El domingo se celebra
Pentecostés. Nos hace falta rezar para pedir el Espíritu Santo. Tanto la Iglesia en conjunto como
nosotros en particular necesitamos, más que comer y beber, hacer silencio
y suplicar el don del Espíritu. Es más
urgente que respirar, porque sin Él nuestra vida no es más que un
morirse poco a poco. El premio es seguro y deja a la lotería a la altura del
betún. Es Él quien puede “arreglar” la
Iglesia y no nosotros, quien nos conoce de verdad y sabe lo que nos hace falta.
El descanso que ofrece no se acaba y es más real y profundo que todas las
vacaciones del mundo. Sin que nos demos cuenta, nuestro corazón lo desea y nuestra
alma suspira por Él. Es justo lo que nos hace falta hoy, ahora, en este
instante.
Para mi propio uso, he
compuesto una oración para rogar que
venga a nosotros el Espíritu Santo, que incluyo a continuación por si
puede servir a algún lector:
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Ven, viento del
Oriente que de Cristo procedes y a Cristo llevas, tráeme noticias del Amado de
mi alma.
Ven, única
riqueza que vale la pena, y enséñame a amar la pobreza del Hijo de Dios.
Ven Espíritu de
Sabiduría y muéstrame que nada sé, que no soy nada y sin ti nada puedo.
Ven, medicina
del Padre, sana las heridas que desgarran mi alma.
Ven, huracán de
lo alto y rompe en pedazos mi corazón de piedra.
Ven, consuelo
prometido, dame el don de lágrimas para llorar mis pecados.
Ven, buen aroma
de Cristo, haz el milagro de transformarme en Aquel que no tiene igual.
Ven, Espíritu de
los profetas, y abre mis labios para que en toda ocasión dé gloria a Dios.
Ven, único guía que
nunca se pierde, acompáñame, para que no tenga miedo y camine contigo de vuelta
a casa, hacia el cielo, hacia el cielo.
Bruno
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