En el encuentro que sostuvo este lunes 14 con una numerosa delegación de
la Diócesis de Roma, el Papa Francisco explicó lo que una persona puede hacer
cuando siempre se “confiesa de lo mismo”.
En la Basílica de San Juan de Letrán, el Papa presidió un evento en el
que reflexionó sobre las “enfermedades mentales”, una
temática que los fieles de Roma han analizado en los últimos meses.
Al iniciar el evento, Francisco presidió una breve oración y luego el P.
Paolo Asolan, profesor del Pontificio Instituto Pastoral Redemptor Hominis de
la Pontificia Universidad Lateranense, hizo un resumen de lo que trabajaron las
comunidades de Roma en los últimos meses sobre las “enfermedades
espirituales”.
Entre ellas mencionó la fatiga espiritual,
la falta de comunión entre quienes realizan las iniciativas pastorales de Roma;
el chisme y el miedo; y la falta de oración.
“Santo Padre, necesitamos de usted y queremos
escucharlo para poder iniciar la cura de estas enfermedades. Necesitamos de
Jesucristo”, dijo el sacerdote al Pontífice.
En su reflexión, Francisco dijo que las personas pueden vivir una
experiencia de “frustración o amargura”, incluso
de manera “cotidiana, cuando voy a confesarme y
digo lo mismo de siempre. Cuando vas a confesarte y te pasa eso, detente y
pregúntate por qué no cambias”.
“¿Cómo hacerlo? Cada uno debe encontrar el camino.
Tú solo no puedes. Solo nadie puede curar. Es necesario que alguno me ayude. El
primero es el Señor. Identifica la enfermedad, el pecado, el defecto, la raíz,
la raíz amarga de la que habla la Carta a los Hebreos y habla primero con el
Señor”.
Después, continuó el Santo Padre, cada uno debe decir: “‘Mira esto Señor, siempre caigo en lo mismo’; y luego
buscar a alguien que me ayude, un alma buena que tenga este carisma de ayuda, y
no tiene que ser necesariamente un sacerdote. El acompañamiento también es un
carisma laical porque viene con el Bautismo”.
Indicó que ese carisma “puede estar en la
comunidad, un anciano, un joven, el cónyuge. Déjate ayudar por alguien: habla
con Jesús, con otro, con la Iglesia. Este es el primer paso. Luego ayudará leer
algo sobre el tema”.
Tras recordar que “el único que puede curar
es el Señor”, el Papa explicó que “la
amargura y la frustración se dan cuando sientes que no puedes cambiar, cuando
hay impotencia. El Señor quiere hacerte crecer con la experiencia de la
curación”. “Es un signo de la redención, para curar nuestras raíces. Él nos ha
curado plenamente. La gracia cura hasta el fondo”, agregó.
El Pontífice alentó también a buscar la armonía en las parroquias. Para
eso propuso tres puntos concretos: “Primero la
persona del Señor, Cristo, el Evangelio en la mano. Todos los días debemos leer
un pasaje del Evangelio”.
“Segundo la oración: si lees el Evangelio de pronto
viene la idea de dialogar brevemente con el Señor. Tercero: las obras de
misericordia. Con estos tres puntos superemos el cansancio. Siempre pidamos la
gracia de la armonía”, concluyó.
POR WALTER SÁNCHEZ
SILVA | ACI Prensa
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