"Jesús les volvió a decir:
– Yo me voy, y vosotros me
buscaréis, pero moriréis en vuestro pecado. A donde yo voy vosotros no podéis
ir.
Los judíos decían:
– ¿Acaso estará pensando en matarse
y por eso dice que no podemos ir a donde él va?
Jesús añadió:
– Vosotros sois de aquí abajo, pero
yo soy de arriba. Vosotros sois de este mundo, pero yo no soy de este mundo.
Por eso os he dicho que moriréis en vuestros pecados: porque si no creéis que
yo soy, moriréis en vuestros pecados.
Entonces le preguntaron:
– ¿Quién eres tú?
Jesús les respondió:
– En primer lugar, ¿por qué he de
hablar con vosotros? Tengo mucho que decir y juzgar de vosotros; pero el
que me ha enviado dice la verdad, y lo que yo digo al mundo es lo mismo que
le he oído decir a él.
Pero ellos no entendieron que les
hablaba del Padre. Por eso les dijo:
–Cuando levantéis en alto al Hijo
del hombre, reconoceréis que yo soy y que no hago nada por mi propia cuenta.
Solamente digo lo que el Padre me ha enseñado. El que me ha enviado está
conmigo: no me ha dejado solo, porque yo siempre hago lo que le agrada.
Al decir Jesús estas cosas, muchos
creyeron en él."
Los judíos, cuando Juan habla de judíos se
refiere a los fariseos y doctores de la ley, seguían sin saber quién era
Jesús. Lo cual suponía que tampoco sabían quién era Dios.
Jesús levantado en alto, crucificado, nos muestra
a un Dios de misericordia, que sabe hacerse nada, para salvarnos a todos.
Jesús al decir "yo soy" se está
declarando Dios. Es así como se definió ante Moisés en la zarza ardiendo.
Jesús les está diciendo que no pueden conocer a Dios si no es a través de Él;
pero los judíos no lo entienden.
No nos gusta la Cruz, porque no la entendemos,
porque se nos hace incómoda. Sin embargo es la Cruz la que da validez y
sentido a todas las muertes. Preferimos el Jesús resucitado; pero olvidamos
que es necesario morir para resucitar. Y que esta muerte de Jesús es la que
nos da la vida a nosotros.
Como en el desierto los judíos eran curados de la
mordedura de la serpiente mirando a la cruz con la serpiente, nosotros, si
queremos ser salvos, debemos mirar arriba, a Jesús levantado en la cruz.
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Enviat per Joan Josep
Tamburini
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