía, el Santo Padre profundizó en el
pasaje del Evangelio de San Lucas del capítulo 6 en el que Jesús indica la
importancia de ser compasivos, por lo que el Papa aconsejó que “para no
equivocarse” en la vida es necesario imitar a Dios.
TRES CONSEJOS PRÁCTICOS
En el Evangelio Jesús exhorta a no juzgar, a no condenar y a perdonar.
El Papa Francisco señaló que sobre todo el juzgar “es
un mal hábito” del cual es importante abstenerse, sobre todo en este
tiempo de Cuaresma.
“Es un hábito que se mete en nuestras vidas incluso
sin que nos demos cuenta”, alertó el Papa quien invitó a
pensar “cuantas veces al día juzgamos” y a
examinar nuestros comentarios porque “no debemos
juzgar”.
Y finalmente, el Santo Padre alentó a “perdonar,
aunque sea ‘tan difícil’, porque nuestras acciones le dan a Dios la medida de
cómo debe hacer con nosotros”.
En esta línea, el Pontífice explicó que la generosidad permite renunciar
al chismorreo en el cual “juzgamos continuamente,
condenamos continuamente y difícilmente perdonamos”.
Por ello, el Papa invitó a ser generosos al dar. “El Señor nos enseña: ‘Den’. ‘Den y te será dado’. No sean ‘bolsillos
cerrados’; sean generosos al dar a los pobres, y también a quienes necesitan
muchas cosas: dar consejos, dar sonrisas a las personas, sonreír. Siempre den,
den”.
“El Señor será generoso: nosotros damos uno y Él
nos dará cien de todo lo que damos. Y esta es la actitud que blinda para no
juzgar, no condenar y perdonar”, explicó
el Papa.
Por último, el Santo Padre destacó la importancia de la limosna, “pero no solo la limosna material, sino también la
limosna espiritual; perder el tiempo con alguien necesitado, visitar a una
persona enferma, sonreír”.
EVANGELIO COMENTADO POR
EL PAPA FRANCISCO:
Lucas 6:36-38
36 «Sed compasivos, como vuestro Padre es
compasivo.
37 No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados.
38 Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá.»
37 No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados.
38 Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá.»
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