«Nadie quiere escucharnos ni lidiar con el
problema»
Los feligreses
de la parroquia de la Inmaculada Concepción en Clarksville, Tennessee (EE.UU),
han decidido que no soportan más que su párroco, Steve Wolf, haga apología de
las tesis del lobby LGTBI. Tras intentar convencerle de que desistiera de su
actitud, protestaron ante su obispo, que no ha tomado medida alguna.
(Crisis Magazine/InfoCatólica) Stephen Wolf es abiertamente
gay. Tuvo sus quince minutos de gloria al aparecer en un reciente artículo del New York
Times sobre los sacerdotes gay. Wolf está utilizando su posición en su parroquia y ante la población de
Clarksville para socavar la enseñanza
de la Iglesia sobre la homosexualidad.
Varios feligreses trataron de
tomar las medidas apropiadas: se reunieron con el párroco para disuadirlo de este camino. No fue disuadido. Entonces, fueron a
su pastor, Mons. J. Mark Spalding, obispo de Nashville. Hasta la fecha, Mons. Spalding no ha abordado adecuadamente
este grave escándalo y ha dejado que los feligreses se las arreglen solos, lo
que les tiene profundamente preocupados.
Wolf ha publicado un folleto
para la prensa del corazón titulado «Respeto a los
gays en las Buenas nuevas», forma parte de grupos disidentes católicos
como New Ways Ministry, Fortunate Families y Equally Blessed, e incluso de
grupos no católicos como “PFLAG”, además de apoyar la agenda del lobby gay en una
localidad que está en pleno corazón del Bible Belt (ndt: zona mayoritariamente protestante evangélica radical).
Además, ha asegurado a sus
fieles que aunque cree que nació
homosexual, no fue hasta los 33 años cuando se dio cuenta que lo era.
Justo entonces había entrado en el seminario.
En el año 2017 dirigió un
retiro para sacerdotes que se reconocen
gays titulado «Siguiendo a Jesús en Santa
Honestidad».
De hecho, ha hecho saber que hace 12 años le confesó su condición, «gay célibe», a su anterior obispo, ya
fallecido, Mons. David Choby, quien tampoco tomó ninguna medida al respecto.
Wolf dice que en el seminario
permaneció «en el armario» a pesar del
sorprendente hecho de que el director vocacional, el rector y el director
espiritual de su seminario, así como algunos seminaristas, ya sabían que era
homosexual y «me aconsejaron en el seminario verlo como parte de la verdad sagrada
sobre quién soy yo». Pero todo cambió después de la publicación
del documento del Vaticano de 2005 que dictaminaba que los hombres con tendencias homosexuales profundamente arraigadas no deben
ser admitidos en un seminario ni recibir las Órdenes Sagradas.
Fue su ira hacia la «Iglesia institucional» por dicho documento lo que
lo llevó a acudir a su obispo por primera vez. Pero no fue hasta años más
tarde, en 2014, durante un año de retiro del ministerio que le fue concedido
por el obispo Choby, cuando Wolf salió del armario ante su familia, amigos,
clero y al personal responsable la parroquia. Más tarde, en julio del 2015, escribió una carta al
consejo parroquial anunciando que era gay.
Según Wolf, después de su
eventual decisión de salir públicamente del armario, el obispo Choby le dijo
que él, personalmente, «podría decir tranquilamente
a cualquiera: "Sí, sé que el P.
Wolf es gay, y que es célibe. Es un buen sacerdote, ¿algún problema?"».
Los fieles decidieron tomar
medidas cuando el sacerdote arremetió contra la fe de la Iglesia en una reunión
de catequesis de adultos. Así lo explica Wolf Scott:
«Hacia el final
de la sesión, uno de los responsables del grupo de catequesis de adultos pidió
al P. Steve que diera una breve explicación de lo que es su grupo "Vespers
LGBTQI". El P. Steve explicó que el grupo LGBTQI se reúne y discute las
dificultades y problemas con los que luchan las personas LGBTQI, así como las
pruebas a las que enfrentan. Después de eso, nos explicó que si una pareja activa del mismo sexo
discierne, después de mucha oración, que no están de acuerdo con la enseñanza
actual de la Iglesia con respecto al sexo homosexual, entonces no es un pecado
para ellos actuar conforme a sus deseos (*). A continuación dijo “¿quiénes somos nosotros para negarles la
Sagrada Comunión?” También mencionó
los pasajes de las Sagradas Escrituras que hablan de la naturaleza pecaminosa
de los actos homosexuales. Los llamó "oscuros" y dijo que podemos ignorarlos».
LA SITUACIÓN SE
REPITIÓ EN OTROS ENCUENTROS CON PARROQUIANOS. EN UNO INSISTIÓ EN SU TESIS SOBRE
LA CONCIENCIA Y EL PECADO:
«Dijo que si alguien, en su conciencia, no acepta estar
equivocado, entonces no comete pecado mortal. A continuación abordó la
cuestión de si alguien que está en una relación comprometida con una persona
del mismo sexo está realmente en pecado. Las discusiones sobre la formación
adecuada de la conciencia también se torcieron. Seguía enfatizando que «estas
son buenas personas».
UNA FELIGRESA EXPLICA:
«Le citamos el Catecismo, citamos las Escrituras
y tratamos de razonar con él durante más de una hora. Dijo que la
enseñanza sobre la homosexualidad le ofendió. Que no iba a ceder ni un centímetro, discutiendo cada punto que le
planteamos. Todos salimos frustrados. Él realmente cree que la Iglesia Católica va a cambiar su enseñanza a su
forma de pensar».
LA SITUACIÓN HA
ALTERADO PROFUNDAMENTE LA COMUNIÓN PARROQUIAL:
«Algunas familias han optado por irse.
Sé que en un caso, un feligrés que había abandonado el estilo de vida
homosexual me dijo que la enseñanza de la Iglesia sobre la sexualidad humana
había sido una bendición y supuso gran parte de su conversión. Por culpa de las
opiniones del P. Wolf, se ha enojado y casi deprimido, y está menos involucrado
en la parroquia».
PATTY HOLAND
DESCRIBE LA SITUACIÓN:
«Los que se van no pueden aceptar la retórica
de este sacerdote. Han asistido a esta parroquia durante años, y la
mayoría han sido muy generosos con su tiempo y su dinero, pero no pueden
justificar lo que están escuchando. Tenemos un grupo importante de feligreses
que quieren aprender, practicar y seguir la enseñanza de la Iglesia. Amamos
nuestra fe y nuestra Iglesia, y queremos que nuestra parroquia sea agradable a
los ojos de Dios. Es muy frustrante
cuando ni siquiera podemos ser escuchados. Siempre me pregunté cómo se
ha extendido y durante tanto este escándalo en la Iglesia, pero estoy empezando
a ver cómo. Nadie quiere escucharnos ni
lidiar con el problema. Pero si no lidiamos con esto ahora, temo por la Iglesia».
LA TESIS HETERODOXA
DEL SACERDOTE Y AMORIS LAETITIA
La doctrina de la Iglesia
sobre la relación entre conciencia y pecado ha sido siempre muy clara. Se puede
ver en:
SAN JUAN PABLO II EN
LA ENCÍCLICA VERITATIS SPLENDOR:
En el caso de los preceptos
morales positivos, la prudencia ha de jugar siempre el papel de verificar su
incumbencia en una determinada situación, por ejemplo, teniendo en cuenta otros
deberes quizás más importantes o urgentes. Pero los preceptos morales negativos, es decir, los que prohíben algunos actos
o comportamientos concretos como intrínsecamente malos, no admiten ninguna
excepción legítima; no dejan ningún espacio moralmente
aceptable para la creatividad de
alguna determinación contraria. Una vez reconocida concretamente la especie
moral de una acción prohibida por una norma universal, el acto moralmente bueno es sólo aquel que obedece a la ley moral y se
abstiene de la acción que dicha ley prohíbe.
VS 67
VS 67
… LA ENSEÑANZA DEL
CONCILIO DE TRENTO:
Cap. XI del Decreto sobre la
justificación.
De la observancia de los mandamientos, y de cómo es necesario y posible observarlos. Pero nadie, aunque esté justificado, debe persuadirse que está exento de la observancia de los mandamientos, ni valerse tampoco de aquellas voces temerarias, y prohibidas con anatema por los Padres, es a saber: que la observancia de los preceptos divinos es imposible al hombre justificado. Porque Dios no manda imposibles; sino mandando, amonesta a que hagas lo que puedas, y a que pidas lo que no puedas; ayudando al mismo tiempo con sus auxilios para que puedas; pues no son pesados los mandamientos de aquel, cuyo yugo es suave, y su carga ligera.
De la observancia de los mandamientos, y de cómo es necesario y posible observarlos. Pero nadie, aunque esté justificado, debe persuadirse que está exento de la observancia de los mandamientos, ni valerse tampoco de aquellas voces temerarias, y prohibidas con anatema por los Padres, es a saber: que la observancia de los preceptos divinos es imposible al hombre justificado. Porque Dios no manda imposibles; sino mandando, amonesta a que hagas lo que puedas, y a que pidas lo que no puedas; ayudando al mismo tiempo con sus auxilios para que puedas; pues no son pesados los mandamientos de aquel, cuyo yugo es suave, y su carga ligera.
Y: Si alguno dijere, que es imposible al hombre aun justificado
y constituido en gracia, observar los
mandamientos de Dios; sea excomulgado.
Canon XVIII sobre la justificación
Canon XVIII sobre la justificación
… Y TAMBIÉN TENEMOS
LA ENSEÑANZA DE LA ESCRITURA:
No os ha sobrevenido ninguna
tentación que no sea de medida humana. Dios es fiel, y él no permitirá que
seáis tentados por encima de vuestras fuerzas, sino que con la tentación hará que encontréis también
el modo de poder soportarla.
1ª Cor 10,13
1ª Cor 10,13
Y: porque Dios es quien obra en vosotros el querer y el
actuar conforme a su beneplácito.
Fil 2,13
Fil 2,13
QUEDA CLARO
ENTONCES, SEGÚN LA ESCRITURA Y EL MAGISTERIO QUE:
1.
No hay excepciones a la hora de cumplir los
mandamientos de Dios. Cualquier incumplimiento es moralmente inaceptable.
2.
No es imposible para el cristiano cumplir los
mandamientos de Dios.
3.
Dios mismo, por medio de su gracia, hace que el
cristiano pueda serle fiel cumpliendo sus mandamientos.
SIN EMBARGO, EL
PUNTO 301 DE AMORIS LAETITIA DICE ASÍ:
Por eso, ya no es posible decir que todos los que se
encuentran en alguna situación así llamada «irregular»
viven en una situación de pecado mortal, privados de la gracia
santificante. Los límites no tienen que ver solamente con un eventual
desconocimiento de la norma. Un
sujeto, aun conociendo bien la norma, puede tener una gran dificultad
para comprender «los valores inherentes a la norma»
o puede estar en condiciones
concretas que no le permiten obrar de manera diferente y tomar otras
decisiones sin una nueva culpa.
Donde la Biblia, la Tradición y el Magisterio dicen que no hay
excepciones al cumplimiento de los mandamientos de Dios, pues Dios mismo nos ayuda a
cumplirlos, Amoris Laetitia indica
que sí hay excepciones en las que el cristiano no puede hacer lo
que Dios le concede hacer, y si entonces obra en contra de la ley de Dios, no
peca. Esa es precisamente la tesis del
P. Steve Wolf sobre la relación entre la conciencia y el pecado.
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