JORGE MEGÍAS, ANIMADOR DE LA PASTORAL DEL DUELO EN ESPAÑA, HABLA SOBRE ESTOS GRUPOS DE AYUDA MUTUA
¿Es posible seguir
amando a un ser querido que ha fallecido… y hacerlo desde la serenidad?
Para Jorge Megías,
animador nacional de la Pastoral del Duelo en
España, responderse afirmativamente a esta pregunta no solo es posible, sino
también imprescindible para afrontar la muerte de un allegado con esperanza.
Ofrecer a los "dolientes" los recursos para lograrlo es el
principal objetivo de la pastoral que coordina.
La muerte, afirma a Religión en Libertad,
nos va a llegar a todos, pero ser conscientes de ello y saber cómo enfrentarla
es especialmente difícil en un Occidente donde "se silencia y
presenta como un tabú y
se delega a profesionales -fundamentalmente hospitales y tanatorios-".
Así, el papel de las familias en este momento queda reducido a "un trámite".
"Como no hay conocimiento de lo que
hacer con la muerte, se producen desgarros enormes, se rompen todos
los esquemas de la persona doliente y eso tiene un impacto en todas las
dimensiones. Quedan absolutamente tocados por la falta de recursos para
gestionar [la pérdida]", explica.
Megías plantea que hace un siglo, la pastoral que
coordina probablemente no sería necesaria. La gente "estaba
más acostumbrada" a lidiar con la muerte, "y tenía más fe, más recursos". Ahora, ante la
ausencia de ambos factores y décadas de vida en comunidad ignorándola, el
trabajo de la Pastoral es muy necesario, pero también agradecido.
EDUCAR
EN LA ACEPTACIÓN, NO EN LA RESIGNACIÓN
"Consiste en educar
a los dolientes para que acepten la muerte de su ser querido,
que la integren en su vida y sigan con una sonrisa. No se trata de resignación,
sino de aceptación", afirma.
La Pastoral, bajo el nombre de Grupos de ayuda mutua al duelo, Resurrección,
surgieron en Buenos Aires hace tres décadas, bajo la promoción del religioso
camilo Mateo Bautista García. Pronto se extendió por todo
Hispanoamérica y hace unos tres años llegó a España, momento en que se
incorporó Megías.
El funcionamiento es sencillo. Parte de la base de
saber que "cuando muere el ser querido le sigues amando,
porque el amor es más fuerte que la muerte. Y ante la imposibilidad del
contacto, aparece el sufrimiento".
A partir de esta premisa, los grupos la pastoral
del Duelo funcionan de manera semejante a los de Alcohólicos Anónimos,
cobrando un gran peso el papel comunitario y la relación
de los mismos dolientes.
Son grupos de unas diez o doce personas "animados" por un coordinador que controla
"los tiempos" de cada uno de sus integrantes. Cada semana, el grupo
se reúne en la parroquia durante dos horas,
a lo largo de las que se suceden tres rondas en las que "ponen sobre la
mesas sus heridas" y comparten su situación y vivencia. El formato
también puede ser online o incluso híbrido,
habiéndose probado que la sanación llega igual de este modo.
CURAR
HERIDAS EN COMUNIDAD... Y EVANGELIZAR SANÁNDOLAS
Hablar de esas heridas e identificarlas es, según la experiencia de Megías, "una gran
parte del proceso de la curación. Ahí se elabora el duelo, trabajas
sobre el sufrimiento y, con el tiempo y el trabajo que supone hablar del perdón,
de la extrañeza y la rabia, se prueba el valor terapéutico grupal".
Sin embargo, Megías se esfuerza en destacar que los
grupos de la Pastoral del Duelo no son meras reuniones colaborativas de corte
exclusivamente psicológico.
Junto con la sanación mental, "los dolientes comparten la fe en la
resurrección, en que el ser querido, aunque ha muerto, sigue vivo,
en que puedes mantener una relación gozosa de amor con tu ser querido, y en la
esperanza del reencuentro. El contacto con la muerte es una oportunidad para
aumentar la espiritualidad de los dolientes y catapultarlos a un nivel
superior en su relación con Dios". Se cumple de este modo el lema de la
pastoral, "evangelizar sanando y
sanar evangelizando".
Una de las reuniones de la Pastoral del
Duelo, donde la ayuda mutua y la evangelización se dan la mano con la psicología.
Otro aspecto relevante que lo diferencia de otros
grupos de apoyo es que en la Pastoral del Duelo no se pretenden crear "personas grupodependientes".
Cada uno de estos grupos tiene una duración y cuando concluye, se prepara
la siguiente edición con otros dolientes, de modo que los que han concluido ya
disponen de un "botiquín de herramientas"
y recursos personales para enfrentar y superar el duelo.
¿CÓMO
SABER SI HAS SUPERADO LA PÉRDIDA? LA EFECTIVIDAD DE SU
"DECÁLOGO"
El coordinador menciona que la efectividad es
prácticamente total, y que solo en algunos casos de "cronificación" los dolientes siguen
necesitando ayuda profesional tras concluir las reuniones.
Pero, ¿se puede medir o
cuantificar si alguien ha superado la muerte de un ser querido? De entre
los muchos recursos que ofrece la web de la pastoral del Duelo, destaca
el Decálogo indicativo de
un trabajo de duelo concluido.
A lo largo del mismo se ofrecen 10 indicadores para que el doliente sepa si ha aprendido a vivir con la
pérdida. Entre otros, se menciona
que "piensa y habla del fallecido sin
manifestaciones físicas de sufrimiento, acepta la realidad de la muerte sin
emplear eufemismos, se recuerda con naturalidad al fallecido hasta con una
sonrisa o se deja de vivir en función del difunto". Concluido el
proceso, los mismos dolientes reciben la invitación de ser ellos mismos los coordinadores de un nuevo grupo.
Megías, con su esposa Puri Roca -también
coordinadora de Pastoral de Duelo en San Carlos Borromeo- durante su estancia
en Ciudad de México.
LA
DIFERENCIA ENTRE UN DUELO "CON DIOS" Y OTRO SIN FE
En muchos casos, surge la pregunta de sí ser
católico y tener fe supone mayores facilidades o ayuda para lidiar con la
pérdida y el duelo. En la Pastoral del Duelo se refieren a estos casos como duelo trascendente e inmanente… y Megías no solo puede hablar de ambos como
coordinador, sino también desde su experiencia personal.
Menciona que la muerte de su padre fue "un duelo sin Dios". Cuando entonces no
creía, dedicó hasta tres años a acudir semana
tras semana al psicoanalista y recuerda que no creía necesitar que le hablasen
de Dios "para nada". Perdió
la cuenta del dinero que invirtió en ese tiempo.
Aunque cree que cada uno debe superar la muerte de
un ser querido como mejor pueda, cuando unos años después murió su hija de 17
años pudo comprobar la diferencia. Lo que significaba "un
duelo con Dios".
Entonces, fue junto a su mujer Puri Roca, a un
psiquiatra al que conocían, pero que dejaron tras tres consultas al no
encontrar las "respuestas trascendentes" que
buscaban. Entonces, el matrimonio fue consciente de cómo comenzaron a darse
diversas "circunstancas sobrenaturales",
se acercaron a Dios desde el ateísmo y solo diez meses después de su
pérdida, se estaban uniendo en matrimonio,
haciéndose
catequistas y viendo una paz interior y fe consolidadas.
"Comparo ambos procesos y veo
que un duelo sin Dios me costó tres años de psiquiatra y mucho dinero, pero uno
con Dios, como el que vivimos con mi hija, a los diez meses estábamos sanados,
llenos de Dios… y todo gratis, como nuestros grupos de duelo",
explica.
clausura de uno de los últimos grupos de duelo
celebrados en la parroquia de San Crlos Borromeo, de Villanueva de la Cañada,
el pasado mes de junio.
LA
MUERTE, "ESTREMECEDORA" PARA UN MUNDO SIN DIOS
Además, explica que el duelo espiritual no supone
un consuelo hipotético, sino realmente efectivo.
"Cuando haces un duelo en el que
compartes la fe de que tu ser querido está en `la Vida´, en el amor,
en Dios, en que como está vivo y sigue siendo el mismo, te recuerda
e intercede ante Dios en beneficio de sus seres queridos, ves que lo puedes seguir amando y el a ti. Construyes una
relación con un ser invisible… Pero el ser humano más amado y amante del mundo
es Jesucristo, a quien no hemos visto aquí, en persona. ¿Se puede mantener una
relación gozosa de amor con un ser invisible? Claro, ahí está la respuesta, y es bidireccional",
asegura.
La de Megías, y con él, la de la Iglesia, se trata
de una visión de la muerte que no está de moda.
Mientras que en la última película de Barbie se hace el silencio cuando en
plena fiesta la "muñeca perfecta"
pregunta "¿alguna vez habéis pensado en la muerte?", otros
piensan demasiado en ella para impedirla o postergarla, con un
transhumanismo incipiente que promete poder almacenar la conciencia personal
tras la muerte en un pen drive.
LA
SOLUCIÓN, RECRISTIANIZAR OCCIDENTE
Megías valora ambos hechos como "estremecedores", pues solo "se prima y
sobrevalora lo que tenemos aquí en la tierra", olvidando que se
trata realmente de "una mínima fracción" de
la "verdadera vida".
Para él, el temor a la muerte no es sino un
rasgo más de un Occidente "descristianizado,
secularizado y con una
crisis de trascendencia" que evoca "horrores"
como el que plasma Black Mirror, en el que una mujer vive con una recreación
robótica y apática de su pareja fallecida.
La solución, dice, pasa por "recristianizar Europa" como lo hicieron San Cirio,
Metodio o San Benito, y pasar de un mundo en que "lo
normal es vivir como si Dios o la muerte" no existieran cuando, de hecho,
se trata de "la vida misma".
"Deberíamos gestionar la
muerte como se hacía antes, más encajado dentro de la realidad. Era normal tener ocho hijos y que
murieran tres y tener fe. Se gestionaba de otra manera. Ahora las familias son
más pequeñas, con menos hijos y sin idea de qué es la muerte. Quizá antes no
harían falta estos grupos, porque la gente se cobijaba en su fe, familia y
amigos, pero hoy es algo muy necesario. La gente necesita ayuda",
concluye.
Para entrar en contacto con la Pastoral del Duelo,
Jorge Megías pone a disposición su correo electrónico, jorgemegias@hotmail.com, así
como el teléfono de contacto, 679011921 y la propia página web, con abundantes recursos e
información.
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