El Sábado Santo los creyentes
de las iglesias ortodoxas se reúnen en grandes multitudes en la Iglesia del
Santo Sepulcro, para presenciar la bajada del Fuego del Cielo y encender sus
velas.
El Milagro del Fuego Santo es conocido,
por los Cristianos de las Iglesias Ortodoxas, como “el más grande de todos
los Milagros Cristianos”.
EN QUE CONSISTE EL MILAGRO DEL
FUEGO SANTO
El
Milagro ocurre en La Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, la cual es,
para millones de creyentes, el lugar más sagrado sobre la Tierra.
La Iglesia del Santo Sepulcro
es un sitio enigmático, en sí mismo. Los teólogos, historiadores y arqueólogos
consideran que la Iglesia contiene tanto el Gólgota, la pequeña colina en la
cual Jesucristo fue crucificado, como la “tumba nueva”, cerca del Gólgota, que
recibió Su Cuerpo Muerto, como se lee en los Evangelios. Es en este también el
mismo punto que los Cristianos creen que Él resucitó de entre los muertos.
El
Fuego Santo tiene lugar cada año, a la misma hora, de la misma manera, y en el
mismo lugar.
No se conoce ningún otro Milagro que ocurra, de manera tan regular, y por un
período de tiempo tan extenso. Se puede leer acerca de él en fuentes tan
antiguas, como las del siglo cuarto después de Cristo.
Uno puede rastrear el Milagro del Fuego Santo, a
través de los siglos, en los muchos itinerarios de Tierra Santa.
El
abad ruso Daniel, en su itinerario, escrito en los años 1106 y 1107, presenta el
“Milagro de la Luz Santa”, de una manera muy detallada, así como las ceremonias
que lo enmarcan.
Él recuerda cómo el Patriarca
entra en la capilla-Sepulcro (la Anastasis), con dos velas apagadas. El
Patriarca se arrodilla frente a la piedra, sobre la cual Cristo fue colocado
después de Su Muerte, y dice ciertas oraciones, después de las cuales ocurre el
Milagro.
La Luz emana desde el centro
de la piedra: una Luz azul indefinible, que después de un tiempo, enciende las
lámparas de aceite apagadas, al igual que las dos velas del Patriarca.
Esta
Luz es “El Fuego Santo”, y se propaga a todas las personas presentes en la
Iglesia.
La ceremonia del “Milagro del Fuego Santo” es, tal
vez, la ceremonia Cristiana más antigua
e ininterrumpida en el mundo.
Desde el siglo cuarto después de Cristo, hasta
nuestros días, diversas fuentes hablan del asombroso Milagro. Por lo escrito en
estas fuentes, es claro que el Milagro
ha sido celebrado en el mismo punto, en el mismo día de Pascua, y con el mismo
esquema litúrgico, a través de todos estos siglos.
Según la tradición, el Fuego Santo inflama de la
tumba de Jesucristo en la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén descendiendo
por más de 1.500 años y se cree que el
año en que no se encienda será el último año en la historia de la humanidad.
LA PRESENCIA DE UN SACERDOTE
ORTODOXO RUSO EN 2016 PARA INVESTIGARLO
En la ceremonia de la semana del sábado santo
ortodoxo (30 de abril) del 2016, el
ortodoxo ruso Fr. Gennady Zaridze fue en busca de pruebas científicas de que el
fuego emana de Dios al Santo Sepulcro.
Él
observó que en los primeros momentos después de su descenso, el fuego está sólo
ligeramente caliente. Los peregrinos puede tomarlo fácilmente en sus
manos y lavarse la cara en él, sin hacer daño a sus manos o cara.
¿Es este un milagro?
Algunas
personas, especialmente los cristianos no ortodoxos tienen sus dudas. Pero no había
duda en la mente de los más de 100 peregrinos de Rusia que eran testigos de un
milagro que les había llevado a Jerusalén dos días antes, el viernes.
En total, miles
de cristianos estaban reunidos en Jerusalén para encender antorchas y velas
de la llama sagrada en la víspera de la Pascua ortodoxa.
El sacerdote ortodoxo P. Gennady Zaridze de la
ciudad rusa de Voronezh estaba entre ellos. Él estaba allí para recibir la gracia de Dios transmitida por el Fuego Santo.
Pero también era allí como un miembro de la unión
de los científicos ortodoxos para llevar a cabo un experimento: medir la temperatura del Fuego Santo con un
dispositivo muy preciso que utiliza un láser.
Los resultados fueron
sorprendentes. La temperatura inmediatamente después de haber recibido el fuego
del Patriarca de Jerusalén y toda Palestina (alrededor de 14:34 hora Jerusalén
el sábado, 30 de abril) fue de 42°C, pero 15 minutos más tarde, a las 2:49 de la
tarde, que era de 320°C.
Para el P. Gennady estos resultados ofrecen un
argumento científico claro de la existencia
de la energía divina en la llama, que emana de Dios.
TESTIMONIO DE NIELS CHRISTIAN
HVIDT
Este testimonio está escrito en primera persona.
Con el fin de indagar viajé a Jerusalén para estar
presente en la ceremonia, en la cual el Milagro del Fuego Santo ocurre, y puedo
dar testimonio de que no solo ocurrió
en la antigua Iglesia, y durante toda la Edad Media, sino también el 18 de
abril de 1998.
El
Patriarca Griego Ortodoxo de Jerusalén es el hombre que, cada año, entra al
Sepulcro para recibir el Fuego Santo. Él es el testigo clave del Milagro.
Previamente a la ceremonia de este año, el Patriarca
me recibió, en audiencia privada, donde
tuve la oportunidad de hablar con él acerca del Milagro, con el fin de
saber, exactamente, qué sucede en el sepulcro, y qué significado personal tiene
el Milagro para él, en su vida espiritual.
Además, por su intervención, fui admitido a los balcones en el domo de la Iglesia del Santo
Sepulcro, desde donde tuve una buena vista de la gran cantidad de gente
que se había reunido alrededor del Sepulcro, en anticipación al “Gran Milagro
del Fuego Santo”.
¿Pero, qué exactamente, sucede en la Iglesia del
Santo Sepulcro el Sábado de Pascua?.
¿Por qué tiene tal impacto en la Tradición Ortodoxa?
¿Por qué parece que nadie sabe del milagro, en los países Protestantes y Católicos?
¿Por qué tiene tal impacto en la Tradición Ortodoxa?
¿Por qué parece que nadie sabe del milagro, en los países Protestantes y Católicos?
EL MILAGRO OCURRE CADA AÑO EN
EL SÁBADO DE LA PASCUA ORTODOXA
Hay muchos tipos de Cristianos Ortodoxos: Sirios,
Armenios, Rusos y Griegos Ortodoxos, al igual que Coptos. Tan sólo en la Iglesia del Santo Sepulcro,
hay 7 distintas denominaciones Cristianas.
La
fecha de la Pascua Ortodoxa se determina de acuerdo al Calendario Juliano y no
en base al Calendario Gregoriano de Europa Occidental, lo que significa que su
Pascua, normalmente, ocurre en una fecha distinta a la fecha de la Pascua
Protestante y la Católica.
Desde que Constantino, el Grande, construyó la
Iglesia del Santo Sepulcro, a mediados del siglo cuarto, ha sido destruida
muchas veces. Los Cruzados construyeron
la Iglesia que vemos hoy en día.
Alrededor del Sepulcro de
Jesús fue erigida una pequeña capilla con dos cuartos: uno pequeño frente al Sepulcro,
y el otro, el del propio Sepulcro, en donde no caben más de cinco personas.
Esta
capilla es el centro de los acontecimientos hechos milagrosos y el estar
presente en la celebración, justifica totalmente, el término “acontecimiento”,
ya que la Iglesia del Santo Sepulcro, no se llena de esa manera, en ningún otro
día del año.
Si
uno desea entrar, tiene que calcular seis horas para formar fila. Cada año,
cientos de personas no pueden entrar debido a las multitudes. Acuden
peregrinaciones de todas partes del mundo, la mayoría de Grecia, pero en años
recientes, ha aumentado el número de asistentes rusos, y de lo que eran los
países de Europa Oriental.
Con el fin de estar tan cerca del Sepulcro, como
sea posible, las peregrinaciones
acampan alrededor de la Capilla-Sepulcro, esperando desde la tarde del Viernes
Santo, en anticipación a la maravilla del Sábado Santo.
El Milagro ocurre a las 2.00
P.M. pero, desde las 11.00 A.M., la Iglesia está completamente llena.
Desde
las 11:00 A.M., y hasta la 1 P.M., los árabes Cristianos entonan cantos
tradicionales, en voz alta. Estos cantos datan de los tiempos de la ocupación
turca de Jerusalén, en el Siglo 13, un período, en el cual, a los Cristianos no
se les permitía cantar sus cantos, en ninguna parte, más que en las Iglesias. “Somos los Cristianos, lo hemos sido por
siglos y esto seremos por siempre. ¡Amén !”, cantan fuertemente,
acompañados por el sonido de tambores. Los músicos que tocan los tambores se
sientan sobre los hombros de otros, quienes danzan alrededor de la Capilla del
Sepulcro.
Pero,
a la 1:00 P.M., las canciones se terminan, y hay silencio, un silencio
tenso y electrificado, por la anticipación de la gran manifestación del Poder
de Dios que todos están a punto de atestiguar.
A
la 1:00 P.M., una delegación de las autoridades locales, atraviesan entre la
multitud. Aunque estos oficiales no son Cristianos, son parte de las
ceremonias.
En los tiempos de la ocupación turca de Palestina, eran turcos Musulmanes, hoy
son israelíes.
Durante siglos, la presencia de estos oficiales ha
sido una parte integrante de la ceremonia. Su función es la de representar a los romanos, en tiempos de Jesús.
Los Evangelios hablan de los romanos que fueron a sellar la Tumba de Jesús,
para que Sus Discípulos no se robaran Su Cuerpo, y dijeran que había
resucitado.
De la misma manera, las autoridades israelíes, este
Sábado de Pascua, acuden y sellan el
Sepulcro, con cera.
Antes de que sellen la puerta,
es costumbre que entren al Sepulcro a revisar que no haya ninguna fuente oculta
que, fraudulentamente, pudiera producir el Milagro del fuego.
Tal y como los romanos estuvieron presentes para
garantizar que no hubiera manipulación después de la muerte de Jesús, ahora, las autoridades locales israelíes se
encuentran aquí, para garantizar que no haya engaño, en 1998. Cuando el
Sepulcro ha sido revisado y sellado, la
Iglesia entera canta el Kyrie Eleison (Señor, ten misericordia).
A LA 1:45 P.M., EL PATRIARCA
ENTRA EN ESCENA
Al
final de una gran procesión que rodea el Sepulcro tres veces, es desvestido
de sus vestiduras litúrgicas reales, llevando
solo su alba blanca, una señal de humildad frente a la Gran Potencia de Dios,
de la cual,va a ser el testigo clave.
Todas
las lámparas de aceite han sido apagadas la noche anterior, y ahora, toda
la luz artificial se apaga, de manera que, la mayoría de la Iglesia está
envuelta en la oscuridad.
Con
dos grandes velas, el Patriarca entra a la Capilla del Santo Sepulcro: primero
al pequeño cuarto frente al Sepulcro y de ahí, al Sepulcro Mismo.
No es posible seguir los hechos dentro del
Sepulcro, así que le pregunté al Patriarca de Jerusalén, acerca del centro de
los acontecimientos.
“¿Su
Beatitud, qué ocurre cuando usted entra en el Santo Sepulcro?”
“Entro al
Sepulcro, y me arrodillo en santo temor, frente al lugar donde Cristo yacía
después de Su Muerte, y donde Él Resucitó, de entre los muertos. Orar en
el Santo Sepulcro, en sí mismo, es siempre para mí, un momento muy sagrado, en
un lugar muy sagrado. Es aquí, donde Él Resucitó, con Gloria, y es de aquí,
desde donde Él propagó Su Luz al mundo. Juan, el Evangelista, escribe en el
primer capítulo de su Evangelio, que Jesús es la Luz del Mundo. Al
arrodillarnos frente al lugar donde Él Resucitó de los muertos, somos
partícipes de la cercanía inmediata de Su Gloriosa Resurrección”.
Los
Católicos y los Protestantes llaman a esta Iglesia, “La Iglesia del Santo
Sepulcro”. Nosotros la llamamos “La Iglesia de la Resurrección”. La Resurrección
de Cristo, para nosotros, los Ortodoxos, es el centro de nuestra fe. En Su
Resurrección, Cristo ha ganado la victoria final sobre la muerte, no solo Su
Propia Muerte, sino la muerte de todos aquéllos que permanecerán cerca de Él”.
“No creo
que sea coincidencia que el Fuego Santo llegue, exactamente, en este punto.
En Mateo 28,3, se dice que cuando Cristo Resucitó de entre los muertos, vino un
ángel, vestido de una Luz temerosa. Creo
que la Luz sorprendente que envolvía al ángel, en la Resurrección del Señor, es
la misma Luz que aparece, Milagrosamente, cada Sábado de Pascua. Cristo
quiere recordarnos que Su Resurrección es una realidad, y no sólo un mito. Él,
realmente, vino al mundo, con el fin de dar el Sacrificio necesario, a través
de Su Muerte y Resurrección, para que el hombre pudiera ser reunido con Su
Creador.”
“Busco mi camino, a través de
la oscuridad, hacia la cámara interna, en la cual, caigo de rodillas. Aquí,
digo ciertas oraciones que nos han sido dadas a través de los siglos y,
habiéndolas dicho, espero. Algunas veces, espero unos cuantos minutos, pero,
normalmente, el Milagro ocurre inmediatamente después de que he dicho las
oraciones. Desde el centro de la misma piedra, en la cual Jesús yació, surge
una Luz indefinible. Generalmente, tiene un tinte azul, pero el color puede
cambiar y tomar muchos matices diferentes. No puede ser descrita en términos
humanos. La Luz se eleva de la piedra, como la niebla se eleva de un lago. Parece
que la piedra estuviera cubierta por una nube, pero es Luz. Cada año, esta Luz
se comporta de manera diferente. Algunas veces cubre solamente la piedra,
mientras que otras veces, ilumina todo el Sepulcro, para que las personas que
están paradas afuera de Él, puedan verlo lleno de esta Luz. La Luz no quema. En
los dieciséis años que he sido Patriarca, en Jerusalén, y he recibido el Fuego
Santo, nunca se me ha quemado la barba. La Luz es de una consistencia distinta
al fuego normal que arde en una lámpara de aceite.”
“En cierto
momento, la Luz se eleva y forma una columna, en la cual el Fuego es de una
naturaleza diferente, por lo que puedo encender mis velas de él”.
“Una vez
que recibí la Llama en mis velas, salgo y doy el Fuego, primero al Patriarca
Armenio, y luego, al Copto. Después, doy la Llama a todas las personas
presentes en la Iglesia”.
“¿Cómo
experimenta usted el Milagro, y qué significa para su vida espiritual?”.
“Cada año,
el Milagro me conmueve, con la misma intensidad. Cada vez, es un paso más hacia
mi conversión. Personalmente, es un gran consuelo contemplar la
Fidelidad de Cristo hacia nosotros, la cual Él demuestra al darnos la Santa
Llama, cada año, a pesar de nuestras fragilidades y fallas. Experimentamos
muchas maravillas en nuestras Iglesias, y los Milagros no son nada raro para nosotros. Sucede a menudo, que los
íconos lloran, cuando el Cielo quiere mostrar su cercanía con nosotros”.
“También tenemos santos, a quienes Dios les da
muchos dones espirituales. Pero ninguno
de estos Milagros tiene un significado, tan penetrante y simbólico para
nosotros, como el Milagro del Fuego Santo. El Milagro es casi como un
Sacramento. Hace la Resurrección de Cristo presente, como si hubiera
muerto, sólo hace algunos años”.
Mientras
el Patriarca está dentro de la capilla, arrodillado frente a la piedra, afuera
hay oscuridad, pero no silencio. Se escucha un fuerte murmullo, y el ambiente está
muy tenso. Cuando el Patriarca sale con
las dos velas encendidas, que resplandecen, brillantes, en la oscuridad, un
grito de júbilo resuena en la Iglesia, comparable solo al grito de gol
en un partido de fútbol.
El Milagro no se limita a lo
que ocurre dentro del Pequeño Sepulcro, donde el Patriarca ora. Lo que es más
significante es, que se ha reportado que la Luz azul aparece fuera del
Sepulcro. Cada año, muchos creyentes dicen que esta Luz Milagrosa, por sí
misma, enciende las velas que ellos sostienen en sus manos. Todos en la Iglesia
esperan, con velas, con la esperanza de que éstas se enciendan espontáneamente.
A menudo, las lámparas de aceite cerradas, se prenden por sí mismas, ante los
ojos de los peregrinos. Se ha visto a la Llama azul, moverse en diferentes
lugares de la Iglesia.
Varios testimonios firmados por los peregrinos,
cuyas velas se prendieron
espontáneamente, testifican la validez de estos hechos.
La
persona que, a cierta distancia del Sepulcro, experimenta el Milagro de ver su
vela encendida, o el ver la Luz azul, generalmente, se va de Jerusalén cambiado, y para
todos los que asistieron a la ceremonia, siempre hay un “antes y después” del
Milagro del Fuego Santo en Jerusalén.
Uno
se puede preguntar por qué el Milagro del Fuego Santo es casi desconocido en
Europa Occidental. En las áreas Protestantes, en cierta forma, se puede
explicar por el hecho de que no hay una verdadera tradición para los Milagros.
La gente no sabe cómo clasificarlos, y éstos casi no se publican en los
periódicos. Pero, en la tradición Católica existe un gran interés por los
Milagros. Entonces, ¿por qué casi no se conoce?
Sólo una explicación es suficiente: la política en
la Iglesia. Sólo las Iglesias Ortodoxas asisten a la ceremonia, enmarcando el
Milagro. Sólo ocurre en la fecha de la Pascua Ortodoxa, y sin la presencia de
las autoridades Católicas. Para ciertos
Ortodoxos, esta evidencia es prueba de la noción de que la Iglesia Ortodoxa es
la Única Iglesia Legítima de Cristo, en el mundo, y esta aseveración,
obviamente, puede ocasionar ciertas inquietudes, en los círculos Católicos.
Como
con cualquier otro Milagro, hay personas que creen que esto es un fraude, y solamente
una obra maestra de propaganda Ortodoxa. Creen que el Patriarca tiene un
encendedor dentro del Sepulcro.
Estas críticas, sin embargo, se enfrentan a un
número de problemas. Los cerillos, y
otros instrumentos para encender fuego, son inventos recientes. Hasta hace sólo
algunos cientos de años, encender un fuego era una tarea que requería mucho más
tiempo, que los pocos minutos que el Patriarca está dentro del Sepulcro.
Tal vez, se podrá decir que él tiene una lámpara encendida adentro, de la cual
él enciende las velas, pero las
autoridades locales confirman haber revisado el Sepulcro, y no encontraron
ninguna luz dentro.
Sin embargo, los más grandes argumentos contra un
fraude, no son los testimonios de los distintos patriarcas. Los retos más
grandes, que confrontan los críticos, son los miles de testimonios
independientes de los peregrinos, cuyas
velas fueron encendidas, espontáneamente, frente a sus ojos, sin ninguna
explicación posible.
De acuerdo con nuestras investigaciones, nunca ha sido posible filmar el momento en
que las velas, o las lámparas de aceite se encienden por sí mismas.
Este Milagro, como muchos otros, están rodeados de
factores inexplicables. Como dijo el Arzobispo de Tiberias, cuando me encontré
con él en Jerusalén: “El Milagro nunca
ha sido filmado, y probablemente, nunca lo será. Los Milagros no pueden ser
probados. Se requiere fe para que un Milagro traiga fruto en la vida de una
persona, y sin este acto de fe, no hay Milagro, en sentido estricto. El
verdadero Milagro, en la tradición Cristiana, tiene un solo propósito: extender
la Gracia de Dios a la creación, y Dios no puede extender Su Gracia, sin fe por
parte de Sus Criaturas. Por lo tanto, no puede haber Milagro sin fe.”
Fuentes:
- http://www.catholicherald.co.uk/commentandblogs/2016/05/02/meet-the-russian-priest-investigating-the-miraculous-holy-fire-of-jerusalem/
- http://www.holyfire.org/file/Spanish_Milagro_delFuegoSanto.htm
- https://es.wikipedia.org/wiki/Luz_Sagrada
- http://infocatolica.com/blog/friocaliente.php/1404230621-reflexiones-en-torno-al-milag
Foros de la
Virgen María
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