En la homilía de la Misa celebrada en la Casa Santa
Marta, en el Vaticano, el Papa Francisco explicó cómo transmitir la fe, cómo
evangelizar sin caer en el proselitismo.
El Santo Padre puso de relieve que el testimonio y la coherencia de vida
cristiana son esenciales para transmitir la fe a los demás. Es ese testimonio
de vida, de coherencia el que prende la llama de la fe en los otros al suscitar
la curiosidad.
“Transmitir la fe no es dar información –explicó Francisco–, sino fundar un corazón,
fundar un corazón en la fe en Jesucristo. No se puede transmitir la fe
mecánicamente: ‘Coge este libro, estúdialo y luego te bautizo’. No. El camino
para transmitir la fe es otro: transmitir aquello que hemos recibido. Este es
el desafío de un cristiano: ser fecundo en la transmisión de la fe. Y también
es el desafío de la Iglesia: ser madre fecunda, dar a luz a los hijos en la
fe”.
El Papa insistió en que un primer requisito para la transmisión de la fe
es el amor, y el segundo el testimonio, y puso de relieve la importancia de la
transmisión de la fe a través de las generaciones. Explicó que “transmitir la fe no es hacer proselitismo, es otra cosa,
más grande”.
Transmitir la fe no es como “buscar gente
que apoye a un equipo de fútbol, a un club, a un centro cultural. Eso está
bien, pero para la fe no sirve el proselitismo. Benedicto XVI lo explicó bien:
‘La Iglesia no crece por medio del proselitismo, sino por la atracción’. La fe
se transmite por atracción, es decir, por medio del testimonio”.
Ese testimonio de fe, según señaló el Santo Padre, consiste en dar
testimonio cada día de aquello en lo que se cree que es justo a los ojos de
Dios, suscitando la curiosidad de los que están alrededor.
“El testimonio provoca curiosidad en el corazón del
otro, y esa curiosidad la toma el Espíritu Santo para hacer el trabajo por
dentro. La Iglesia cree por atracción, crece por atracción. Y la transmisión de
la fe se da mediante el testimonio, hasta el martirio”.
“Cuando se ve esta coherencia de vida con aquello
que decimos, siempre surge la curiosidad: ‘pero, ¿por qué este vive así? ¿Por
qué lleva una vida de servicio a los demás?’. Y esa curiosidad es la semilla
que recoge el Espíritu Santo y la lleva adelante. Y la transmisión de la fe nos
hace justos, nos justifica. La fe nos justifica y en su transmisión damos
justicia verdadera a los demás”, finalizó
el Papa.
Redacción ACI
Prensa
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