ORACIÓN
¡Oh,
María! ¡Madre admirable! a tus pies venimos para meditar
tus virtudes y celebrar tus alabanzas. Tú serás el objeto ideal de nuestra
contemplación; tú el centro y pábulo de nuestro sentimiento, tú el imán de
nuestros deseos, muéstrate, pues, tan bella, tan perfecta como eres, a través
del grosero y velo de nuestra carne; disipa la niebla de nuestro entendimiento
para que te conozcamos con nítida claridad; reanima las fuerzas perdidas del
corazón para así amarte como bien lo mereces; subyuga la voluntad rebelde y
pervertida a los santos mandatos de tu Divino Hijo. Así esperamos, Madre, no
obstante nuestra gran debilidad y miseria; no permitirás que un alma y un
corazón que desde hoy se te consagra de verás, permanezca indigno de ti y fuera
de la Ley y el amor de tu Hijo. Así mismo, esperamos que al crecer nuestra
gratitud, crezca también el número de tus devotos practicando más y más tu
culto de veneración y propagando la devoción a tu ASUNCIÓN
GLORIOSA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario