EL BUEN PASTOR ES EL QUE DA LA VIDA
POR SUS OVEJAS
SEÑALES PRECURSORAS
Cuando ustedes tengan noticias de que hay guerras aquí o allá, no se
asusten. Así tiene que ocurrir, sin embargo no será el fin. Porque una Nación
peleará contra otra y un país hará guerra contra otro, y habrá terremotos en
muchos lugares y habrá hambres. Eso apenas será el comienzo de los dolores.
Antes del fin, el Mensaje de la Salvación tiene que anunciarse a todas las
Naciones.
(Marcos 13,7,8-10)
EL PRECURSOR
Yo os enviaré mi mensajero antes de que llegue el día grande y terrible del
Señor. El hará volver el corazón de los padres a los hijos y el corazón de los
hijos a los padres, para que cuando yo venga no tenga que exterminar la tierra.
(Malaquías 3,23,24
ARMADURA
ESPIRITUAL
EFESIOS CAP 6 (10 AL 18)
Por lo demás, fortalézcanse
en el Señor con la fuerza de su poder. Revístanse con la armadura de Dios, para
que puedan resistir las insidias del demonio. Porque nuestra lucha no es contra
enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra
los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que
habitan en el espacio. Por lo tanto, tomen la armadura de Dios, para que puedan
resistir en el día malo y mantenerse firmes después de haber superado todos los
obstáculos. Permanezcan de pie, ceñidos con el cinturón de la verdad y
vistiendo la justicia como coraza. Calcen sus pies con el celo para propagar la
Buena Noticia de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con el
que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno. Tomen el casco de
la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Eleven
constantemente toda clase de oraciones y súplicas, animadas por el Espíritu.
Dedíquense con perseverancia incansable a interceder por todos los hermanos.
SALMO
91
Tú que habitas al amparo
del Altísimo y resides a la sombra del Omnipotente, dile al Señor: «Mi amparo,
mi refugio, mi Dios, en quien yo pongo mi confianza». Él te librará del lazo
del cazador y del azote de la desgracia; te cubrirá con sus plumas y hallarás
bajo sus alas un refugio. No temerás los miedos de la noche ni la flecha disparada
de día, ni la peste que avanza en las tinieblas, ni la plaga que azota a pleno
sol. Aunque caigan mil hombres a tu lado y diez mil, a tu derecha, tú estarás
fuera de peligro: su lealtad será tu escudo y armadura. Basta que mires con tus
ojos y verás cómo se le paga al impío. Pero tú dices: «Mi amparo es el Señor», tú
has hecho del Altísimo tu asilo. La desgracia no te alcanzará ni la plaga se
acercará a tu tienda: pues a los ángeles les ha ordenado que te escolten en
todos tus caminos. En sus manos te habrán de sostener para que no tropiece tu
pie en alguna piedra; andarás sobre víboras y leones y pisarás cachorros y
dragones. «Pues a mí se acogió, lo libraré, lo protegeré, pues mi Nombre
conoció. Si me invoca, yo le responderé, y en la angustia estaré junto a él, lo
salvaré, le rendiré honores. Alargaré sus días como lo desea y haré que pueda
ver mi salvación.
PODEROSA ORACIÓN DE PROTECCIÓN, DADA POR EL SEÑOR PARA ESTOS TIEMPOS DE
TRIBULACIÓN
(Se hace junto con la
Armadura Espiritual EFESIOS 6:10-18 y el Salmo 91 todos los días y no olvidar
hacer estas oraciones extensivas a la familia)
“Oh coraza de la sangre del
redentor; protégeme en todos mis caminos y batallas espirituales; cubre mis
pensamientos, potencias y sentidos con tu coraza protectora; reviste mi cuerpo
con tu poder. Que los dardos incendiarios del maligno, no me toquen ni en el
cuerpo, ni en el alma; que el veneno, ni el hechizo, ni el ocultismo me hagan
daño; que ningún espíritu encarnado o descarnado me perturbe; que Satanás y sus
huestes del mal, huyan de mi al ver la coraza de tu sangre protectora. Libérame
de todo mal y peligro gloriosa sangre del redentor, para que pueda cumplir la
misión que me ha sido encomendada y dar gloria a dios. Me consagro y te
consagro mi familia voluntariamente al poder de tu sangre redentora. Oh mi buen
Jesús, libérame a mí y a mi familia y seres queridos de todo mal y peligro.” Amén
CONSAGRACIÓN A LA SANGRE PRECIOSA DE JESUCRISTO
Consciente de mi nada y de
Tu Sublimidad, Misericordioso Salvador, me postro a Tus pies, y Te agradezco
por la Gracia que has mostrado hacia mí, ingrata creatura. Te agradezco especialmente por liberarme, mediante Tu Sangre Preciosa,
del poder destructor de Satanás. En presencia de mi querida Madre María, mi
Ángel Custodio, mi Santo patrono, y de toda la corte celestial, me consagro
voluntariamente, con corazón sincero, oh queridísimo Jesús, a Tu Preciosa
Sangre, por la cual has redimido al mundo del pecado, de la muerte y del
infierno. Te prometo, con la ayuda de Tu gracia y con mi mayor empeño, promover
y propagar la devoción a Tu Sangre Preciosa, precio de nuestra redención, a fin
de que Tu Sangre adorable sea honrada y glorificada por todos.
De esta manera, deseo reparar por mi deslealtad hacia Tu Preciosa Sangre de Amor, y compensarte por las muchas profanaciones que los hombres cometen en contra del Precioso Precio de su salvación. ¡Oh, si mis propios pecados, mi frialdad, y todos los actos irrespetuosos que he cometido contra Ti, oh Santa y Preciosa Sangre, pudieran ser borrados! He aquí, querido Jesús, que te ofrezco el amor, el honor y la adoración que tu Santísima Madre, tus fieles discípulos y todos los Santos han ofrecido a Tu Preciosa Sangre. Te pido que olvides mi falta de fe y frialdad del pasado, y que perdones a todos los que te ofenden. ¡Oh Divino Salvador! rocíame a mí y a todos los hombres con Tu Preciosa Sangre, a fin de que te amemos, ¡oh Amor Crucificado, de ahora en adelante con todo nuestro corazón, y que dignamente honremos el Precio de nuestra salvación! Amén.
De esta manera, deseo reparar por mi deslealtad hacia Tu Preciosa Sangre de Amor, y compensarte por las muchas profanaciones que los hombres cometen en contra del Precioso Precio de su salvación. ¡Oh, si mis propios pecados, mi frialdad, y todos los actos irrespetuosos que he cometido contra Ti, oh Santa y Preciosa Sangre, pudieran ser borrados! He aquí, querido Jesús, que te ofrezco el amor, el honor y la adoración que tu Santísima Madre, tus fieles discípulos y todos los Santos han ofrecido a Tu Preciosa Sangre. Te pido que olvides mi falta de fe y frialdad del pasado, y que perdones a todos los que te ofenden. ¡Oh Divino Salvador! rocíame a mí y a todos los hombres con Tu Preciosa Sangre, a fin de que te amemos, ¡oh Amor Crucificado, de ahora en adelante con todo nuestro corazón, y que dignamente honremos el Precio de nuestra salvación! Amén.
María
la Divina Pastora, nos da una
estrategia de salvación:
"Después
de la SANTA MISA, la Sagrada Comunión, la frecuencia en los Santos Sacramentos,
especialmente en la Divina Eucaristía, leer y practicar la Santa Palabra de
Dios, de cubrirse con la Preciosa Sangre de mi hijo Jesús y de guardarse en sus
Santas Llagas, y del cumplimiento fiel de los Santos y Divinos Mandamientos...,
el único camino para llegar a la SALVACION es la fe y la oración y sobre todo,
el rezo del Santo Viacrucis y del Santo Rosario"
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