En el XII
aniversario de su ingreso a la Casa del Padre
Por: n/a | Fuente: ACI Prensa
Por: n/a | Fuente: ACI Prensa
Este domingo, 2 de abril de 2017, se cumplen 12
años del fallecimiento de San Juan Pablo II, el Papa peregrino que viajó
por el mundo y se convirtió en uno de los líderes más influyentes del siglo XX.
El Pontífice permaneció en la Cátedra de San
Pedro 26 años y 5 meses, siendo el suyo el tercer pontificado más largo en los
más de 2.000 años de historia de la Iglesia.
San Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005
a las 21:37 horas, la noche previa al Domingo de la Divina Misericordia que
él mismo instituyó y de la que fue muy devoto.
Pocos minutos después, Mons. Leonardo Sandri,
que entonces era el Sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa
Sede (en la actualidad es Cardenal Prefecto para la Congregación de las
Iglesias Orientales), anunció la noticia a las miles de personas congregadas en
la Plaza de San Pedro y al resto del mundo, que seguía las últimas horas del
Pontífice a través de los medios de comunicación.
Desde aquella noche hasta el 8 de abril, día en
que se celebraron las exequias del difunto pontífice, más de tres millones de
peregrinos rindieron homenaje al papa polaco, haciendo incluso 24 horas de cola
para poder acceder a la Basílica de San Pedro.
Aquí
6 cosas que tal vez no sabías sobre su muerte.
1.
Murió de un colapso cardiocirculatorio
San Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005
a las 09:37 p.m., hora de Roma, a causa de un “choque
séptico con colapso cardiocirculatorio debido a una infección, ya detectada, de
vías urinarias”. Así lo detalló un exhaustivo informe sobre su agonía y
muerte realizado en el Vaticano.
Durante la última semana
de vida recibió comida procesada a través de un tubo nasal. Los
doctores decían que los problemas en la ingesta de alimentos y en la
respiración del Papa de 84 años, eran consecuencia de la enfermedad de
Parkinson.
2.
Su funeral duplicó la población de Roma
A su funeral asistieron 75 jefes de estado,
incluyendo presidentes, príncipes, entre otras autoridades. La población de
Roma se duplicó durante ese evento y los asistentes esperaron más de 24 horas
para verlo en cuerpo presente.
Cuando la Plaza de San Pedro estuvo al tope de
su capacidad, todo quedó completamente en silencio.
3.
Sus últimas palabras fueron en polaco
El informe del Vaticano precisa que seis horas
antes de su muerte, Juan Pablo dijo en polaco, “con
una voz muy débil y con palabras murmuradas, 'Déjame ir a la casa del Padre'”.
El diario La Repubblica de Roma citó a un
sacerdote polaco, Jarek Cielecki, diciendo que el Papa murió “un instante” después de pronunciar con gran
esfuerzo la palabra “amén”.
4.
Escuchaba la oración de los fieles días antes de su muerte
Miles de fieles se reunieron para orar en voz
alta y hacer vigilia en la Plaza de San Pedro en los días previos a su muerte.
El entonces Arzobispo de Cracovia y Secretario
Personal de Juan Pablo II durante más de 40 años, Cardenal Stanislaw Dziwisz, aseguró que el Papa
escuchaba las oraciones de la multitud.
5.
Sumamente enfermo dio una última bendición desde su ventana
Tras su fallido y conmovedor intento de dar la
bendición “Urbi et Orbi” el último Domingo
de Pascua de 2005, el cual arrancó los aplausos y el llanto de los
fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa Juan Pablo II –que
después de su segunda hospitalización sufría “déficit
nutricional y marcada debilidad”– volvió a asomarse a la ventana de su
habitación el miércoles 30 de marzo para dar la bendición.
Este nuevo intento tampoco tuvo éxito. Aquella comparecencia
“fue la última estación pública de su doloroso Vía
Crucis”, dice el documento vaticano.
6.
“Concelebró” una Misa en su agonía
El informe del Vaticano detalló que los ojos de
Juan Pablo II estaban prácticamente cerrados durante una Misa celebrada al pie
de su cama en la tarde del 31 de marzo de 2005.
“Pero en el momento de la
consagración, débilmente levantó su mano derecha dos veces, es decir, cuando se
eleva el pan y el vino. Hizo un gesto indicando que estaba tratando de golpear
su pecho durante la recitación de la oración del Cordero de Dios”.
Ese día el Cardenal
Marian Jaworski, amigo íntimo
desde que ambos eran jóvenes sacerdotes en Polonia, le administró el sacramento
de la unción de los enfermos.
Con información de dos
artículo originalmente publicados en ACI Prensa
No hay comentarios:
Publicar un comentario