Oraciones para cada día de la novena, la puedes hacer tantas veces desees, de manera especial los días previos a la festividad (del Viernes Santo hasta el sábado anterior al Domingo de la Misericordia [30 de marzo al 7 de abril de 2018])
Por: Santa Faustina Kowalska | Fuente: Catholic.net
El Viernes Santo del año 1937, Jesús le pidió a
Santa Faustina que rezara una novena especial antes de la Fiesta de la
Misericordia, desde el Viernes Santo. Él mismo le dictó las intenciones para
cada día. Por medio de una oración específica, ella traería a su Corazón a
diferentes grupos de almas cada día y las sumergiría en el mar de su misericordia. Entonces, suplicaría al Padre,
por el poder de la Pasión de Jesús, que les concediera gracias a estas almas.
CELEBRACIÓN DE LA FIESTA DE
LA MISERICORDIA
PARA OBSERVAR LA FIESTA DE LA MISERICORDIA, DEBEMOS:
1.- CELEBRAR
la Fiesta el domingo después de la Pascua de Resurrección.
2.- ARREPENTIRNOS
sinceramente de todos nuestros pecados.
3.- CONFIAR
por completo en Jesús.
4.- CONFESARNOS
preferiblemente antes de ese domingo.
5.- RECIBIR LA
SANTA COMUNIÓN el día de la Fiesta.
6.- VENERAR
(hacer un acto o demostración de profundo respeto religioso hacia ella
por la persona a quien representa, en este caso a nuestro Señor Jesucristo) la Imagen de la Divina Misericordia.
7.- SER
MISERICORDIOSO con los demás a través de nuestras acciones,
palabras y oraciones a nombre de ellos.
DESEO
Dijo el Señor a Sor Faustina: Durante esos nueve
días lleva a las almas a la fuente de mi misericordia para que saquen fuerzas,
alivio y toda gracia que necesiten para afrontar las dificultades de la vida y
especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a mi Corazón a un grupo
diferente de almas y las sumergirás en este mar de mi misericordia. Y a todas
estas almas yo las introduciré en la casa de mi Padre (…) Cada día pedirás a mi
Padre las gracias para estas almas por mi amarga pasión.
NOVENA A LA DIVINA
MISERICORDIA
Se recomienda que se recen las siguientes intenciones y oraciones de la
novena junto con la Coronilla de La Divina Misericordia, ya que Nuestro Señor
pidió específicamente una novena de Coronillas, especialmente antes de la
Fiesta de la Misericordia.
CÓMO REZAR LA CORONILLA A LA
DIVINA MISERICORDIA (EN UN ROSARIO COMÚN)
1.- Un Padre nuestro.
2.- Un Ave María.
3.- Un Credo de
los Apóstoles.
4.- En la cuenta grande antes de cada decena:
Padre Eterno,
te ofrezco
el Cuerpo y la Sangre,
el Alma y la Divinidad
de tu Amadísimo Hijo,
nuestro Señor Jesucristo.
para el perdón de nuestros pecados
y los del mundo entero.
5.- En las diez cuentas pequeñas de cada decena:
Por su dolorosa Pasión,
ten misericordia de nosotros
y del mundo entero.
6.- Al final después de las cinco decenas:
Santo Dios
Santo Fuerte
Santo Inmortal,
ten piedad de nosotros
y del mundo entero.
(tres veces)
PRIMER DÍA
Hoy, tráeme a toda la humanidad y
especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de mi misericordia.
De esta forma, me consolarás de la amarga tristeza en que me sume la pérdida de
las almas.
Jesús misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros
y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos
en tu bondad infinita. Acógenos en la morada de tu Compasivísimo Corazón y
nunca los dejes escapar de él. Te lo suplicamos por tu amor que te une al Padre
y al Espíritu Santo.
Padre Eterno, mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los
pobres pecadores que están encerrados en el Compasivísimo Corazón de Jesús y
por su dolorosa Pasión muéstranos tu misericordia para que alabemos la
omnipotencia de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
SEGUNDO DÍA
Hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes
y los religiosos, y sumérgelas en mi misericordia insondable. Fueron ellas las
que me dieron fortaleza para soportar mi amarga pasión. A través de ellas, como
a través de canales, mi misericordia fluye hacia la humanidad.
Jesús Misericordiosísimo, de quien procede todo bien, aumenta tu gracia en
nosotros para que realicemos dignas obras de misericordia, de manera que todos
aquellos que nos vean, glorifiquen al Padre de misericordia que está en el
Cielo.
Padre Eterno, mira con misericordia al grupo elegido de tu viña, a las almas de
los sacerdotes y a las almas de los religiosos; otórgales el poder de tu
bendición. Por el amor del Corazón de tu Hijo, en el cual están encerradas,
concédeles el poder de tu luz para que puedan guiar a otros en el camino de la
salvación y a una sola voz canten alabanzas a tu misericordia sin límite por
los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
TERCER DÍA
Hoy, tráeme a todas las almas devotas y
fieles, y sumérgelas en el mar de mi misericordia. Estas almas me consolaron a
lo largo del vía crucis. Fueron una gota de consuelo en medio de un mar de
amargura.
Jesús Misericordiosísimo, que desde el tesoro de tu misericordia les concedas a
todos tus gracias en gran abundancia, acógenos en la morada de tu Compasivísimo
Corazón y nunca nos dejes escapar de él. Te lo suplicamos por el inconcebible
amor tuyo con que tu Corazón arde por el Padre Celestial.
Padre Eterno, mira con misericordia a las almas fieles como herencia de tu Hijo
y por su dolorosa Pasión, concédeles tu bendición y rodéalas con tu protección
constante para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe, sino que con
toda la legión de los ángeles y los santos, glorifiquen tu infinita
misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
CUARTO DÍA
Hoy, tráeme a aquellos que no creen en
Dios y aquellos que todavía no me conocen. También pensaba en ellos durante mi
amarga pasión y su futuro celo consoló mi Corazón. Sumérgelos en el mar de mi
misericordia.
Jesús Compasivísimo, que eres la Luz del mundo entero, acoge en la morada de tu
Piadosísimo Corazón a las almas de aquellos que no creen en Dios y de aquellos
que todavía no te conocen. Que los rayos de tu gracia las iluminen para que
también ellas, unidas a nosotros, ensalcen tu misericordia admirable y no las
dejes salir de la morada de tu Compasivísimo Corazón.
Padre Eterno, vuelve tu mirada misericordiosa sobre las almas de aquellos que
no creen en ti y de los que todavía no te conocen, pero que están encerradas en
el Compasivísimo Corazón de Jesús. Atráelas hacia la luz del Evangelio. Estas
almas desconocen la gran felicidad que es amarte. Concédeles que también ellas
ensalcen la generosidad de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
QUINTO DÍA
Hoy, tráeme a las almas de los hermanos
separados y sumérgelas en el mar de mi misericordia. Durante mi amarga Pasión,
desgarraron mi Cuerpo y mi Corazón, es decir, mi Iglesia. Según regresan a la
Iglesia, mis llagas cicatrizan y de este modo alivian mi Pasión.
Jesús Misericordiosísimo, que eres la Bondad Misma, tú no niegas la luz a
quienes te la piden. Acoge en la morada de tu Compasivísimo Corazón a las almas
de nuestros hermanos separados y llévalas con tu luz a la unidad con la Iglesia
y no las dejes escapar de la morada de tu Compasivísimo Corazón, sino haz que
también ellas glorifiquen la generosidad de tu misericordia.
Padre Eterno, mira con misericordia a las almas de nuestros hermanos separados,
especialmente a aquellos que han malgastado tus bendiciones y han abusado de
tus gracias por persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus errores,
sino el amor de tu Hijo y su amarga Pasión que sufrió por ellos, ya que también
ellos están encerrados en el Compasivísimo Corazón de Jesús. Haz que también
ellos glorifiquen tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
SEXTO DÍA
Hoy, tráeme a las almas mansas y humildes
y las almas de los niños pequeños y sumérgelas en mi misericordia. Estas son
las almas más semejantes a mi Corazón. Ellas me fortalecieron durante mi amarga
agonía. Las veía como ángeles terrestres que velarían al pie de mis altares.
Sobre ellas derramo torrentes enteros de gracias. Solamente el alma humilde es
capaz de recibir mi gracia; concedo mi confianza a las almas humildes.
Jesús Misericordiosísimo, tú mismo has dicho: "Aprended
de mí que soy manso y humilde de Corazón". Acoge en la morada de tu
Compasivísimo Corazón a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños
pequeños. Estas almas llevan a todo el cielo al éxtasis y son las preferidas
del Padre Celestial. Son un ramillete perfumado ante el trono de Dios, de cuyo
perfume se deleita Dios mismo. Estas almas tienen una morada permanente en tu
Compasivísimo Corazón y cantan sin cesar un himno de amor y misericordia por la
eternidad.
Padre Eterno, mira con misericordia a las almas de los niños pequeños que están
encerradas en el Compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son las más
semejantes a tu Hijo. Su fragancia asciende desde la tierra y alcanza tu trono.
Padre de misericordia y de toda bondad, te suplico por el amor que tienes por
estas almas y el gozo que te proporcionan, bendice al mundo entero para que
todas las almas canten juntas las alabanzas de tu misericordia por los siglos
de los siglos. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
SÉPTIMO DÍA
Hoy, tráeme a las almas que veneran y
glorifican mi misericordia de modo especial y sumérgelas en mi misericordia.
Estas almas son las que más lamentaron mi Pasión y penetraron más profundamente
en mi Espíritu. Ellas son un reflejo viviente de mi Corazón compasivo. Estas
almas resplandecerán con una luz especial en la vida futura. Ninguna de ellas
irá al fuego del infierno. Defenderé de modo especial a cada una en la hora de
la muerte.
Jesús Misericordiosísimo, cuyo Corazón es el Amor mismo, acoge en la morada de
tu Compasivísimo Corazón a las almas que veneran y ensalzan de modo particular
la grandeza de tu misericordia. Estas almas son fuertes con el poder de Dios
mismo. En medio de toda clase de aflicciones y adversidades siguen adelante
confiadas en tu misericordia y unidas a ti, ellas cargan sobre sus hombros a
toda la humanidad. Esta almas no serán juzgadas severamente, sino que tu
misericordia las envolverá en la hora de la muerte.
Padre Eterno, mira con misericordia a aquellas almas que glorifican y veneran
tu mayor atributo, es decir, tu misericordia insondable y que están encerradas
en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son un Evangelio viviente,
sus manos están llenas de obras de misericordia y sus corazones desbordantes de
gozo cantan a ti, oh Altísimo, un canto de misericordia. Te suplico, oh Dios,
muéstrales tu misericordia según la esperanza y la confianza que han puesto en
ti. Que se cumpla en ellas la promesa de Jesús quien les dijo que: "a las almas que veneren esta infinita misericordia
mía, yo Mismo las defenderé como mi gloria durante sus vidas y especialmente en
la hora de la muerte. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
OCTAVO DÍA
Hoy, tráeme a las almas que están
detenidas en el purgatorio y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Que
los torrentes de mi Sangre refresquen el ardor del Purgatorio. Todas estas
almas son muy amadas por mí. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a
mi Justicia. Está en tu poder llevarles el alivio. Haz uso de todas las
indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrécelas en su nombre. Oh, si
conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías continuamente por ellas
las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con mi Justicia.
Jesús Misericordiosísimo, tú mismo has dicho que deseas la misericordia, he
aquí que yo llevo a la morada de tu Compasivísimo Corazón a las almas del
Purgatorio, almas que te son muy queridas, pero que deben pagar su culpa
adecuada a tu Justicia. Que los torrentes de Sangre y Agua que brotaron de tu
Corazón, apaguen el fuego del Purgatorio para que también allí sea glorificado
el poder de tu misericordia.
Padre Eterno, mira con misericordia a las almas que sufren en el Purgatorio y
que están encerradas en el Compasivísimo Corazón de Jesús. Te suplico por la
dolorosa Pasión de Jesús, tu Hijo, y por toda la amargura con la cual su
Sacratísima Alma fue inundada, muestra tu misericordia a las almas que están
bajo tu justo escrutinio. No las mires sino a través de las heridas de Jesús,
tu amadísimo Hijo, ya que creemos que tu bondad y tu compasión no tienen
límites. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
NOVENO DÍA
Hoy, tráeme a las almas tibias y
sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Estas almas son las que más
dolorosamente hieren mi Corazón. A causa de las almas tibias, mi alma
experimentó la más intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. A causa de
ellas dije: Padre, aleja de mí este Cáliz, si es tu voluntad. Para ellas, la
última tabla de salvación consiste en recurrir a mi misericordia.
Jesús Misericordiosísimo, que eres la compasión misma, te traigo a las almas
tibias a la morada de tu Piadosísimo Corazón. Que estas almas heladas que se
parecen a cadáveres y te llenan de gran repugnancia se calienten con el fuego
de tu amor puro. Oh Jesús Compasivísimo, ejercita la omnipotencia de tu
misericordia y atráelas al mismo ardor de tu amor y concédeles el amor santo,
porque tú lo puedes todo.
Padre Eterno, mira con misericordia a las almas tibias que, sin embargo, están
encerradas en el Piadosísimo Corazón de Jesús. Padre de la Misericordia, te
suplico por la amarga Pasión de tu Hijo y por su agonía de tres horas en la
cruz, permite que también ellas glorifiquen el abismo de tu misericordia. Amén.
Coronilla de la Divina Misericordia
Sor Faustina y
la Divina Misericordia
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