¿Qué más queremos oír? Vámonos dando un tiempo para meditar y anunciemos lo que hemos vivido con Cristo resucitado.
Por: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
Hombres de Galilea, ¿por
qué siguen mirando al cielo? Este Jesús que les ha sido quitado y fue elevado
al cielo, vendrá de la misma manera que lo han visto partir. (Hechos
de los Apóstoles 1, 11)
A estos hombres que veían como el Maestro, el
amigo Jesús, el resucitado de entre los muertos, el que había pasado cuarenta
días con ellos después de haberlo visto morir en la cruz un día viernes,
hablando y comiendo con ellos... se iba, como ya les había dicho,
terminada su misión a volver con el Padre... pero también que un día
volvería...
Acababan de recibir una llamada de atención. Ya
no podían "quedarse mirando al
cielo"
Había que dejar la contemplación, el estar
ensimismados, absortos, pensativos y ponerse alertas, decididos, enérgicos,
firmes, valientes e intrépidos. Así fue como comenzó todo.
¿No
será eso mismo lo que Dios nos está pidiendo aquí y ahora, en este momento de
nuestras vidas, con las circunstancias en que la vida nos ha colocado a cada
quién?
Quizá enfermos, quizá con una reciente pérdida,
esa, que tanto nos duele, con un serio problema económico que nos quita
el sueño, o tal vez porque somos muy jóvenes y tenemos ansias de
conquistar el mundo o porque estamos cansados, decaídos, tristes, porque
sentimos que los años ya nos pesan y tal vez porque estamos felices y tenemos
la alegría de vivir...
CADA QUIÉN CON SU MOMENTO
DIFERENTE PERO TODOS CON LA MISMA MISIÓN.
¡Hoy, en la oficina, en el
taller, en el hogar, en la escuela, en la universidad, en el nuevo empleo, con
los amigos, en las reuniones familiares o sociales, en tantos lugares donde la
vida nos pone, podemos cumplir con esta misión que Jesús nos pidió al final de
su paso por la tierra!
También nos habló del Espíritu Santo: "pero cuando el Espíritu Santo descienda sobre
ustedes los llenará de fortaleza y serán mis testigos en Jerusalén, en toda
Judea, en Samaria y hasta los últimos rincones de la tierra".
Y vuelve a decir en el Evangelio: Me ha sido dado todo el poder en el cielo y en la tierra.
Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolos a cumplir todo cuánto yo
les he dicho; y sepan que YO ESTARÉ CON USTEDES TODOS LOS DÍAS, HASTA EL FIN
DEL MUNDO (Mt 28, 16-20)
Hay Sacramentos y ritos expresamente para los
sacerdotes y religiosos pero la firmeza en la vocación cristiana, la
audacia en la confesión de la fe y la enseñanza del amor a Dios y el seguir los
pasos de Aquel que nos vino a decir: Yo soy la
Luz , yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”
sabemos nos toca a todos y cada uno de nosotros.
¿Qué más queremos oír? Vámonos dando un tiempo para pensar, para
meditar, en el torbellino y ruidoso mundo en que vivimos para hacer conciencia
de que ESO y solo ESO
es nuestra misión, mientras caminamos hacia la Casa del Padre.
Hace falta nuestro "granito
de arena" para que al final podamos decir:
¡Misión cumplida, Señor!
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