TODO
LO QUE DEBES SABER DE LO QUE ES MUCHO MÁS QUE UN LIBRO
La Biblia es el
libro más impreso, traducido y leído de toda la historia. Pero es mucho más que un
libro. En él se relata la historia de la salvación de un pueblo y la redención
por medio de Jesús. Pero en sus páginas Dios habla también al corazón del que
la lee, pues es un libro vivo que no no muestra sólo un pasado sino que va
mucho más allá, hasta llegar a poder cambiar la vida del que se enfrenta a su
lectura con un espíritu humilde. Lo que en la Biblia hay escrito es Palabra de
Dios y por ello es venerada por los cristianos. Hoy más que nunca la Sagrada
Escritura tiene un papel fundamental en la Iglesia y debe tenerlo también en
todos los creyentes.
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¿Qué es la Biblia?
¿Qué libros conforman
la Biblia?
¿Cómo se estableció la
lista de libros de la Biblia y el orden de su colocación?
¿Tiene el Antiguo
Testamento menos valor para los católicos?
¿Hay una ruptura entre
el Antiguo y el Nuevo Testamento?
¿Es el cristianismo una
“religión del libro”?
¿Por qué el contenido
de la Biblia es Palabra de Dios si fue escrito por personas concretas?
¿Qué diferencias hay
entre la Biblia católica y la hebrea?
¿Por qué los
protestantes tienen una Biblia diferente?
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¿QUÉ
ES LA BIBLIA?
La Biblia es el conjunto de los
libros y textos inspirados por el Espíritu Santo que
recogen las enseñanzas de Dios a su pueblo, la manifestación de Jesús, su pasión, muerte y Resurrección y el nacimiento de la
Iglesia. Los libros anteriores a Jesús forman parte del Antiguo Testamento, formado por 46 libros, mientras
que el Nuevo Testamento, en el que se incluyen
los Evangelios, los Hechos y las Epístolas está conformado por un total de 27. En total, la Biblia está compuesta por 73
libros.
La Iglesia reconoce que todos los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, con todas sus
partes, son sagrados y canónicos, en cuanto que, escritos por
inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor, y como tales
han sido confiados a la Iglesia. De este modo, Dios es el que ha inspirado a
los autores humanos de los libros sagrados. “En la
composición de los libros sagrados, Dios se valió de hombres elegidos, que
usaban de todas sus facultades y talentos; de este modo, obrando Dios en ellos
y por ellos, como verdaderos autores, pusieron por escrito todo y sólo lo que
Dios quería”, se explica en Dei Verbum.
Además, el Catecismo de la
Iglesia Católica recuerda que “los libros
inspirados enseñan la verdad. Como todo
lo que afirman los hagiógrafos, o autores inspirados, lo afirma el Espíritu
Santo, se sigue que los libros sagrados enseñan sólidamente, fielmente y sin
error la verdad que Dios hizo consignar en dichos libros para salvación
nuestra”.
Del mismo modo, recuerda que “la Iglesia ha venerado siempre las divinas
Escrituras como venera
también el Cuerpo del Señor. No cesa de presentar a los fieles el Pan de vida
que se distribuye en la mesa de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo”.
En la sagrada Escritura, la Iglesia encuentra sin cesar su alimento y su fuerza
porque, en ella, no recibe solamente una palabra humana, sino lo que es
realmente: la Palabra de Dios.
¿QUÉ
LIBROS CONFORMAN LA BIBLIA?
Tal y como recoge el Catecismo de
la Iglesia Católica, la Tradición apostólica hizo discernir a la Iglesia qué
escritos constituían lo que hoy es la Biblia. Esta lista integral es llamada "canon" de las Escrituras. Comprende para el Antiguo Testamento 46 escritos, y 27 para el Nuevo
Testamento.
ESTOS SON LOS LIBROS DEL ANTIGUO TESTAMENTO QUE
RECOGE EL CANON DE LAS ESCRITURAS EN EL ORDEN EN EL QUE ESTÁ SITUADO CADA
LIBRO:
Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio, Josué, Jueces, Rut, los
dos libros de Samuel, los dos libros de los Reyes, los dos libros de las
Crónicas, Esdras y Nehemías, Tobías, Judit, Ester, los dos libros de los
Macabeos, Job, los Salmos, los Proverbios, el Eclesiastés, el Cantar de los
Cantares, la Sabiduría, el Eclesiástico, Isaías, Jeremías, las Lamentaciones,
Baruc, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás Miqueas, Nahúm ,
Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías, Malaquías para el Antiguo Testamento.
ESTOS SON LOS LIBROS
DEL NUEVO TESTAMENTO:
Los Evangelios de Mateo, de Marcos, de Lucas y de Juan, los Hechos de
los Apóstoles, las cartas de Pablo a los Romanos, la primera y segunda a los
Corintios, a los Gálatas, a los Efesios, a los Filipenses, a los Colosenses, la
primera y la segunda a los Tesalonicenses, la primera y la segunda a Timoteo, a
Tito, a Filemón, la carta a los Hebreos, la carta de Santiago, la primera y la
segunda de Pedro, las tres cartas de Juan, la carta de Judas y el Apocalipsis
para el Nuevo Testamento.
¿CÓMO
SE ESTABLECIÓ LA LISTA DE LIBROS EN LA BIBLIA Y EL ORDEN DE SU COLOCACIÓN?
El canon de la Biblia es la lista de libros oficialmente reconocidos como
Escrituras inspiradas y que por tanto conforman la Biblia. Para llegar a tener esta lista
completa, el Espíritu Santo obró a través de la Iglesia a lo largo de siglos
para que el magisterio pudiera discernir auténticamente el contenido legítimo
de la Biblia.
Y para tener una visión completa
hay que remontarse a varios siglos antes de Cristo. Tras la conquista de
Jerusalén por Nabucodonosor, una gran parte de los judíos fueron llevados
cautivos a Babilonia. Con la victoria de Ciro, rey de Persia, llegó de nuevo la
libertad al pueblo de Israel. Muchos regresaron a la tierra de sus ancestros,
pero otros decidieron marchar a Alejandría, donde ya había una importante
comunidad judía. En el siglo III
antes de Cristo, la lengua principal de Alejandría era el griego, incluso
entre los judíos que habitaban en Egipto, de ahí la importancia que surgió de
traducir las Escrituras del hebreo al griego. Bajo el reinado de Ptolomeo II se empezaron a traducir las copias de los libros judíos para la biblioteca
de Alejandría. A estas traducciones se le llamó la Septuaginta, o
Traducción de los 70, debido al número de traductores.
Así se empezó primero por la
Torá, el Pentateuco, y después el resto de las Sagradas Escrituras, lo que hoy
los cristianos conocen como el Antiguo Testamento. Introdujeron
también una nueva organización e incluyeron libros sagrados que, por ser más
recientes, no estaban en los antiguos cánones pero
eran generalmente reconocidos como sagrados por los judíos. Se trata de siete
libros, llamados hoy deuterocanónicos. El canon de los Setenta contiene los
textos originales de algunos de los deuterocanónicos (Sabiduría y 2 Macabeos) y
la base canónica de otros, ya sea en parte (Ester, Daniel y Sirac) o
completamente (Tobit, Judit, Baruc y 1 Macabeos).
Este canon de la Septuaginta era
también conocido como alejandrino, y fue
precisamente el que se utilizaba en tiempo de Jesús. Tanto Cristo como los apóstoles rezaron y leyeron las
Escrituras a través de este canon, por lo que también fue adoptado por los
primeros cristianos. Hay numerosas referencias sobre el Antiguo Testamento
realizadas por los escritores del Nuevo Testamento que se basaban en esta
versión de la traducción realizada al griego. Por eso no hay duda de que la
Iglesia apostólica del primer siglo aceptó los libros deuterocanónicos como
parte de su canon.
El Nuevo Testamento era más fácil
de definir y surgió a lo largo de los primeros siglos del cristianismo. Las
primeras listas de escrituras inspiradas aceptadas, como el canon de Muratori,
apareció ya en el segundo siglo, junto con criterios para el discernimiento y
la aceptación. Los primeros obispos de la iglesia frecuentemente
compararon y compartieron sus escritos locales con otras comunidades católicas.
Por medio del proceso de compartir, orar y estudiar estas primeras escrituras,
los obispos fueron guiados por el Espíritu Santo en su discernimiento de escrituras auténticas del Nuevo Testamento en el
Concilio de Nicea (325), y
finalmente establecieron el canon de escritos cristianos en el sínodo de Roma
en 374, convocado por el Papa Dámaso I, junto con la traducción de la Biblia a
la lengua vernácula (latín) por San Jerónimo.
San Jerónimo, autor de
la Vulgata, tradujo la Biblia al latín.
¿TIENE
EL ANTIGUO TESTAMENTO MENOS VALOR PARA LOS CATÓLICOS?
Para nada. El Antiguo
Testamento es una parte fundamental de la fe de los cristianos, cuyas enseñanzas son Palabra de Dios y han sido
igualmente inspiradas por el Espíritu Santo. De hecho, la Iglesia siempre ha condenado enérgicamente herejías como el marcionismo, que
querían prescindir del Antiguo Testamento alegando que el Nuevo lo había hecho
ya caduco.
“El Antiguo
Testamento es una parte de la sagrada Escritura de la que no se puede
prescindir. Sus libros son divinamente inspirados y conservan un valor permanente porque
la Antigua Alianza no ha sido revocada. Los cristianos veneran el Antiguo
Testamento como verdadera Palabra de Dios", insiste el Catecismo.
¿HAY
UNA RUPTURA ENTRE EL ANTIGUO Y EL NUEVO TESTAMENTO?
El Antiguo y el Nuevo Testamento
conforman una unidad, por lo que no existe una ruptura entre ellos. Ya desde
los tiempos apostólicos y después de manera constante a través de la Tradición
la Iglesia esclareció la unidad del plan divino en los dos Testamentos gracias
a la tipología. Esta reconoce, en las obras de Dios en la Antigua Alianza, prefiguraciones de lo que Dios realizó en la plenitud de
los tiempos en la persona Jesús.
De este modo, los cristianos leen
el Antiguo Testamento -especifica el Catecismo- a la luz de Cristo muerto y
resucitado. “Esta lectura tipológica manifiesta el
contenido inagotable del Antiguo Testamento. Ella no debe hacer olvidar
que el Antiguo Testamento conserva su valor propio de revelación que nuestro
Señor mismo reafirmó. Por otra parte, el Nuevo Testamento exige ser
leído también a la luz del Antiguo. La catequesis cristiana primitiva recurrirá
constantemente a él. Según un viejo adagio, el Nuevo Testamento está escondido
en el Antiguo, mientras que el Antiguo se hace manifiesto en el Nuevo: Novum in Vetere latet et in Novo Vetus patet (San Agustín)”.
¿ES
EL CRISTIANISMO UNA “RELIGIÓN DEL LIBRO”?
De manera recurrente se suele
citar al cristianismo, el islam y el judaísmo como las “religiones
del libro” debido a la importancia que la Biblia, el Corán y la Tanaj
tienen para cada una de estas religiones. Sin embargo, esta apreciación no es
correcta y así lo manifiesta la Iglesia, que declara oficialmente que “la fe cristiana no es una ‘religión del Libro’”, y a través del Catecismo
señala que “el cristianismo es la religión de la
‘Palabra’ de Dios, ‘no de un verbo escrito y mudo, sino del Verbo encarnado y
vivo’. Para que las Escrituras no queden en letra muerta, es preciso que
Cristo, Palabra eterna del Dios vivo, por el Espíritu Santo, nos abra el
espíritu a la inteligencia de las mismas”.
“Nosotros
no creemos en un libro. Para
nosotros es Cristo, Dios, el que habla. El cristiano no es una religión de
libro, no sigue un libro, sino a una Persona que habla. La Palabra que se ha
hecho historia actuando en un Pueblo, y que, como contemplamos en el Evangelio
de San Juan, 'acampó entre nosotros', y por su muerte y Resurrección sigue
estando presente liberando, sanando, redimiendo al hombre que lo acoge en su
corazón. No son historias mitológicas que nos llegan del exterior, sino
literalmente el mismo Señor que habla y actúa”, explica
al respecto el obispo de Cádiz y Ceuta, monseñor Rafael Zornoza.
¿POR
QUÉ EL CONTENIDO DE LA BIBLIA ES PALABRA DE DIOS SI FUE ESCRITO POR PERSONAS
CONCRETAS?
Para los católicos, Dios es el
autor de la Sagrada Escritura, puesto que las verdades que se manifiestan en la
Biblia fueron consignadas por “inspiración del
Espíritu Santo”. Esta es la clave para entender esta
cuestión. La Iglesia reconoce que todos los libros del Antiguo y del Nuevo
Testamento son “sagrados y canónicos”, ya
que “escritos por inspiración del Espíritu Santo,
tienen a Dios como autor, y como tales han sido confiados a la Iglesia”
De este modo, el Catecismo
recalca que Dios ha inspirado a los autores humanos de los libros sagrados
puesto que “en la composición de los libros sagrados, Dios se valió de
hombres elegidos, que usaban de todas sus facultades y talentos; de este modo, obrando Dios en ellos y por ellos, como
verdaderos autores, pusieron por escrito todo y sólo lo que Dios quería”
Sin embargo, es importante tener
claro que en las Escrituras Dios habla al hombre a la manera de los hombres y
de una forma que pueda entender. Por tanto, para interpretar bien la
Escritura “es preciso estar atento a lo que los autores
humanos quisieron verdaderamente afirmar y a lo que Dios quiso manifestarnos
mediante sus palabras”.
La Iglesia Católica también
enseña que para descubrir la intención de los autores de los libros sagrados
“es preciso tener en cuenta las condiciones de su tiempo y de su
cultura, los ‘géneros literarios’ usados en
aquella época, las
maneras de sentir, de hablar y de narrar en aquel tiempo, y además es
fundamental que la Escritura se lea y se interprete con el mismo Espíritu con
que fue escrita.
¿QUÉ
DIFERENCIAS HAY ENTRE LA BIBLIA CATÓLICA Y LA HEBREA?
Una creencia muy común es que el
Antiguo Testamento de la Biblia es igual a la Tanaj, nombre con el que se
conoce la Biblia hebrea. Pero en realidad no es así. De hecho, el
Antiguo Testamento está compuesto por 46 libros,
mientras que actualmente los judios sólo reconocen en su canon un total de 39, pues
no incluyen los siete libros conocidos como “deuterocanónicos”.
Se trata de los libros de Tobías, Judit, Baruc, Eclesiástico, Sabiduría así
como el primer y segundo libro de los Macabeos. Y además, la secuencia de
algunos de los libros difiere.
En tiempos de Jesús
el canon más extendido entre los judíos era el de la Septuaginta, la traducción al griego de los libros sagrados de los judíos y que
incluía estos libros deuterocanónicos. Después de Cristo los judíos, al cabo de
un cierto proceso y para distanciarse de los cristianos, abandonaron este canon
por el llamado palestinense, el mismo de la
Biblia hebrea actual, que no incluía estos libros. Creían que los escritos en
griego no podían ser inspirados, a pesar de que algunos de ellos habían sido traducidos
al griego del hebreo y el arameo. Hay indicios de
que los judíos palestinenses también apreciaban y usaban esos libros, aunque no
los admitían como canónicos. Sin embargo, la Iglesia primitiva utilizó la
Septuaginta, y de ahí la diferencia actual entre la Tanaj y el Antiguo
Testamento.
¿POR
QUÉ LOS PROTESTANTES TIENEN UNA BIBLIA DIFERENTE?
Tras el cisma liderado por Martín
Lutero, los protestantes decidieron modificar el canon de la Biblia que hasta
entonces había fijado para los cristianos. De este modo, en la actualidad los
católicos y los protestantes tienen el mismo Nuevo Testamento de 27 libros, por
lo que las diferencias se centran en el Antiguo Testamento. Los católicos reconocen 46 libros, mientras que los protestantes
decidieron dejarlo en 39. Es decir, los católicos
no añadieron libros, tal y como afirma la propaganda protestante, sino que
fueron éstos los que decidieron suprimirlos, en los que por otro lado había
enseñanzas que a los líderes protestantes les interesaba silenciar o cambiar.
Por consiguiente, los católicos
tienen siete libros más y también algunas adiciones dentro de los libros
compartidos: Tobías, Judit, Sabiduría de
Salomón, Eclesiástico, 1-2 Macabeos, Baruc, y material adicional en Daniel y
Ester. Precisamente, Lutero decidió abandonar el canon alejandrino del Antiguo
Testamento por el más breve palestinense, que actualmente conforma la Tanaj
hebrea.
Con respecto al Nuevo Testamento,
aunque en la actualidad comparten el mismo orden, las
primeras ediciones de la Biblia protestante, en tiempos de Lutero, presentaron
un orden distinto al presente, pues Lutero los dividió entre
libros para la salvación, canónicos y no canónicos.
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