La Iglesia enseña este misterio y privilegio mariano con una fórmula tradicional: virgen antes del parto, virgen en el parto y, virgen después del parto.
La
Iglesia enseña este misterio y privilegio mariano con una fórmula tradicional:
virgen antes del parto, virgen en el parto y, virgen después del parto.
El amor
de Jesús a su Madre, que había ofrecido a Dios su virginidad, hizo que los
planes divinos de redención se realizasen respetando ese propósito de María. La
Maternidad y Virginidad, dice San Bernardo son dos coronas que Dios quiso
concederle (cfr. In assumptione B. Mariae Virginis: PL 183, 428).
LA VIRGINIDAD DE MARÍA
La virginidad de Santa María
puede entenderse en un triple sentido:
Virginidad
de mente, es decir, un constante propósito de virginidad, evitando todo aquello
que repugna a la perfecta castidad. Este es el llamado aspecto espiritual o de
entrega total a Dios.
Virginidad
de los sentidos, o sea, la inmunidad de los impulsos desordenados de la
concupiscencia. Este es el llamado aspecto moral.
Virginidad
del cuerpo, esto es, la integridad física jamás violada por ningún contacto de
varón.
El Dogma
mariano del cual ahora tratamos se detiene a considerar, principalmente, la
integridad corporal de Santa María, y así la Iglesia nos enseña que María
Santísima:
- era virgen al concebir a Nuestro Señor (antes del parto);
- fue virgen al dar a luz al Señor (en el parto)
- permaneció virgen después del nacimiento de Cristo (después del
parto).
El Magisterio de la
Iglesia
a) En
todos los Símbolos Apostólicos se declara la Fe cuando se dice: "Creo en
Jesucristo… que nació de Santa María Virgen, por obra del Espíritu Santo"
(cfr. DZ.4,5,6,7,19,282).
b) Los
Concilios y declaraciones pontificias expresan con unanimidad esta verdad. Por
ejemplo:
- Concilio de Letrán (año 649) (cfr. DZ.256);
- Pablo IV (año 1555): Const. Cum quorundam,(cfr. DZ. 993);
- Pablo VI (año 1968): Credo del Pueblo de Dios;
- Concilio Vaticano II: Const. dogm. Lumen gentium, n.63.
Del
Magisterio multisecular se puede confrontar: DZ. 20,91, 113, 143 s, 201, 214,
255, 190, 344, 429, 462, 708, 735, 1314, 1462, etc.
La Sagrada Tradición
San
Ireneo: “Era necesario que en la restauración de Adán por Cristo… la
desobediencia virginal de Eva fuese desvirtua da y suprimida por la obediencia
virginal de María".
San
Jerónimo: "Cristo virgen y María virgen consagraron los principios de la
virginidad en ambos sexos".
San
Agustín: "Si con el nacimiento de Jesús se hubiera corrompido la
integridad de la madre, no habría nacido de una virgen y, por tanto, toda la
Iglesia profesaría falsamente que había nacido de una virgen"
San
Efrén: Entró y habitó secretamente en el seno; salien do después del seno, no
rompe el sello virginal"
"Cuando
el hedonismo, la sensualidad y la exaltación inmo derada del sexo amenazan con
inundar y asfixiar a la humani dad, el Señor nos revela su estima y aprecio
divino de la pureza, uniendo milagrosamente en su Madre el gozo de la
maternidad y el honor de la virginidad" (Pío XII).
CONTENIDO DEL DOGMA
La
virginidad perpetua de María es un milagro obrado por Dios y un privilegio
concedido e íntimamente ligado al de la maternidad divina.
Este
dogma mariano se explicita en tres grandes momen tos: antes, en y después del
parto, los cuales veremos a conti nuación.
La Virginidad antes del
parto
Esto
significa que María antes de concebir a Jesús no tuvo ningún comercio carnal
humano y, además, que concibió al Señor milagrosamente, esto es, sin concurso
de varón. La ac ción del germen viril fue suplida milagrosamente por Dios,
"por obra del Espíritu Santo".
a)
La Sagrada Escritura
Isaías
7,14: "La virgen concebirá y dará a luz un hijo";
Lucas
1,26, "el Angel Gabriel fue enviado por Dios a una virgen, y el nombre de
la virgen era María";
Lucas
1,34?36: "¿Cómo será esto, pues no conozco varón? El Espíritu Santo vendrá
sobre ti y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra";
Mateo
1,20: "José… no temas recibir a María, porque lo concebido en Ella es obra
del Espíritu Santo";
Mateo
1,16 y 18?25: "… Jacob engendró a José"; al citar la secuencia de las
genealogías lo lógico sería continuar con esa secuencia diciendo: José engendró
a Jesús, en cambio se dice: ",… María, de la cual nació Jesús". Por
eso dice después: Lc . 3,2 3: "… hijo, según se creía de José".
b)
Razones de conveniencia
Santo
Tomás dice:
1°) Conviene que el que es Hijo natural de Dios no tenga padre en la
tierra, que tenga un único padre en el cielo para que la dignidad de Dios no se
comunique a otro.
2°) El Verbo, que fue concebido eternamente en la más alta pureza
espiritual, debió también ser concebido virginal mente cuando se hizo carne.
3°) Para que la naturaleza humana del Salvador estuviese exenta del
pecado original, convenía que no fuese concebido por vía seminal, sino por
concepción virginal. Lo contrario sería un absurdo, esto es, que Cristo tuviese
necesidad de ser redimido. Se hizo igual en todo a nosotros, menos en el peca
do (cfr. Heb. 4,15).
4°) Al nacer según la carne de una virgen, Cristo nos indicaba que los
miembros de su Cuerpo Místico debían na cer, según el espíritu, de la Iglesia
virginal (cfr. Jn. 1,13; S.Th. III, q.28, a.1).
La Virginidad en el
parto
Esto
significa que María dio a luz a su Hijo primogénito sin menoscabo de su
integridad corporal y, además, que su parto fue sin dolor alguno. A Ella no le
alcanzó el castigo que Eva recibió: "parirás a tus hijos con dolor"
(Gén. 3,16). El parto, en consecuencia, fue milagroso y de carácter extraordi
nario.
a) La Sagrada Escritura
Lucas
2,7: "Y dio a luz a su Hijo primogénito y lo envol vió en pañales, y lo
reclinó en un pesebre, porque en el mesón no había lugar para ellos".
Este
pasaje lo explica San Pío X, en su Catecismo, de esta manera: el alumbramiento
del Señor fue semejante a "como un rayo de sol atraviesa el cristal sin
romperlo ni mancharlo".
b) Razones de conveniencia
Santo
Tomás de Aquino se expresa de este modo:
1°) El Verbo, que fue ciertamente concebido y que proce de del Padre sin
ninguna corrupción, debía al hacerse carne nacer de una Madre virgen
conservándole su virginidad.
2°) El que vino para evitar toda corrupción, al nacer no debía destruir
la virginidad de aquella que le dio la vida.
3°) El que nos ordena honrar padre y madre se obligaba a sí mismo a no
disminuir, al nacer, el honor de su santa Madre (cfr. S.Th. III, q.28, a.2).
La Virginidad después
del parto
Esto
significa que María, después de dar a luz a su Hijo primogénito, virginalmente,
permaneció siempre virgen has ta el final de sus días en la tierra, sin tener
contacto alguno de varón y, en consecuencia, sin engendrar otros hijos.
a)
La Sagrada Escritura
Lucas
1,34: "¿ … pues no conozco varón?". Estas palabras indican la
resolución de María, opinión común, que había hecho voto perpetuo de
virginidad; lo cual significa que acep ta la concepción virginal de Cristo ?por
obra del Espíritu Santo? y reafirma su deseo de permanecer siempre virgen.
Mateo
1,25: "Y no la conoció hasta que dio a luz un hijo, al cual le puso por
nombre Jesús". Las palabras de este versí culo: "Y no la conoció
hasta que dio a Luz…" han inducido a algunos a interpretarlas en el
sentido que después del naci miento de Jesús, entre la Virgen María y San José,
hubo rela ciones maritales. Al respecto debe tenerse en cuenta que en un
sentido bíblico la partícula "hasta que" ( donec ), pretende
resaltar lo que ya ha ocurrido hasta ese momento: la concep ción virginal de
Jesús. Esta misma partícula se encuentra en Jn. 9,18 donde dice que los
fariseos no creyeron en el milagro de la curación del ciego de nacimiento
?"hasta que"? ( do nec ) llamaron a los padres de éste; sin
embargo, tampoco creyeron después. Por tanto, la partícula (hasta que)
prescinde de la situación posterior.
La
Iglesia ha enseñado siempre la perpetua virginidad de María. Cfr. las
declaraciones del Magisterio en este capítulo y los comentarios al pasaje de la
Anunciación en el capítulo 3 y, en particular, lo dicho en el v. 34 de ese
mismo pasaje.
Juan
19,26: "Mujer, ahí tienes a tu hijo". Esto no hubiera ocurrido, no
sería lógico, si María tuviera otros hijos que pu dieran cuidar de Ella.
b)
Razones de conveniencia
Dice
Santo Tomás:
1°) El que desde toda la eternidad es Hijo único del Padre, conviene que
sea en el tiempo el Hijo único de María.
2°) Sería una ofensa al Espíritu Santo, el cual santificó para siempre
el seno virginal de María.
3°) Si la dignidad de ser Madre de Dios supuso la virginidad antes y en
el parto, esa misma dignidad sigue exigiendo tal virginidad después del parto
(cfr. S.Th . III, q.28, a.3).
María
Santísima es la pureza personificada, el ideal viviente de la virginidad. Por
ello, escribe el Santo Cura de Ars: "Debemos profesar una ferviente
devoción a la Santísima Virgen, si queremos conservar esta hermosa virtud; de
la cual no nos ha de caber duda alguna, si consideramos que Ella es la reina,
el modelo y la patrona de las vírgenes…" (Sermón sobre la pureza).
CUESTIONES
COMPLEMENTARIAS
El matrimonio de
José y de María
Por razón
de la perpetua virginidad de María, esto es, por su deseo de evitar todo contacto
con varón, cabe preguntarse si a pesar de ello puede existir un verdadero
matrimonio con José. Santo Tomás de Aquino responde diciendo que efectivamente
hubo verdadero matrimonio, distinguiendo la forma y el fin del mismo. 1°) La
forma del matrimonio consiste en guardar indivisiblemente fidelidad el uno al
otro; 2°) el fin del matrimonio es la generación de la prole, que se obtiene
por la cópula carnal, y la educación, que se obtiene por las obras de los
esposos. En el caso de María y José, por cuanto a la forma, fue verdadero
matrimonio puesto que se guardó la fidelidad. Por cuanto al fin, si se refiere
a la cópula, entonces no hubo matrimonio consumado, pero en cuanto a tener pro
le si la hubo: Jesús, del que se ocuparon también de su educación (cfr. S.Th.
III, q.29, a.2).
En otras
palabras, la esencia del matrimonio consiste en el derecho sobre los cuerpos en
orden a la procreación – ius in corpore – pero, otra cosa es el uso de
ese derecho, que puede usarse o no en razón de causas legítimas. De donde
resulta que puede existir verdadero matrimonio, aun cuando este sea virginal.
Dice
Santo Tomás: "No puede negarse que María y José hayan contraído verdadero
matrimonio por cuanto que María concibió y dio a luz a Cristo virginalmente y
no de la unión con José. Con esto se quiere insinuar a los fieles casados qué,
aun guardada de común consentimiento la continencia, per manece el vínculo
conyugal sin la unión de los cuerpos" ( S.Th . q.29, a.2, sed contra; cfr.
también Juan Pablo II, Enc. Redemptoris Custos , donde trata ampliamente
éste tema).
Los supuestos
hermanos de Jesús
1°) En la
antigüedad la cuestión de la virginidad después del parto se debatió entre dos
posturas erróneas y opuestas:
a) Por
las teorías dualistas y maniqueas que, al exaltar sólo al espíritu y condenar
la materia, consideraban perverso el matrimonio y, por ello, querían presentar
la virginidad per petua de María como una confirmación de sus teorías;
b) por
Helvidio, adversario de los maniqueos, quien para combatirlos cayó en el
despropósito de presentar a María co mo madre ejemplar de una familia numerosa.
San
Ambrosio, San Jerónimo y San Agustín asumen la tarea, entre otros, de purificar
la verdad de la perpetua virgi nidad de toda falsa motivación.
2°) En
tiempos modernos algunos protestantes y raciona listas ?para negar la perpetua
virginidad? han inventado que Jesús tuvo otros hermanos, apoyándose, para ello,
en cier tos pasajes de la Sagrada Escritura donde se hace mención de "los
hermanos de Jesús", cuando en realidad esos supuestos hermanos no son sino
parientes cercanos. Esto lo podemos comprobar con los siguientes textos:
Si vemos
el pasaje:
Mateo
13,55?56: "¿… sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? y sus hermanas
¿no viven entre nosotros?".
y lo
comparamos con:
Mt.
27,56: "María, madre de Santiago y de José, y la ma dre de los hijos de
Zebedeo". Vemos que de esos "hermanos" se da el nombre de su
madre, que es distinta de la Virgen.
Lo
anterior se confirma en Jn. 19,25: *` … estaban su Madre y la hermana de su
Madre, María, esposa de Cleofás". Como puede verse, algunos confunden a
María la Madre de Jesús y esposa de San José, con otra María madre de Santiago
y José, esposa de Cleofás.
Se pueden
ver también los siguientes textos, donde se testimonia que esos supuestos
hermanos son, en realidad, pa rientes: Mc . 15,40; 16,1; Jn . 2,12; Gál . 1,19.
Juan GustavoRuiz Ruiz
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