¡Oren
constantemente! También cuando estamos en desánimo y depresión podemos orar
Por: Padre Pedro Barrajón, L.C. | Fuente: La-Oracion.com
Por: Padre Pedro Barrajón, L.C. | Fuente: La-Oracion.com
La
depresión es una enfermedad o una situación anímica negativa de la
que se habla cada vez más. El ritmo moderno de la vida conlleva exceso en el
esfuerzo que luego se puede traducir en un bajón generalizado de nuestra
tonalidad anímica. ¿Cómo orar entonces en momentos de depresión, de desánimo,
de desesperanzas? ¿Hay algún secreto para orar en estas circunstancias?
Una simplemente una vida competitiva y llena de
exigencias múltiples en muchos sentidos hacen difícil la concentración para la
oración, crean nuevas ansias y temores, conducen a altibajos emotivos y
afectivos que causan si no una verdadera depresión, sí estados anímicos
negativos en los que se nos hace difícil y pesada la vida.
Las personas se pueden preguntar si en estos
momentos de depresión se puede rezar o el normal esfuerzo que requiere la
oración es demasiado elevado para quien parece no tener fuerzas ni siquiera
para llevar una vida normal.
San Pablo en la conclusión de la primera carta a
los Tesalonicenses, una de las primeras comunidades cristianas europeas,
exhorta a estos discípulos de Cristo en esa ciudad griega: "Oren constantemente". (1 Tes 5, 17)
Aquí San Pablo pide algo que parecería casi imposible.
Hay que entender esta exhortación como: oren siempre, en toda ocasión, en toda
circunstancia. Por lo tanto, también cuando el estado interior está en desánimo,
oprimido por un pena o en depresión anímica. Por lo tanto está claro que
también hay que orar en momentos de depresión,
¿Cómo orar ante circunstancias de desánimos?
En cada momento de la vida, nuestra oración debe acoplarse a la realidad
interior o exterior que tenemos que vivir.
Se puede orar en la alegría o en la tristeza, se
puede orar cuando todo marcha viento en popa o cuando todo parece ir contra lo
que habíamos planeado, cuando nos sentimos queridos por los demás o abandonados
por todos.
También podemos rezar cuando nuestro estado
anímico es positivo o, por el contrario, cuando se ve afligido por lo que hoy
se llama depresión.
¿Qué podemos orar cuando estamos en un estado negativo?
En primer lugar se puede orar pidiendo al Señor que, si es su voluntad, nos haga
salir de ese estado que nos oprime. Se puede pedir que nos ayude a soportar esa
prueba que no se había buscado, ni sospechado y que sin embargo hace tan duro y
lento el caminar por la vida.
Quizás en estas circunstancias puede nacer
espontánea del alma alguna oración parecida a la de Job que en forma dramática
maldice el día de su nacimiento (Job 3, 3-4) aunque luego, esclarecido por la
revelación divina reconoce: "yo te conocía sólo de oídas, mas ahora te han
visto mis ojos" (Job 42, 5)
Cristo oró en la cruz, invocando al Padre para
que escuchara su oración y acogiera su espíritu (Lc 23, 46) Los evangelistas
nos han dejado también una invocación de Jesús en la cruz que parece
desgarradora: "!Dios mío, Dios mío! ¿Por qué
me has abandonado?" (Mt 26, 46) que probablemente es la recitación
de un salmo (Salmo 22) que concluye luego lleno de esperanza.
Cómo orar ante la depresión
En la depresión como en cualquier circunstancia
de la vida humana, podemos y debemos orar, no del mismo modo como oramos
normalmente. No será una oración discursiva o racional, pero no menos intensa y
verdadera.
La oración interpreta los deseos de nuestro
espíritu. Y nuestro espíritu siempre busca el amor.
También en la depresión podemos amar y por ello
podemos orar, podemos implorar el amor y ofrecer el sufrimiento de nuestro ser
como parte de nuestra ofrenda de amor al Señor.
Cada uno encontrará las fórmulas o los métodos
que más le ayuden a orar, pero no caigamos en la tentación de dejar la oración
cuando más la necesitamos para nutrir nuestro espíritu de las fuerzas que le
faltan a la parte emotiva y afectiva de nuestro ser.
Artículo originalmente
publicado en La-Oracion.com
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